Cristian Adrián NovilloAgencia Andar.-

Se trata del imputado por el crimen de Cristian Adrián Novillo, que falleció en julio de 2014 por el brutal ataque de una patota a la salida de un boliche en Quilmes. Durante el juicio se comprobaron múltiples irregularidades y abusos en la investigación y atribuciones policiales que fueron refrendados por omisiones de la fiscalía a cargo de la instrucción. La Comisión Provincial por la Memoria había presentado un amicus curiae y fue convocada para actuar como veedora del proceso judicial; destacó la importancia de este fallo absolutorio así como la necesidad de seguir buscando justicia para la familia de la víctima.

El Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes Nº 1 de Quilmes -integrado por Gladys Viviana Krasuk, Alejandro Blas Paccioretti y Analía Noemí Consolo- se pronunció por unanimidad con un veredicto absolutorio contra Leonel Luna, el joven acusado por el homicidio de Cristian Adrian Novillo a mediados de 2014.

Habiendo revisado todas las pruebas y testimonios los jueces concluyeron que no quedó acreditada la participación del imputado en los hechos y, además de la absolución, resolvieron dar intervención a la fiscalía departamental ante la posible comisión de delitos de acción pública por parte del personal de la comisaría 9ª y la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil Nº1 de Quilmes. Esta decisión se basó en las múltiples irregularidades en la investigación policial que fueron refrendadas por la fiscal y derivaron en la injusta imputación de un menor de edad cuya culpabilidad no pudo probarse en el juicio.

Durante las audiencias quedó en evidencia que varios de los testimonios que acusaban a Luna estaban armados sobre supuestos. Además dos testigos dieron cuenta de que en la Fiscalía les fueron exhibidas fotografías que buscaban sindicar a Luna como autor del crimen, y uno de ellos fue obligado en la sede policial a firmar su declaración en blanco. Estas situaciones fueron confirmadas incluso por personal policial. Sin embargo, sí se pudo probar la permanencia del joven imputado en la casa de un vecino durante esa noche, testimonios que fueron corroborados con una cámara de seguridad.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó un amicus curiae ante el tribunal por el que luego fue convocada para actuar como veedora del proceso judicial. El organismo destacó el buen abordaje del debate por parte del Tribunal en función de las particularidades y requerimientos que implican los casos donde hay involucrados niños, niñas o adolescentes, tanto en calidad de víctimas como en el lugar de imputados y testigos. Desde la CPM también expresaron su conformidad respecto del veredicto aunque subrayaron la necesidad de buscar justicia por un crimen que aún sigue impune. “La frustración que hoy vive la familia Novillo es consecuencia de la investigación maliciosa de la policía refrendada por la representación del Ministerio Público Fiscal. Esa familia tiene derecho a que se juzgue tanto a los responsables del crimen como a los funcionarios que actuaron de forma fraudulenta obstaculizando la posibilidad de justicia”, consideraron desde el equipo que realizó la veeduría.

El caso

El caso ocurrió en julio de 2014 cuando Cristian Adrián Novillo fue atacado y brutalmente golpeado a la salida del boliche Space en Quilmes. La patota que lo agredió –presuntamente para perpetrar un robo- nunca fue identificada, y Cristian terminó internado con un grave estado de salud que derivó en su muerte dos semanas después.

Una vez radicada la denuncia en la comisaría 9ª de Quilmes, los funcionarios policiales iniciaron sus pesquisas pero omitieron, durante varios días, la obligación de informar el hecho a la fiscalía y al juzgado pertinentes. Una vez que comunicaron los hechos a la justicia, le siguieron testimonios endebles, actuaciones arbitrarias y una grave desatención a la normativa internacional respecto de los procesos hacia menores de edad. El único imputado que quedó acusado en esta instancia es Leonel Luna, un joven de 16 años que usaba rastas como uno de los supuestos agresores.