El empresario nicaragüense Henry Fariñas, testigo del ataque en el que murió el trovador argentino Facundo Cabral, fue condenado el viernes en Nicaragua a la pena máxima de 30 años de prisión por tráfico de drogas, lavado de dinero y crimen organizado.

“Se impone a Henry Fariñas 17 años por tráfico de estupefacientes, siete años por lavado de dinero y nueve por asociación de crimen organizado (…), el cómputo de todos suman 33 años, pero por ejecución legal se impone 30 años”, dijo la jueza del II Distrito Penal de Juicio, Adela Cardoza.

“La pena se tendrá por cumplida el 30 de marzo del año 2042”, precisó la magistrada, que también impuso al empresario nicaragüense una multa por 6,8 millones de dólares.

La lectura del fallo comenzó con hora y media de atraso y también incluyó la aplicación de penas a otros 21 procesados socios de Fariñas, entre ellos a dos de sus hermanos y al exmagistrado del Consejo Supremo Electoral (CSE) Julio Osuna.

Osuna recibió 23 años por delitos de crimen organizado, lavado de dinero y falsificación de documentos de identidad y se le inhabilitó por nueve años para ejercer el derecho.

Fariñas fue detenido en Managua el 24 de abril, cuando intentaba salir del país por el aeropuerto internacional, y fue encontrado culpable el 27 de septiembre, tras un proceso judicial que duró casi un mes.

La Fiscalía nicaragüense acusó a Fariñas y a otras 21 personas de ser parte de una red de narcotráfico encabezada por el costarricense Alejandro Jiménez, alias “El Palidejo”, detenido en Guatemala como supuesto autor del ataque donde murió Cabral el 9 julio de 2011.

La red se encargaba de transportar desde Costa Rica a Guatemala la droga procedente de Colombia con destino final en México.

Fariñas conducía el vehículo que transportaba a Cabral hacia el aeropuerto La Aurora de Guatemala, cuando fueron atacados por sicarios, supuestamente contratados por Jiménez para matar a Fariñas, según las investigaciones de autoridades guatemaltecas.

“El Palidejo” está detenido en Guatemala desde marzo, después que fue deportado desde Colombia, donde fue detenido por autoridades de ese país mientras viajaba con pasaporte colombiano.

El costarricense enfrenta en Guatemala acusaciones por asesinato, asociación ilícita y conspiración como presunto autor intelectual del ataque en el que Cabral falleció acribillado.

Cabral murió en una céntrica calle de la capital guatemalteca, después de dar dos conciertos contratado por Fariñas.

El 22 de agosto, la fiscalía de Guatemala aportó 250 pruebas contra cuatro guatemaltecos acusados de ejecutar el ataque, que serán juzgados -en fecha aún no anunciada- por asesinato, asesinato en grado de tentativa, asociación ilícita y encubrimiento.

La fiscalía nicaragüense había pedido para Fariñas 20 años de prisión por narcotráfico, 14 años por crimen organizado y 10 por lavado de dinero, que hacen un total de 44 años, pero la pena máxima en Nicaragua es de 30 años.

El único sobreseído en el caso fue William Vargas, quien era el administrador del Club Elite, empresa que según la Fiscalía era usada por Fariñas y sus socios para lavar dinero de las operaciones ilícitas.

Todos los condenados, alguno de los cuales recibieron penas de hasta 12 años, podrán apelar de la sentencia, según dijo la magistrada.