“Esto recién empieza. Hoy presentamos un habeas corpus colectivo. Somos seres humanos, no animales y la forma en que somos tratados acá adentro es inhumana”, dijo a Cosecha Roja Juan Valente, un interno del pabellón de mediana seguridad de la Unidad 21 de Campana. Es que desde hace varias semanas, los internos de la mayoría de los pabellones pasan 18 de las 24 horas del día “engomados” por eso, ahora  se encuentran en huelga de hambre.

“Engomados quiere decir que la puerta de la celda de cada interno está cerrada con un candado. El espacio es de tres metros por dos y allí convivimos tres personas 18 horas por día”, contó Valente. Al reclamo del excesivo encierro se agrega el recorte de los días de visita -los lunes ya no pueden recibir a sus familiares-, la falta de alimentos, el exceso de población y la falta de atención medica, entre otros.

Otro interno, Jorge Casela, explicó a Cosecha Roja: “engomados es estar encerrado sin actividad de ningún tipo con la celda cerrada que se abre sólo para ir a la ducha. También se llama “engome” a la hora de cierre de algunas unidades. En general, es a las seis de la tarde”

“Ya tomó intervención la Comisión Provincial por la Memoria y la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional. Hace una hora, el director del penal recibió al grupo de internos que lleva adelante el reclamo El hacinamiento es moneda corriente. En celdas que son para dos personas hay tres. No tienen baño porque el lugar del baño lo ocupa una cama. Hay una población de 1.100 personas en una cárcel con capacidad para 600” dijo a Cosecha Roja Carlos Casal, coordinador nacional del Área Cárceles de la Campaña.

“Ya planteamos todas estas cuestiones con el jefe del penal. Ahora hicimos un acta de compromiso con el Servicio Penitenciario Bonaerense para que cumpla con los horarios de visita, con la alimentación cualitativa, la atención médica. Estamos bien, todos tranquilos, ordenados y por escrito. La Defensoría ya viene en camino y la semana que viene vendrán algunos jueces” explicó a Cosecha Roja el interno Diego Pérez.

Para Casal, las cárceles bonaerenses “hace años que han sido olvidadas por todas las gestiones políticas. Entendemos y creemos necesario el compromiso del poder ejecutivo, legislativo, judicial, de las organizaciones sociales y de los organismos de derechos humanos”.