Conferencia intersexual de Latinoamérica: basta de mutilar cuerpos

Durante tres días, activistas intersex de todo el continente se juntaron a debatir y compartir experiencias.

Conferencia intersexual de Latinoamérica: basta de mutilar cuerpos

Por Matias Máximo
07/02/2020

Fotos: Inmensidades

Las personas intersex en Casa Brandon estaban emocionadas: pocas veces pasa que en un lugar sean mayoría y se respire sin prejuicios. Después de tres días en los que debatieron en primera persona sobre el presente y las demandas a futuro de la comunidad intersex, unxs 30 activistas tuvieron su noche de abrazos, risas y lágrimas de alegría. En el cierre de la “Conferencia Intersex Latinoamericana y del Caribe ” leyeron un llamado a los Estados que empieza así:

-Punto 1: Prohibir de inmediato toda práctica que modifique las características sexuales de una persona sin razones médicas fehacientes y sin el pleno consentimiento informado de esta.

-Punto 2: Abolir el sexo como categoría legal por ser consignado en documentos oficiales (partida de nacimiento, cédulas de identidad, pasaportes, etc.)

Este documento, escrito hace un año en la primera Declaración que se hizo en San José de Costa Rica, pide algo tan básico como no tener que resignar a algunos derechos humanos para acceder a otros. 

“En general las personas intersex somos sometidas a intervenciones de normalización corporal que se hacen en la primera infancia, durante la niñez y a veces también en la adolescencia. Esas intervenciones son médicamente innecesarias y no son consentidas por las propias personas sino por madres, padres u ordenadas por el sistema médico. Producen en muchos casos consecuencias como la insensibilidad, esterilidad y el dolor crónico”, dijo a Cosecha Roja Mauro Cabral Grinspan, activista intersex, entre otros movimientos de los cuales forma parte, como el movimiento trans y el movimiento gordo.

Foto: Inmensidades

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Mauro explicó que el objetivo del encuentro fue elaborar estrategias y hacer un agenda común de trabajo: “Para poner un punto final a esas intervenciones, para apoyar a las personas intersex y a las familias, y para lograr que las personas intersex recibamos la reparación que nos merecemos por las violaciones a los derechos humanos a las cuales se nos ha sometido. También por vivir en una cultura donde el cuerpo de ninguna persona sea normalizado con el fin de encajar con normas culturalmente, legalmente y médicamente impuestas”.

En la Conferencia participaron activistas intersexuales de Venezuela, República Dominicana, México, Perú, Costa Rica, Brasil, Chile y Argentina. Hubo lugar para el micrófono abierto, donde se contaron las experiencias durante el encuentro, y se proyectaron trabajos de Proyecto Intersexual, una propuesta colectiva que desde la experiencia y el arte contemporáneo quiere visibilizar y sensibilizar sobre las problemáticas de las personas intersex.

fragmentos

El documento que leyeron llama a rechazar las conceptualizaciones y asignaciones de la intersexualidad como un “tercer sexo”, “tercer género”, “sexo indefinido”, “sexo indeterminado”, “sexo ambiguo” o similares al nacer, así como la práctica de dejar en blanco el casillero correspondiente a la asignación de sexo tras el parto o alumbramiento (“en tanto dichas anotaciones no reflejan la diversidad de cuerpos que habitamos y vulneran nuestro derecho a la privacidad”). 

Sobre las instituciones médicas, pide cesar de inmediato toda práctica de modificación de las características sexuales que no se realice debido a una necesidad médica fehaciente y sin el consentimiento informado de la propia persona. En relación a las familias, pide algo directo: “Escucharnos”.

“Buscamos derechos humanos intersex para poder transitar una vida mejor”, dijo al cierre del encuentro Gaby, coordinadora del proyecto Orquídea Intersexual (una red online https://www.facebook.com/orquideaintersex/ que vincula  activistas). “Queremos que nuestras corporalidades sean entendidas dentro de una variedad, porque los caracteres genitales no equivalen a estar enfermos: nuestras demandas son por el derecho a la empatía y a poder elegir”.

Matias Máximo