Cosecha Roja.-

Desde el comienzo del juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra, varios testigos denunciaron amenazas. La mayoría de las denuncias nunca fueron investigadas. Ahora, la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó que los casos de los trabajadores tercerizados del Roca Ariel Pintos y Ramón Cardias deberán ser investigados por la justicia provincial.

Pintos y Cardías declararon como testigos ante el tribunal durante el juicio. Después de la presentación, denunciaron ante la fiscalía haber recibidos amenazas en al menos tres oportunidades. Según contó Cardías, el ex jefe de Recursos Humanos de la Unión Ferroviaria y delegado Pablo Díaz, uno de los juzgados por el asesinato del militante del Partido Obrero, le advirtió que se quedase “en el molde” ante lo que podía llegarle a “pasar”.  En otra oportunidad, dijo, lo llamaron por teléfono y le dijeron que lo iban a matar si hablaba.

Ante las denuncias, la jueza de Instrucción Wilma López derivó la causa a la provincia de Buenos Aires. En los Tribunales provinciales rechazaron la competencia y el tema pasó a la Corte Suprema de la Nación. El máximo tribunal determinó que la causa quede a cargo del juez de Garantías de Lomas de Zamora, Esteban Baccini.

Ariel Pintos era un trabajador tercerizado del Ferrocarril Roca. Unos meses antes del 20 de octubre de 2010, cuando una patota de la Unión Ferroviaria atacó a tiros una manifestación y asesinó al militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, Pintos –al igual que muchos de sus compañeros- fue despedido.

En los meses que siguieron, participó en varias manifestaciones y reuniones en el Ministerio de Trabajo para que la empresa los reincorporara. El 20 de octubre, junto a algunos compañeros y militantes de organizaciones de izquierda intentaron cortar las vías del Roca. Una patota de Unión Ferroviaria, que contó con el apoyo de barrabravas, intentó impedirlo.

-Cuando íbamos marchando –declaró en el juicio-, escuchamos gritos de mujeres: “allá vienen, esperen”.

Pintos escuchó algunos tiros y pensó que era la policía. Al darse vuelta se dio cuenta que no había uniformados: la zona estaba liberada. Se agachó para agarrar una piedra y sintió un dolor en la pierna. Una bala lo había atravesado. Levantó la cabeza vio, entre los autos, al que estaba disparando: una persona “medio morruda”, “ni alto ni petiso”, de pelo corto y camisa clarita. La descripción no coincidió con la que hicieron otros testigos de Cristian Favale y Gabriel Sánchez, dos de los tiradores.

Ramón Cardías, también era empleado tercerizado del Roca. En su declaración en la causa, que hizo como testigo protegido, identificó a Cristian “Harry” Favale y al “Payaso” Gabriel Sánchez, los dos acusados de ser los autores materiales del crimen de Mariano

-La persona que estaba tirando –contó Cardías en el juicio- tenía una gorra negra, remera gris con Bob Marley, pantalón de jean y zapatillas. Vi a Gabriel Sánchez disparando a Mariano. Ellos se fueron corriendo después que cayó Mariano y pasaron por al lado de la Policía sin detenerlos.

El juicio por la muerte de Mariano Ferreyra se reanudará el próximo 4 de febrero. Ese día están citadas las partes para la reconstrucción del hecho. Se prevé que durante el resto del mes se escuchen los alegatos finales.