Diego Enrique Osorno, periodista, autor del libro El cartel de Sinaloa, dice: “No es que uno debe renunciar a realizar los registros de esa brutalidad actual, sino que quizá hay que buscar otras formas narrativas para hacerlo.”

Un reportero de mierda

Por Diego Enrique Osorno. Gatopardo, 15 de julio de 2011.

¿Por qué intento escribir de un tema distinto a los que usualmente me toca trabajar?

La violenta realidad asombra menos. Si cuento que hoy en la mañana al salir de casa me hallé una cabeza humana sobre una cartulina verde fosforescente en la puerta, pocos dudarían que miento y todavía menos serían los interesados en conocer el trasfondo de ello. No es que uno debe renunciar a realizar los registros de esa brutalidad actual, sino que quizá hay que buscar otras formas narrativas para hacerlo. A estas alturas del sexenio, las muertes violentas quedan registradas en la mente de la mayoría como “muertes del narco” y aunque causan mucho miedo en general, en lo particular se olvidan más rápido de lo que se nos olvidó Pablito Ruiz, Locomía, o precisamente Garibaldi.

Lo inverosímil es hoy realidad. Entonces los reporteros estamos contando hechos que parecen ficción, ojalá lo fueran: El sicario de la fama más sanguinaria se apoda La Barbie y la banda que compite con él en esos “méritos” usa una sola letra del abecedario, la última, para autonombrarse ¿Qué imaginación literaria puede superar fácilmente eso? En este sentido el problema como narradores no es el de la verosimilitud, sino el de hallar la forma idónea de penetrar la cultura que hace posible que sucedan cosas tan irreales que están ocurriendo en este país al que todavía se le dice México.

A lo que voy es que hay otras realidades igual o más violentas que casi no son contadas, permanecen invisibles, o sea impunes. He ahí el intento de escribir una historia que en apariencia no tendrá nada que ver con la violencia. Por lo menos no con la violencia directa que conocemos por masacres como la del bar Sabino Gordo y que hoy es tristeza diaria en lugares como Ciudad Juárez o mi natal Monterrey.

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Lee algunas de las historias que narró Diego Enrique Osorno:

-El Jefe de los Jefes: “un capo culto”. Milenio, marzo de 2009

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– El gitano, el primer sicario de sinaloa. Extractos del libro El cartel de sinaloa. Milenio, noviembre de 2009.

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– La batalla de Ciudad Mier. Columna Historias de Nadie. Milenio, mayo de 2011

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