Cosecha Roja.-

El 6 de mayo a las tres de la madrugada sonaron siete balazos en el barrio El Gaucho, de Burzaco. Uno de ellos llegó a la espalda de Lautaro Bugatto, jugador juvenil del club de fútbol Banfield, y le quitó la vida. Las primeras versiones indicaron que había sido un cruce de disparos entre policías y ladrones. Los peritos determinaron que la única arma en el hecho pertenecía a Damián Benítez, agente de la Bonaerense 2 que a esa hora viajaba en un Renault 12 junto a su mujer. El policía fue detenido y acusado por homicidio simple. Ahora, la justicia de Lomas de Zamora podría liberarlo: la Cámara de Apelaciones dictaminó que incurrió en un “homicidio en ejercicio de legítima defensa”. Mañana jueves, familiares y amigos de Franco se movilizarán a los tribunales de Lomas para pedir que eso no suceda.

“La sala segunda de la Cámara cambió la calificación del hecho y la convirtió en un homicidio culposo, lo que haría que el delito sea excarcelable”, explicó a Cosecha Roja el abogado Celso Lucio De la Rosa. A pesar de ello, el juez de garantías Gabriel Vitale decidió no liberarlo, basándose en dos irregularidades de la causa. La primera, la actitud del acusado luego del asesinato. Mientras los amigos de la víctima intentaban retenerlo (“vos mataste a nuestro amigo, no te vayas de acá”, le decían) Benítez les apuntaba con un arma para tratar de fugarse. La única que logró frenarlo fue la madre de Lautaro, que se le tiró arriba del auto cuando el policía intentó arrancar.  La segunda irregularidad fue una reunión entre los familiares del acusado y el subcomisario Perea, jefe de la seccional del barrio, donde se armó la estrategia de defensa del asesino. Pero Benitez igual podría salir en libertad. Su abogado defensor apeló a la misma Cámara que le cambió la carátula y que en las próximas horas, temen los familiares de la víctima, podría dejarlo libre.

“Tenemos miedo como familia” , dijo a Cosecha Roja Gonzalo Bugatto, hermano del fallecido. “No puede ser que no se haga justicia con un tipo que disparó a matar. Están dando el beneficio de la libertad a un tipo que quiso darse a la fuga desde el principio”.

El caso

Lautaro, de 20 años, iba a una fiesta con dos amigos. Cerró la puerta de su casa y al intentar subirse al Peugeot 206, cayó al suelo. Lo llevaron a una clínica y no dejaron ir al presunto responsable, un policía vestido de civil. Al día siguiente, a las 14:20, Benítez, imputado oficialmente por homicidio simple con dolo eventual, declaró en la Unidad de Instrucción Fiscal N.º 5, de Lomas de Zamora, que había disparado contra dos ladrones para evitar que a su hija le robaran una moto. Según su versión, él y su mujer acompañaban desde el auto a la chica de 17 años.

La historia comenzó a desmadejarse cuando el fiscal Juan José Vaello dio los resultados de las pericias iniciales: primero, que la bala que le perforó el pulmón al futbolista salió de un arma oficial. Segundo, que todos los casquillos hallados en la zona pertenecían a esa misma arma, es decir que la única pistola en uso era la del imputado. Si hubo ladrones, lo que tampoco se ha comprobado, pues no se ha podido identificarlos, ellos no accionaron armas.

Unas horas después del hecho, el auto estaba en manos de la familia del principal sospechoso. “El Renault 12 en el que viajaba el imputado”, explicó a Cosecha Roja Lucio De la Rosa, abogado de la familia de la víctima, “estuvo en poder de su concubina en las 24 horas siguientes al hecho. No sabemos qué pasó con ese auto, qué le pudieron hacer, pues se lo entregaron a ella con firmas oficiales y esto es claramente una irregularidad”.

“La Cámara solo usa los testimonios de parientes del asesino. No toma en cuenta la segunda causa que se armó por las irregularidades del caso. Esta comprobado que el asesino quiso modificar el auto. El se lo llevó y el auto volvió con disparos”, dijo a Cosecha Roja el diputado Leonardo Grosso.

Mañana a las 11 hs, familiares y amigos de Lautaro convocaron a una movilización en los Tribunales de Lomas de Zamora.