“Jamás Carmen cederá: libre nació y libre morirá”. La protagonista de uno de los clásicos de la ópera por momentos habla de si misma en tercera persona. Está huyendo de su amante porque tiene otro. Ya no te amo, dice ante a su futuro asesino. Él promete cambiar por ella (¿les suena?) y hacer lo que le pida (!). Ella responde que es en vano, que ya no hay amor. El hombre dice “ya estoy harto de amenazarte”. Y le clava el cuchillo.

La opera Carmen de Bizet es una de las más populares del mundo fuera del ámbito especializado. Esta es un de sus piezas más conocidas:

Su nombre es L’amour est un oiseau rebelle“, el amor es un pájaro rebelde, pero se la conoce como “Habanera”. La canción acompaña el encuentro entre un soldado llamado Don José, a quién Carmen -una gitana que trabaja fabricando cigarros- le advierte lo que piensa del amor:

Dice algo así: “El amor es un pájaro rebelde que nadie puede dominar… El amor es un niño gitano, jamás, jamás ha conocido ley. Si tú no me amas, yo te amo; y si te amo, ¡Ten cuidado!”

carmen-rojo

Una síntesis con spoilers (y así nomás): Don José, que sabía en lo que se metía, se enamora de Carmen y la sigue. Deja a su pareja, deserta del ejército y se transforma en bandido. El amor se enciende y se apaga. Ella se enamora de un torero y se va con él. Don José no lo soporta y la mata.

La obra se estrenó en 1875 y se convirtió en un clásico.  Ahora se está presentando en italia. El director Leo Muscato tomó una decisión: cambiar el final. No quería, dijo, que “el público aplauda el asesinato de una mujer a manos de un hombre”.  No quiso contar cómo terminaba, pero las redes se encargaron de hacerlo: Carmen le arrebata el arma y mata al que en la versión original estaba a punto de convertirse en femicida.  Quizás un final más acorde a su

El estreno fue hace una semana, a sala llena,  con algunos abucheos y protestas en las redes sociales, con los hashtags del tipo #FakeEndings y #CarmenNonMuore

Los críticos  musicales la recibieron con la seño fruncido.  Alberto Matteoli, del diario La Stampa, escribió que “es legítimo hacer de todo en el escenario, pero la corrección política no tiene valor retroactivo”.

No es la primera vez que Carmen tienen transformaciones. Con menos ruido -quizás por el escenario no era la cuna de la ópera clásica- el director Marcelo Lombardero presentó el año pasado una versión hecha en hip hop y con perspectiva de género.

En una entrevista con la revista Marvin, explicó:

“La obra contiene personajes y danzas populares como habaneras y seguidillas, pero con un toque más contemporáneo-urbano, pero si vamos a contar esta historia desde aquí y desde ahora, estamos frente a una que habla sobre violencia de género y feminicidios. Era ridículo que nos basáramos en danzas antiguas. En esta versión utilizamos la misma música de Georges Bizet pero transportada al hip hop.

“Para empezar ella no es una femme fatale, es sólo una mujer. Contar esta historia desde el punto de vista romántico y machista, en donde la idea de que la mujer fatal  conduce a la destrucción al pobre soldadito, hoy se trata de algo serio. En un continente en el que cada hora cuatro mujeres mueren a mano de hombres, tendríamos que hablar entonces de masculinidad fatal. Aquí el problema es Don José, el hombre que asesina a Carmen”.

 

Un afiche inventado, quizás para una versión cumbianchera

Un afiche inventado, quizás para una versión cumbianchera

 

 

 

 

CARMEN
¡Eres tu!

DON JOSÉ
¡Soy yo!

CARMEN
Me han advertido
que me fuera, que tú estabas aquí,
He temido por mi propia vida;
¡pero soy valiente, no huyo de nadie!

DON JOSÉ
¡Ya no te amenazo…
te imploro… te suplico!
¡Olvidemos el pasado, Carmen!
¡Sí, juntos los dos
podremos comenzar otra vida,
lejos de aquí, bajo otros cielos!

CARMEN
¡Tú me pides lo imposible!
¡Carmen jamás ha mentido!
¡Su corazón es inflexible;
entre tú y ella… todo terminó!
¡Jamás he mentido!
¡Entre nosotros, todo ha terminado!

DON JOSÉ
Carmen, todavía queda tiempo…
¡Oh mi Carmen, déjame
que te salve, que te adore
y salvarme contigo!

CARMEN
¡No! Sé que esta es la hora,
sé bien que tú me matarás,
pero ni viva ni muerta…
¡no, no cederé jamás!

DON JOSÉ
¡Ah, todavía queda tiempo!…
¡Si, todavía queda tiempo!…
¡Oh mi Carmen, déjame
que te salve, que te adore
y salvarme contigo!

CARMEN
¿Por qué cuidas todavía
a un corazón que ya no es tuyo?
En vano dices “¡yo te adoro!”
No obtendrás nada de mí,
ah, en vano…

DON JOSÉ
(con ansiedad)
¿Entonces ya no me amas?

CARMEN
(con serenidad)
¡No! Ya no te amo.

DON JOSÉ
(con pasión)
Pero, Carmen, yo todavía te amo,
Carmen, ¡ay: yo te adoro!

CARMEN
¿Para qué todo esto?
¡Cuantas palabras vanas!

DON JOSÉ
¡Carmen, yo te amo, yo te adoro!
¡Y si es necesario, para complacerte,
seré un bandido…
haré lo que quieras…
¡Todo, me entiendes!… ¡Todo!
¡Pero no te alejes de mí!
¡Oh, mi Carmen,
recuerda el pasado!
¡Nos amábamos no hace tanto!

(desesperado)

¡Ah, no te alejes de mí, Carmen, ah!
¡No te alejes de mí!

CARMEN
¡Jamás Carmen cederá!
¡Libre nació y libre morirá!

CORO
(desde adentro de la plaza)
¡Viva! ¡Qué corrida tan bella!
¡En el ensangrentado albero,
el toro hostigado
embiste furioso!
¡Herido en pleno corazón!
¡Viva! ¡Bravo! ¡Victoria!

(Al oír los gritos de victoria, Carmen
lanza una exclamación de alegría.
Don José no quita su vista de ella que
da un paso en dirección a la plaza.)

DON JOSÉ
(obstruyendo su paso)
¿Adónde crees que vas?

CARMEN
¡Déjame!

DON JOSÉ
¡Ese hombre a quien aclaman,
es tu nuevo amante!

CARMEN
(queriendo pasar)
¡Déjame!

DON JOSÉ
¡Por mi alma,
que no pasarás!
Carmen, ¡conmigo vendrás!

CARMEN
¡Déjame, don José, no iré contigo!

DON JOSÉ
Vas con él, dime entonces…
¿lo amas?

CARMEN
¡Le amo!
¡Le amo, y aún ante la muerte misma
repetiré que lo amo!

CORO
(desde adentro de la plaza)
¡Viva! ¡Bravo! ¡Victoria!
¡Ha estoqueado en pleno corazón!
¡El toro cae!
¡Gloria al victorioso torero!

DON JOSÉ
(con violencia)
¡De modo que mi alma
he perdido por ti…
para que tú te marches, infame,
y entre sus brazos te rías de mí!
¡No, por mi sangre, no irás!
¡Carmen, conmigo tú vendrás!

CARMEN
¡No, no, jamás!

DON JOSÉ
¡Estoy harto de amenazarte!

CARMEN
(con cólera)
¡Entonces, mátame
o déjame pasar!

CORO
¡Victoria!

DON JOSÉ
(enloquecido)
¡Por última vez, demonio!
¿Vendrás conmigo?

CARMEN
¡No, no!
Este anillo,
que una vez me diste…

(se lo tira)

¡Tómalo!…

DON JOSÉ
(clavándole un cuchillo)
¡Bien, endemoniada!

(Carmen cae… y muere.)

CORO
(desde adentro de la arena)
¡Victoria! ¡Bravo! ¡Ah!