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Diez años después de la masacre de Bojayá, Chocó, donde murieron 119 personas en medio de un enfrentamiento entre guerrilleros y paramilitares, la comunidad sigue reclamando el fin del abandono del Estado que los tiene sumidos en la pobreza.

En el parque principal del municipio se reunieron 13 comunidades negras y 19 comunidades indígenas que aseguran que no se moverán de ese lugar hasta ser escuchados por el presidente Juan Manuel Santos o sus ministros.

Los habitantes llegados de todos los sectores del municipio piden reparación a las víctimas, medidas de protección para el Río Atrato y la construcción del sistema de interconexión eléctrica del Medio Atrato.

En la protesta pacífica participan más de mil personas de la región.

Los habitantes de Bojayá salieron del municipio desplazados en 2002 y regresaron en 2007 cuando el Gobierno les prometió todas las garantías.

Hoy se estrena documental “Severá” sobre la masacre de Bojayá

“Severá” es el nombre que los habitantes de Bellavista Bojayá le dieron al nuevo asentamiento, pues intuían que el gobierno no les iba a cumplir todas las promesas hechas tras la matanza. Hoy el nuevo asentamiento perdió su nombre de Bellavista y todos lo conocen como “Severá”.

“Severá” además, es el nombre del documental realizado durante 10 años por la periodista y realizadora audiovisual antioqueña, Silvia María Hoyos, y que se estrena hoy en Bojayá, como parte de la conmemoración de un año más de este trágico hecho que cobró la vida de 79 personas y dejó más de 100 heridas.

El documental acompaña durante una década lo que ha sido el duelo de la comunidad de “Severá” por la pérdida de sus seres queridos y el hondo significado que tiene ese duelo, que no se ha podido realizar, para las comunidades afrodescendientes. Un más dolor subyacente.

Este acompañamiento de 10 años se hace a través de 4 personajes: La mujer más anciana de la población que murió durante la realización del documental; una niña sobreviviente de la masacre quien hoy tiene 18 años; una de las personas que participó en la construcción del nuevo reasentamiento; y el Padre Antún Ramos Cuesta quien había congregado la gente en la iglesia para protegerlas, el día en que cayó la pipeta con explosivos.

El padre Antún Ramos, personaje central en el documental, tras la masacre estuvo punto de perder la razón, su madre murió víctima de la guerra, durante tres años hizo un voto de silencio y hoy está como toda la gente de Bojayá, reintentando rehacer su vida.

El documental se podrá ver en el Museo de Arte Moderno de Medellín, sede Ciudad del Río, este viernes 4 de mayo, a las siete de la noche, con entrada libre.