ilarrazLa Gaceta.-

La causa contra el padre Justo José Ilarrazvolvió a tomar impulso en los tribunales de Entre Ríos. El abogado defensor del cura, Jorge Joaquín Muñoz, aseguró ayer que esperan para fin de mes la firma de la resolución judicial de prescripción de la causa.

El sacerdote Ilarraz está acusado de haber abusado sexualmente de al menos 50 niños, entre 1984 y 1992, cuando estaba al frente del Seminario Menor de Paraná, en Entre Ríos.

En 1994, el cura fue transferido a la ciudad de Monteros, donde se hizo cargo de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en el barrio Ñuñorco. Ilarraz estuvo allí hasta mediados de septiembre, cuando la revista “Análisis Digital”, que dirige el periodista Daniel Enz, sacó a la luz el caso y la justicia entrerriana comenzó a investigarlo en aquel momento.

Por la revocatoria

Ayer, en diálogo con LA GACETA, el abogado Muñoz remarcó que es inminente la resolución sobre la prescripción. El juez entrerriano, Alejandro Grippo, había postergado -la semana pasada- su pronunciamiento sobre ese punto planteado por la defensa del sacerdote. Sin embargo, el abogado Muñoz presentó un recurso de revocatoria para que el magistrado se expida cuanto antes.

“Hay premura para que se defina -afirmó Muñoz-. Calculo que en 10 días tendremos una resolución de la prescripción de la causa, más allá de lo que pretenda la querella y el ministerio público. No hay duda de eso. Al menos en primera instancia”, dijo el letrado tucumano que asumió el patrocinio legal del sacerdote.

“El juez intentó demorar la resolución de la prescripción invocando para ello que no contaba con los elementos para dictar el fallo. Esos elementos a los que alude son los expedientes, los cuales se encuentran en la Cámara con motivo de otros incidentes de apelación”, precisó.

Desde que estalló el escándalo por la denuncia de abusos, el padre Ilarraz optó por mantener un perfil bajo. Ni siquiera apareció en público. Se alejó de la parroquia, donde fue nombrado otro cura en su reemplazo. El abogado Muñoz explicó que el padre Ilarraz prefiere mantener, por ahora, ese perfil bajo.

Además, el defensor resaltó que la causa abierta en Monteros no tiene asidero. “No existe ninguna declaración de víctimas ni de personas que puedan comprometer la inocencia de mi defendido. Es más -insistió-, las actuaciones que se siguen y en las que se pretenden colectar declaraciones de supuestas víctimas devienen abstractas, porque el Centro Judicial de Monteros no existía cuando el sacerdote llegó a esa ciudad”, precisó.