La mataron pocos días antes de cumplir 29 años, cuando gestionaba el título de psicóloga en la Universidad Veracruzana. Se había graduado con honores, pero todavía no tenía su título porque quería que alli figurara su nombre femenino. El cuerpo de la activista transexual Agnés Torres apareció envuelto en una bolsa de plástico, a un costado de una carretera en el municipio de Atlixco, en Puebla, México.

Su cuerpo tenía heridas de arma blanca y quemaduras. Creen que fue torturada antes de morir, y que murió desangrada tras ser degollada. Todo apunta que se trató de un crimen de odio.  Hace un año, en una entrevista radial, ella misma los había definido como “crímenes de prejuicio, crímenes de ignorancia y crímenes que parten de un sentimiento irracional de manifestar odio hacia los demás”.

La Procuraduría General de Justicia (PGJ) omitió la información del caso en  “Parte de Novedades” que reporta los levantamientos de cadáveres en Puebla. Desde las 19:00 horas del domingo, amigos de Agnes reportaron su desaparición a través de las redes sociales Facebook y Twitter. Varios usuarios coincidieron en que la última vez que la vieron  fue el viernes por la noche, pues asistiría a una fiesta en la comunidad de Chipilo, cercana a Atlixco. La madrugada de este lunes la hermana de la víctima informó sobre el deceso.

Organizaciones no gubernamentales así como el colectivo LGBT en Puebla repudiaron el hecho, catalogándolo como un “evidente crimen de odio”. La asociación civil Vida Plena No Dejarse es Incluirse emitió un comunicado de prensa en el que exigió a las autoridades competentes que el caso no quede impune.

Agnes Torres era especialista en temas de neurociencia e identidad sexual. Fue representante de diversas organizaciones como Humana Nación Trans. En Puebla promovió una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) contra un priísta, ex aspirante a la gubernatura, que utilizó un lenguaje peyorativo en alusión a los transexuales. Abogó por el decreto de leyes que otorgaran certeza jurídica a las personas trans de modo que pudieran modificar sus documentos oficiales de acuerdo a su identidad sexual, a fin de obtener oportunidades laborales y sociales equitativas.

El crimen desató una hola de repudios en las redes sociales. Y algunos festejos: Juan Pablo Castro, panista que la semana pasada generó polémica por sus señalamientos contra el “matrimonio entre jotos”, dijo que Agnés “merecía lo que le pasó”. “La tal ‘activista’ #AgnesTorres se merecía lo que le pasó, se sabe que se aprovechaba de jóvenes en Puebla. En Cholula todos lo sabían”, escribió en su cuenta de Twitter @jpcastrogamble. A pesar de que el comentario fue borrado de la cuenta, provocó una serie de críticas en la red social.

El presidente de la agenda de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexual (LGBT) a nivel nacional, Jaime López Vega, dio a conocer que en los últimos siete años tienen registrados 700 crímenes de odio por homofobia en el país, por lo que se requiere legislar en el Senado sobre la materia. Indicó que en el Senado de la República han presentado una iniciativa para tipificar a nivel federal los crímenes de odio por homofobia, a través de Ricardo Monreal, en donde el caso de Puebla no es aislado. “Los crímenes de odio continúan a lo largo y ancho de toda la República Mexicana, de acuerdo con la Comisión de Crímenes de Odio por Homofobia, son 700 asesinatos durante los últimos siete años lo cual nos pone en alerta”, expuso.

El crimen de Agnes no fue el único de los últimos días. El domingo por la tarde, un hombre de 47 años de edad fue encontrado envuelto en cobijas y calcinado al interior de su domicilio en la colonia Bosques de San Ángel, en Chachapa, Amozoc de Mota. Su nombre era Jorge Roberto Macip.

Salvador de la Sota Bustamante, de 33 años, empleado de seguridad privada,  fue ahorcado a principios de febrero con un cinturón, ultrajado, e incluso le sacaron los ojos.

Brahim Zamora Salazar, integrante del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos, consideró que este tipo de delitos además de aumentar, cada día van a ser más violentos, tal como ha sucedido con otros 4 homicidios de homosexuales, como el del académico Carlos Betanzo Tlaseca, asesinado a mediados de diciembre de 2011 en su domicilio en el fraccionamiento Camino Real La Hacienda.

En su Facebook, poco antes de ser asesinada, Agnes Torres escribió: “Mi sueño es vivir en una cultura mejor, una donde la hospitalidad y el respeto sean los valores principales, cada mañana me levanto y hago mucho más que escribir para que al siguiente día pueda despertar en mi propio sueño. Sólo falta saber qué harás tú para poder compartirlo”.

El domingo, diversas organizaciones marcharán en el Distrito Federal de México para repudiar le crimen. La cita es a las 11 de la mañana del Ángel de la Independencia a Bellas Artes.

(síntesis de los medios mexicanos)