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“El tipo todavía respira”, dijo el hombre que se acercó a chequearle el pulso. Irialdo Battle estaba tirado en una calle de Vitoria de Mearim, en Sao Luis, con un agujero en la cabeza por una de las balas de la Policía Militar brasileña. Una docena de vecinos lo rodearon. Un borcego negro y unos pantalones militares aparecieron en cámara. El oficial le movió la cabeza de lado a lado con el pie. Cuando se dio cuenta de que Battle seguía vivo, lo remató de dos tiros en la cara. Después, otro oficial y un testigo subieron el cuerpo al baúl del patrullero.

La familia de Battle contó que él y el amigo estaban tomando en un bar cerca de la ciudad de Viana. Salieron y caminaron por la calle. “Alto”, le dijeron unos policías que estaban en un auto sin identificación. Ellos siguieron su camino porque no reconocieron el patrullero, según publicó Revolution News. Los agentes abrieron fuego y el hombre que iba con Battle murió durante el tiroteo. Irialdo quedó herido: respiraba al costado de la calle hasta que el agente lo ejecutó.

La versión del Ministerio de Seguridad Pública brasileño es distinta. La Policía Militar respondió al llamado que denunciaba un robo y dos sospechosos. Battle y el amigo iban en bicicleta y los oficiales los empezaron a perseguir cuando no respondieron al grito de alto.

Mirá acá los videos de los vecinos que presenciaron la ejecución: