Cosecha Roja.-

Keyla Jhoana Nieto Palmera tenía siete años. El viernes la vieron por última vez en la puerta de la escuela; estaba aprendiendo a leer. Vivía con su familia en el barrio Brisas del Río, un asentamiento precario de La Jagua de Ibirico, Cesar, en el norte de Colombia. Hoy, en la zona rural, hallaron su cadáver. A Keyla Jhoana la violaron y la mataron.

Las investigaciones para averiguar el paradero de la niña comenzaron el mismo viernes, cuando familiares y vecinos de Brisas del Río denunciaron que no la encontraban por ninguna parte. Anairis Pedroza, tía materna de Keyla Jhoana, dijo que la buscaron por todas las calles de La Jagua de Ibirico, preguntaron casa por casa y hablaron con los demás estudiantes de la Escuela Mixta N.º 1. También pegaron afiches en las esquinas y distribuyeron su fotografía en comercios y medios de comunicación.

Keyla Jhoana estudiaba en la jornada de la tarde y, como muchos niños de su edad, se devolvía sola hasta la casa, en un trayecto de pocas cuadras. La mamá estuvo esperándola un rato, luego fue por ella a la escuela y no la encontró. Alguien le dijo que la niña se había subido a una moto, que la vieron hablando con un señor. Tal vez, esa es la hipótesis que tienen en el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, ese hombre la habría convencido, con engaños, de irse con él.

No supieron más hasta ayer, cuando un campesino, cortador de caña, se encontró el cadáver de una niña, ya en estado de descomposición. Llamó a las autoridades para que fueran hasta la zona rural, cerca del barrio El Manantial, e hicieran la diligencia de levantamiento. La noticia comenzó a correr: se trataba del cuerpo de Keyla Jhoana. Estaba desnuda y golpeada, con signos de haber sido violada.

En La Jagua de Ibirico, hubo consternación. Aunque era un lunes víspera de feriado nacional, en el que muchos descansaban, los habitantes se organizaron para salir a marchar. Los vecinos de Brisas del Río, la mayoría con historias de desplazamiento por conflicto armado, acompañaron a la familia hasta la morgue del pueblo, caminaron por las calles y, con arengas y gritos, reclamaron justicia.

El gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, pidió a los hombres de la Policía y el CTI esmerarse en su labor para aclarar el crimen y hallar al homicida. Ofreció 10 mil dólares a quien dé información que permita identificar al hombre de la moto. “Es necesaria la colaboración de la ciudadanía para evitar que este o cualquier otro crimen quede en la impunidad”, manifestó. Didier Lobo, alcalde del municipio, declaró: “El hecho no quedará en la impunidad y pronto se dará un resultado positivo”.

El cuerpo de Keyla Jhoana es ahora la principal evidencia para encontrar al responsable, quien además de violarla y asesinarla también intentó incinerarla. Así lo mencionó Alberto Esmeral, director seccional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Funcionarios de Medicina Legal sumaron detalles a esa escena de dolor; anoche, a pocas horas del hallazgo, informaron que la niña fue estrangulada con las cuerdas de su mochila escolar.

Hoy en La Jagua de Ibirico no se izaron banderas de Colombia que conmemoraran la Independencia del país, sí, en cambio, hubo nuevas manifestaciones de repudio por el crimen de la niña.

Con información de El Heraldo