Cosecha Roja.-

Ayer, Cosecha Roja publicó una historia sobre torturados y torturadores nacidos en democracia. Sucedió en Santa Fe: tres guardias menores de 23 años torturaron y habrían intentando violar a un preso de su misma edad. No es la única historia reciente. En Trelew, un chico de 22 años (ver foto) fue golpeado en un patrullero y después torturado en la comisaría 3ra, luego de que policías jóvenes lo encontraran ebrio en la puerta de su casa. En Salta, en el caso de las torturas a detenidos que fueron filmadas y conmovieron al país, no solo había jóvenes entre las víctimas. Roberto Augusto Barrionuevo tiene 23 años y era aspirante a Policía. Hacía una pasantía en la comisaría de General Güemes. En su teléfono celular se encontró el vídeo original de las torturas. Se supone que él fue el que las filmó.

La semana pasada, también publicamos el informe de la Comisión Provincial por la Memoria sobre la situación en los lugares de encierro en el ámbito bonaerense. Allí se documentan 10.458 hechos violentos informados por el servicio penitenciario provincial, también se dan definiciones. “La violencia y la arbitrariedad policial y penitenciaria”, dice el documento, “no deben ser abordadas como trasgresiones individuales y esporádicas sino como prácticas ilegales y sistemáticas, aprendidas e incorporadas en el devenir cotidiano de las rutinas institucionales y amparadas por la estructura judicial y diferentes modos de legitimación política, social y cultural.”

“Para entender esto”, dijo a Cosecha Roja Alejandro Mosquera, de la Comisión, “hay que tener en cuenta que el servicio penitenciario provincial no ha tenido grandes reformas desde la dictadura hasta acá. Si bien hubo un cambio generacional, las marcas que dejaron el genocidio y el terrorismo de Estado se pasan desde las tradiciones, las visiones, las formas de actuar y las prácticas”.

Y agregó al análisis: “hoy los reclutados son del mismo sector social, el mismo barrio, las mismas condiciones que sus carceleros. Lo distintivo de esta época es que en el neoliberalismo se construyó un otro diferente al de la dictadura. El otro peligroso son sectores excluidos y el sistema penal actúa sobre este sector social sobre el que se cree que tiene menos derechos o incluso no tiene derechos”.

El psiquiatra Enrique Stola señaló: “La tortura es algo que está en las misma prácticas culturales de las culturas de estas instituciones de encierro donde las personas están indefensas. No es algo que provoca la dictadura, sino que viene de antes. Es histórico”.

Stola enmarcó a las torturas dentro de un sistema que genera violencia más allá de la física: “Si no aplica tortura es porque se tiene respeto por el otro, pero en estas instituciones no se respeta al otro, se los considera residuos humanos. Están hacinados, no tienen buena comida, no tienen actividades recreativas ni educativas, entonces esta falta de respeto da permiso para la tortura”.

Para Mosquera el problema principal está en la matriz de pensamiento: “El núcleo de ideas de la dictadura militar sigue siendo el mismo núcleo duro de la policía bonaerense y en el sistema penitenciario de hoy”. En este sentido el Secretario Ejecutivo del Comité contra la Tortura denunció que “en el Sistema Penitenciario al igual que en la bonaerense hay un autogobierno”.

El año pasado el Comité contra la Tortura realizó 2.371 presentaciones judiciales entre habeas corpus, informes urgentes y denuncias penales que incluyeron la denuncia de un total de 7.089 hechos de distintas violaciones de derechos humanos, que constituyen torturas o malostratos.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner Argentina adhirió al Comité contra la Tortura de la ONU que es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes por sus Estados Partes. En este marco se creó el CCT bajo la órbita de la Comisión por la Memoria.

“Este protocolo obliga a los países a generar mecanismos de monitoreo y control. Es así que junto con 22 organizaciones presentamos un proyecto de ley que tiene media sanción a nivel nacional”, dijo Mosquera.

El proyecto “Mecanismos de prevención de la tortura” cuenta con media sanción en la Cámara de diputados y media sanción en senadores a nivel provincia de Buenos Aires.

“La aprobación habilitaría más visitas sorpresa a las comisarias, unidades penales, centro de detención de niños, los lugares donde personas con problemas psiquiátricos que están internadas contra su voluntad. Es decir, haría más visible la problemática y a la vez permitiría controlar más a las fuerzas de seguridad”, señaló Mosquera. Y agregó, “de todos modos no alcanza con el control interno, es necesario la transformación del paradigma. Las políticas del miedo y lo que muchas veces difunde los medios valida ese núcleo de ideas que hay que desmantelar”.