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El ex sargento de la Bonaerense Justo José López, único detenido por el homicidio de Miguel Bru, el joven estudiante de periodismo desaparecido y torturado en una comisaría en 1993, seguirá cumpliendo condena en la cárcel de Sierra Chica. Hoy, la Cámara Penal de La Plata rechazó el pedido de libertado condicional presentado por la defensa.
Desde el año pasado, López es un hombre libre dos días al mes. En 1999 fue condenado a prisión perpetua por tortura seguida de muerte, privación ilegal de la libertad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. En mayo del año pasado, la Sala I de la Cámara Penal le otorgó un régimen de salidas transitorias para que pueda visitar a su familia en La Plata. Hoy, esa misma Cámara rechazó el pedido de libertad condicional. Su abogada, Norma González, sostuvo que con la aplicación del 2×1 (cada año de prisión sin condena computa doble), que estaba vigente al momento del hecho, López ya debería poder gozar del beneficio.
“Gracias a Dios el tribunal entendió que no se había cumplido el término para que pudiera salir”, dijo a Infojus Noticias Rosa Bru, la mamá de Miguel. “En octubre sí podría pedir la libertad condicional”, explicó.
Miguel Bru tenía 23 años, estudiaba periodismo y formaba parte de una banda de musica. Vivía en una casa tomada de La Plata con varios miembros del grupo. En esa casa sufrieron dos allanamientos ilegales de oficiales de la comisaría 9ª. La primera vez, los uniformados dijeron que los vecinos habían denunciado ruidos molestos; en la segunda oportunidad se excusaron en un robo a un kiosco que nunca existió. Los agentes rompieron instrumentos y se llevaron detenidos. Miguel los denunció en la Justicia. A partir de ese momento, el hostigamiento policial se hizo una constante en la vida del joven.
Durante el juicio, seis personas que habían estado detenidas en la seccional 9ª declararon que Miguel ingresó en la comisaría el 17 de agosto de 1993 a la noche y que vieron cómo lo torturaban hasta la muerte. La pericia que se hizo al libro de guardias demostró que el nombre había sido borrado.
En agosto de 1993 Miguel fue a cuidar la casa de unos amigos que vivían en el campo, a 50 kilómetros de La Plata. Sus amigos nunca más lo volvieron a ver.
Los policías de la comisaría 9ª contaron con la complicidad de la Justicia. “Sospecho que se ha ido con alguna chica a Brasil”, le dijo en una oportunidad el juez de la causa, Amílcar Vara, a Rosa.
El 14 de mayo pasado, Rosa participó en uno de los paneles de las jornadas que se realizaron en la Universidad Nacional de La Matanza para debatir las reformas judiciales. “Me parecieron extraordinarias, es necesario una democratización de la Justicia, hay jueces que intervienen desastrosamente y nadie los puede mover”, dijo. Ese día, en el acto de cierre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo referencia al caso de Miguel Bru. “Lo que menos esperaba era que la Presidenta nombrara a Miguel. Fue muy emocionante, estoy muy agradecida”, agregó.
En 1999, seis años después de la desaparición de Bru, el ex sargento López y el ex subcomisario Walter Abrigo fueron condenados a perpetua. Abrigo murió poco después en prisión. El entonces comisario de la seccional 9ª, Juan Domingo Ojeda, recibió una pena de cumplimiento efectivo de dos años. “Con su negligencia permitió esos tormentos y ocultó su consecuencia”, dijeron los jueces.
El ex suboficial Ramón Cerecetto recibió la misma pena por adulterar el libro de guardia para que no quedaran rastros de la detención de Bru. Ojeda y Cerecetto fueron liberados después de cumplir ocho meses de cárcel.
El cuerpo de Miguel sigue sin aparecer. López, el único detenido en la causa, seguirá preso. Al menos hasta octubre.