Diario Norte.-

“Es una personalidad anormal, que se caracteriza por no tener la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales. No sabe o no puede adaptarse a ellas. Por esto es que, a pesar que sabe que está haciendo un mal, actúa por impulso para alcanzar lo que desea, cometiendo en muchos casos delitos graves. Si bien no es posible predecir científicamente con certeza la conducta (futura) de Juan Alberto Cabeza, con respecto a la posibilidad de reincidencia en delito contra la integridad sexual, considero que existen factores personales de riesgo de reincidencia”.

Este fue el informe que el doctor Ramiro Isla (44 años, foto) brindó a la Justicia Federal cuando el 16 de Agosto pasado entrevistó a quien días después iba a ser dejado en libertad condicional, decisión que marcaría la muerte de Tatiana Kolodziez.

El médico psiquiatra chaqueño, oriundo de Villa Angela, es perito oficial del Poder Judicial del Chaco, Organismo que presta sus profesionales al Poder Judicial federal en cuestiones como el brindar la libertad condicional a un condenado. En Corrientes es propietario del “Instituto de Neuropsiquiatría, Neurosicolgía Cognitiva y de rehabilitación”, ubicada en el centro de la ciudad. A esta clínica asisten personas con deterioro cognitivo, afectivo y conductual por daño cerebral adquirido.

Ayer en entrevista exclusiva con NORTE señaló que en agosto pasado hizo una evaluación psicológica a Cabeza, advirtiendo que se trataba de “una persona con riesgo de reincidencia”. No obstante, explicó que él no aconseja sobre si darle o no el beneficio de libertad condicional a los presos, “porque eso es potestad del juez”. “Yo había puesto en el informe que era una persona con riesgo de reincidencia, por la estructura de personalidad que tenía; me parecía una persona muy fría, la forma de relatar los delitos, hasta inclusive con falta de vergüenza, de compasión con la víctima, de no ponerse en el lugar de la víctima aunque haya sido un delito cometido hace más de 15 años”.

Por todas esas características, el especialista afirmó: “Eso me daba la pauta de que era una persona con características psicopáticas, transgresora y que podía llegar a reincidir a pesar de que no se puede predecir con certeza”.

Isla dijo que al efectuar “el examen semiológico psiquiátrico, se encuentra vigil, orientado globalmente, con pensamientos de curso normal, sin ideas delirantes ni de muerte, eutímico, con funciones congnitivas normales”, es decir, “Cabeza no tiene ninguna patología, no sufre de ninguna enfermedad mental. El tiene plena conciencia de lo que hizo y de lo que va a hacer”.

“Lo que me llamó la atención en él fue su frialdad. Otros condenados niegan lo hecho, o dicen no querer hablar de sus experiencias pasadas. Cabeza es diferente: relata su vida y habla de sus actos como si hablara de matar a un pollo. En su discurso se hace responsable de los hechos por el cual cumple condena; relata su historial delictivo, diciendo que no quiere continuar con dicha actividad y que está en tratamento psicoterapeútico”.
“Informe escueto”

Tras explicar Isla sus puntos de vista científico, fue consultado sobre las declaraciones del juez que liberó a Cabeza, el doctor Axel López, que calificó su informe “de escueto”.

“Escueto son todos los informes de este tipo. El informe médico psiquiátrico no necesita ser extenso. Lo importante es que es sea contundente, claro. Y este lo fue. No olvide que soy un perito oficial y por lo tanto el juez puede llamarme las veces que quiera para interiorizarse un poco más del tema”, señaló.

El forense concluyó que “el acusado, en las entrevistas, decía que quería una nueva vida, reinsertarse y formar una familia, pero no mostraba un real arrepentimiento”, y agregó: “A partir de esto mi recomendación en el informe elevado al fiscal fue que no le otorguen la libertad condicional”.

“Lamentablemente el juez López no me llamó cuando decidió la libertad y se basó en los informes de la unidad carcelaria”, denunció el médico psiquiatra, a la vez que aclaró que el objetivo de este tipo de informes es evaluar “las funciones psíquicas y posición subjetiva del victimario con respecto a la víctima”, añadiendo: “Cabeza decía que se arrepentía, pero no lo mostraba”.