Armando Neira. Semana.-

En televisión, ser bueno no da rating. A ningún libretista se le ocurriría, por ejemplo, ir a un canal privado a presentar un proyecto con la vida de San Francisco de Asís, José Gregorio Hernández (el santo) o del Señor caído de Monserrate, para citar algunos ejemplos de personajes que al tener miles de seguidores podrían generar una vasta audiencia. En cambio los malos venden, seducen, atrapan.

El fenómeno se traslada al séptimo arte. Sea el crítico que sea, siempre que da una lista con las cinco mejores películas de la historia incluye la saga de El Padrino. El film narra la violenta vida de Don Vito Corleone, jefe de una de las cinco familias que controlan con puño de hierro la mafia de la Cosa Nostra en la Nueva York de los años 40. Sus hijos siguieron su perverso ejemplo. Pero ¿quién no se emocionó con las acciones de Marlon Brando (Don Vito) o del estupendo Al Pacino (Michael) o el carismático James Caan (Sonny)?

Este lunes se inició en Colombia la serie ‘Pablo Escobar El Patrón del mal’. Y en esta línea de que los malos tienen gran aceptación arrasó en el rating, con registros históricos. Sin embargo, ahora para sus creadores –Juana Uribe y Camilo Cano– vienen varios retos: mantener la tensión dramática, continuar la altísima exigencia técnica y actoral mostrada en las primeras escenas y mostrarle a Colombia quién era en realidad el jefe del Cartel de Medellín. En varias entrevistas ellos han insistido en que ese es uno de sus objetivos no sólo para aportarle a la historia del país, sino porque en sus casos particulares ambos fueron víctimas directas de la demencia de este hombre.

Pero ¿lo lograrán? El riesgo de fallar está latente. Aunque sea políticamente incorrecto decirlo, Pablo Escobar gozó de una enorme aceptación en muchos sectores de la sociedad. Tanto, que pudo edificar su temible imperio militar y económico por las condiciones morales, culturales y sociales de la Colombia de los años 70 a los 90 del siglo pasado. Dos de sus gatilleros eran Carlos Castaño y ‘Don Berna’ quienes luego aglutinarían a las bandas de sicarios en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y que también iniciarían su macabra expansión con la mirada complaciente de muchos.

Conocer la barbarie es esencial para construir una sociedad mejor. Sin embargo, hasta ahora los intentos en televisión han terminado en un resultado distinto al que manifestaron sus creadores cuando los presentaron: ‘El cartel de los sapos’, ‘El Capo’, ‘Sin tetas no hay paraíso’, ‘Las muñecas de la mafia’, son algunas de las series en las que, al final, el público quedó encantado con sus personajes. Incluso se apropió de sus gestos y lenguaje para incorporarlo al divertimento cotidiano. Un ejemplo: ‘El Cabo’ (Robinson Díaz) y ‘Guadaña’ (Julián Arango) en la vida real descuartizaban gente pero terminaron de simpáticos personajes de La Luciérnaga en donde hacían reír mucho. Los dos casos recientes en que la televisión se la ha jugado por llevar a escena las hazañas de los buenos han sido ‘Héroes de Acero’ y ‘Los Infiltrados’. En ambos, el rating terminó por aniquilarlos.

En Pablo Escobar el patrón del mal, los creadores tienen la convicción de que el público no será seducido por el ‘Patrón’ ni mucho menos habrá siquiera una remota posibilidad de construirle una apología. ¿Por qué? Porque –argumentan ellos- la serie abunda en el contexto, en el rigor y, sobre todo, porque las víctimas son también protagonistas: Luis Carlos Galán, don Guillermo Cano, Rodrigo Lara, entre otros. Pero ¿podrán estos personajes en la ficción ganarle la batalla a Escobar por conquistar al público? ¿Tendrán tanto carisma con la cámara Nicolás Montero, Germán Quintero y Ernesto Benjumea, que representan a estas tres figuras sacrificadas, como lo tiene Andrés Parra, que hace de bandido?¿Con quién se identificará más la audiencia? Con estos tres hombres fieles, enamorados de sus esposas, magníficos padres, con sólidas bases morales, honestos, trabajadores, cumplidores de la ley. ¿O con el hombre que vino de abajo y que apenas con estudios elementales se hizo multimillonario, tuvo una flotilla de aviones, desafió y puso de rodillas al Estado y además conquistó a cuanta mujer quiso, entre ellas a Angie Cepeda, una de las más deseadas en la ficción?