Familiares de víctimas de violencia institucional, organizaciones sociales y políticas, organismos de derechos humanos y vecinos se movilizaron a 7 años de la Masacre de Carcova. Marcharon en José León Suárez para reclamar justicia por los asesinatos de Franco Almirón y Mauricio Ramos, y por Joaquín Romero que sobrevivió a la brutal represión de aquella tarde de 2011. Textos: Jesús Cabral y Vanina Pasik / El Zorzal – Fotos: Facundo Nívolo.-
Aquella tarde del 3 de febrero de 2011 Franco de 16 años, Mauricio de 17 y Joaquín de 19, iban rumbo a los basurales del CEAMSE a buscar cartones. Para acortar el camino decidieron ir por el costado de las vías del ex línea Mitre, allí pararon al ver la represión que se desató tras el descarrilamiento de un tren carguero de la empresa TBA. Ese día, para reprimir a los vecinos intervinieron efectivos de cuatro comisarías: la 4ª de José León Suárez y la 2ª, 8ª y 9ª de San Martín. Estos policías tiraban tiros con bala de goma, plomo y gases lacrimógenos a cualquiera que se acercaba al tren descarrilado para poder sacar mercadería de los vagones y también a quienes solo pasaban por el lugar.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires, en ese momento conducido por Daniel Scioli, pregonaba una política de mano dura y saturación policial. Tras los hechos, justificaron el accionar policial inventando una historia en la que una banda organizada que había descarrilado el tren intencionalmente. Lo cierto, es que dispararon contra la gente del barrio. A esa hora, muchos de los vecinos de Carcova se preparaban para cruzar un puentecito y las vías que los conducen a la quema del CEAMSE, porque son muchas las familias que se sustentan a partir de lo recolectan en el basural.
En ese momento, con pura saña, Mauricio y Franco fueron obligados por la policía a correr, escapando de los gases lacrimógenos que les arrojaron detrás de la pila de escombros donde estaban guarecidos. Fueron asesinados con balas de plomo. Las voces de los testigos que declararon en el juicio oral quedaron registradas, y describieron al joven policía motorizado de la Buenos Aires 2, Gustavo Rey. Sin embargo, esas descripciones no resultaron suficientes para los jueces del tribunal oral criminal N° 2 de San Martín, presidido por Gustavo Garibaldi, que absolvieron al policía por el beneficio de la dida. Argumentaron que al tratarse de un “enfrentamiento” en movimiento, las trayectorias de las balas no podían determinarse con exactitud.
Joaquín Romero fue herido y sobrevivió de milagro. Pudo contar en el juicio que vio al instructor de tiro Gustavo Vega aparecerse entre los pastos, como si se tratara de una cacería. Que al verse frente a frente le dijo: “Corré”. Cuando se dio vuelta, le disparó en la espalda. Él era el más grave de los heridos, y fue trasladado de urgencia la Hospital Thompson, donde lograron salvarle la vida. Las heridas le siguen doliendo, permaneció un tiempo como parte del programa de testigos protegidos, pero volvió al barrio. Ayer pintó la bandera que en el sábado encabezará la marcha que pida justicia por sus amigos, y por él mismo.
“La única banda organizada era la Policía Bonaerense”, dijo en ese momento Leonardo Grosso, militantes del Movimiento Evita que todavía no era diputado nacional. Para pedir Justicia se hicieron presentes en el lugar referentes políticos como Felipe Solá, Gabriel Mariotto, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el intendente Gabriel Katopodis, varias Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Comisión por la Memoria Zona Norte, las Madres de la Lucha que organiza la mamá de Sebastián Bordón, Miriam Medina, entre tantas otras personalidades. En su momento, el hecho abrió una cuña al interior del kirchnerismo, y los grandes diarios publicaron la noticia porque Grosso se enfrentaba a Scioli y a su ministro Casal.
El oficial Gustavo Vega, en primera instancia, fue condenado a tan sólo a siete años de prisión. Pero esta condena no fue aceptada por la querella, que apeló ante la Cámara de Casación, que ordenó que se realizara una audiencia con todas las partes involucradas, y que se considere la aplicación de los agravantes por ser un funcionario público y por portación de arma. Hoy cumple una condena de 15 años y 6 meses. Respecto del otro imputado, Gustavo Sebastián Rey, la Cámara de Casación ordenó que sea sometido a un nuevo juicio, y que ahí se determine si fue el autor de los crímenes de los adolescentes.
Los organizadores destacan que existe una situación represiva en términos generales en los barrios de San Martín, como en todo el país, y se traduce en una sociedad militarizada que amenaza a los sectores populares. Desde que sucedieron los hechos se vienen realizando marchas en reclamo de justicia. Este sábado, a las 16.30 marcharán desde la estación de José León Suárez, hasta el fondo del Barrio La Cárcova, al lugar donde los chicos fueron asesinados, en las intersecciones de las calles Aguado y 2 de abril, con la consigna “Basta de represión, Unidad en la Acción”. El padre Pepe Di Paola oficiará una misa, y habrá un número musical a cargo de dos raperos -una chica y un chico- del barrio Curita.
