Abrazó a su ladrón e hizo llorar a la justicia

    Celia Delgado* Viernes. 10 de la mañana. Junio. Frío, muy frío. Llego a la sala de juicio, subsuelo, poca luz. Nunca se sabe si es de día o de noche ahí adentro. Sebastián espera sentado, solo, en medio de un cordón de sillas desocupadas. Sus manos apretadas, una a la otra. Me mira, … Sigue leyendo Abrazó a su ladrón e hizo llorar a la justicia