Pablo Sartirana- Cosecha Roja.-

La Justicia condenó a 18 años de prisión al asesino del periodista Adams Ledezma, apuñalado la madrugada del 4 de septiembre de 2010 en la Villa 31 bis de Retiro. Adams, boliviano de 39 años y padre de seis hijos, fue referente social de su barrio y promotor del canal de televisión de cable Mundo Villa TV.

El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 (TOC 2) se basó principalmente en la declaración de tres testigos claves que reconocieron a Christian David Espínola Cristaldo (22), de nacionalidad paraguaya, como el asesino del periodista y delegado barrial. “Pichu” -tal es su apodo en el barrio- se dedicaba al menudeo de droga y según el expediente de marras existía “discordia” entre ambos, “dado que Ledezma lo había echado del lugar (de venta) a Pichu”.

Tres mujeres que iban al mercado de frutas a esas horas vieron como el delegado tambaleaba por las heridas, mientras el agresor “de campera azul” escapaba en dirección al Barrio Chino de Villa 31, uno de los sectores más complicados del barrio. Ledezma recibió una estocada en el cuello y varias más en el abdomen que desencadenaron una hemorragia interna y externa, según la autopsia.

“Esta realidad me obliga a reflexionar sobre la actuación del Estado en cuanto a la falta de políticas públicas en los barrios más vulnerables -comenta una amiga y compañera de trabajo de Adams-. Las ambulancias que no entran o no llegan a tiempo, la falta de urbanización que hace que no haya un tendido eléctrico como servicio básico, la falta de control del narcotráfico; me parece que son todas cosas para revisar. Se tendrá que hacer justicia también con eso.”

El TOC 2 está integrado por los jueces Mónica Atucha, Hugo Boano y Fernando Larraín. El fallo además condenó a Espínola Cristaldo por “lesiones leves agravadas por el empleo de arma de fuego” durante un hecho anterior al crimen de Ledezma ocurrido el 20 de junio de 2010 en el que resultó herido de bala Emiliano Maturano.

El asesino estuvo prófugo de la Justicia en Paraguay y fue detenido el 4 de abril de 2011 (siete meses después del crimen de Ledezma) por efectivos de la brigada San Martín y la comisaría 46, mientras caminaba por un pasillo de la manzana 14 de la villa.

“Si el muerto hubiese sido (Joaquín) Morales Solá o (Eduardo) Van der Kooy miles de litros de tinta se estarían volcando en papel diario. Pero sólo se trata del director de un medio de comunicación en Villa 31 en el barrio de Retiro”, escribió hace unos días en el sitio web de Mundo Villa Víctor Ramos, socio y amigo de Ledezma. Y agregó: “fueron los vecinos quienes denunciaron y lograron el apresamiento del asesino mientras que la Policía perdió inexplicablemente pruebas que comprometían al asesino”.

Además de la impericia policial que “extravió” el teléfono celular de la víctima mientras era llevado a una dependencia judicial, familiares, amigos y allegados de Ledezma recordaron una vez más el eterno clamor por las ambulancias del SAME que se niegan a entrar a las villas o lo hacen con varias horas de demora.