Los homicidios vinculados con delitos contra la propiedad en la Ciudad de Buenos Aires bajaron el 40,4 por ciento (de 47 a 28) entre 2010 y 2011, según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones dela Corte Suprema.

El informe fue presentado por los jueces Raúl Zaffaroni y Ricardo Lorenzetti y allí se revela que en el 2011 hubo 190 homicidios dolosos, una tasa de 6.57 cada 100 mil habitantes. Esa tasa es la que en general se utiliza para establecer comparaciones entre distritos, países o continentes.

“Es momento de comenzar a ocuparnos del daño real del delito, nadie puede prevenir lo que desconoce”, escribe Eugenio Raúl Zaffaroni en la presentación del informe. Los homicidios dolosos son aquellos en los que hubo una intención de matar. Por eso las cifras excluyen, entre otras cosas, a las muertes ocasionadas por accidentes de tránsito, principal causa de mortalidad violenta en el país.

Es la segunda vez que se entrega un informe de estas características. El año pasado el mismo Instituto difundió los resultados de un análisis sobre asesinatos cometidos enla Ciudad Autónomade Buenos Aires durante el 2010. Este nuevo informe amplía la cobertura geográfica de los datos, por la incorporación de los departamentos judiciales deLa Platay San Martín.

Esa tasa coloca a Argentina entre las más bajas del continente, en cuarto lugar, detrás de Canadá (1.5) y Chile (3.7) y Estados Unidos (4.6) y por encima de Uruguay (6.1). Estos cinco casos están, además, a una enorme distancia respecto de los países de América Latina donde los asesinatos son un problema serio y cotidiano. Las tasas son elocuentes: México 18.6, Brasil 21.0, Colombia 37.7, Guatemala 41.5, El Salvador 64.7 y Honduras 91.6.

Este año fue presentado también el Informe sobre Seguridad Ciudadana en las Américas, preparado por el Observatorio Hemisférico de Seguridad dela OEA. Lascifras abarcan la primera década del siglo XXI para 34 países de América del Sur, América Central, Caribe y América del Norte. La tasa de homicidios dela Argentinatuvo un pico después de la crisis de 2001, alcanzando su tasa más alta – 9.2 asesinatos cada 100 mil habitantes – en el año 2002. Luego bajaron y se estancaron en una tasa cercana a la de Buenos Aires: 5.5 en 2010.

Pero no es la lejanía con las situaciones más dramáticas de América Latina lo único que permite iluminar el informe sobre homicidios dolorosos dela Corte Suprema.Hay otros datos de la propia realidad de la ciudad de Buenos Aires que llaman la atención en sí mismos. Primero, la alta concentración de asesinatos en áreas geográficas delimitadas de la ciudad. Estas zonas son precisamente las más pobres, donde se ubican algunas villas y asentamientos precarios: el Cinturón Sur y las villas de Retiro.

Los lugares que más homicidios dolosos concentraron en 2011 fueron: enla Comuna1,la Villa31 de Retiro y algunas partes de Constitución; enla Comuna4,la Villa Zabaletay la 21-24; enla Comuna7,la Villa1-11-14; y enla Comuna8,la Villa3, Villa Calacita, Los Pinos, Los Piletones y Villa Av. del Trabajo. El 36% de las víctimas tenía domicilio en asentamientos y villas de emergencia, una cifra alta si se tiene en cuenta – según los datos censales – la población que vive en esos barrios representa solo 5.66% sobre el total de la ciudad. Las Comunas 1, 4, 7 y 8, suman una tasa de homicidios intencionales muy superior al de la ciudad en su conjunto: 14.54. En cambio, las otras once comunas tienen una tasa muy inferior: 3.28.

Por otra parte, en el 65% de los casos se constató una coincidencia entre el lugar donde se produjo el asesinato y el lugar de residencia de la víctima. Eso sugiere, entonces, una mayor vulnerabilidad de los habitantes de los barrios de menores recursos en relación al riesgo de muerte. En el mapa que distribuye estas muertes según el arma utilizada, se nota además que los asentamientos y villas que concentran más homicidios, concentran también las muertes por armas de fuego. Dentro de esos barrios, más de 9 de cada 10 asesinatos se cometieron con armas de fuego. Si se consideran las víctimas menores de edad, el 82% murieron por disparos y el 71% vivían en asentamientos y villas. En contraste, la presencia de menores “inimputables”, por su edad, entre los que cometieron asesinatos, es casi nula.

También llama la atención alto índice de homicidios no esclarecidos, lo que implica un llamado de atención al sistema de justicia penal. Del total de homicidios dolosos, las mujeres representan un 14% de las víctimas, mientras que el 34% son extranjeros. Para los casos en los que hubo imputados, pudo reconstruirse que solamente el 2% son mujeres y el 15% son extranjeros. Es decir, en principio, mujeres y extranjeros muestran una mayor presencia entre las víctimas que entre los victimarios.

Por último, el informe marca una fuerte presencia de homicidios dolores en situaciones de riñas callejeras, ajustes de cuenta y venganzas. El 71% del total sucedió entre en el fin de semana en sentido “extendido”, de jueves a lunes. Entre los casos en que se conoce el móvil del crimen, el 39% fueron por riñas, ajustes y venganzas, el 15% en ocasión de robo y el 11% por violencia intrafamiliar. Tomando en cuenta solo a las víctimas mujeres, los casos de muerte por violencia intrafamiliar aumentan a un 52%. El informe muestra entonces que las mujeres, los menores de edad y los extranjeros son, especialmente en los barrios más pobres de la ciudad, los sectores más vulnerables a los homicidios con intención de matar.