linchamientoPor Cosecha Roja. –

Osvaldo Kreiker estaba cenando cuando escuchó los primeros gritos. Desde la ventana de la cocina vio a la multitud que lo esperaba para lincharlo, piedras en mano, por abusar de una nena. El hombre de 47 años lo decidió cuando las primeras llamas consumían la casa. Prefirió que sea de su manó y se voló la tapa de los sesos con una carabina calibre 22.

En el Barrio Los Plátanos de la capital cordobesa a Osvaldo lo conocían todos. Era un secreto a voces que acostumbraba a recibir chicos en su casa con la excusa de que tenía una pileta pelopincho en el patio del fondo. “A todos nos parecía un hombre común que vivía solo”, dijo ayer uno de sus vecinos.

Recién el lunes pasado, dijo la madre de la nena,  se dio cuenta que habían abusado de su hija. Ese mismo día presentó la denuncia en la Unidad del Niño y la Mujer provincial. “Le preguntábamos qué le pasaba porque la nena se orinaba en la cama. Había tenido un cambio notorio. Nos dimos cuenta cuando encontramos los mensajes de texto que el tipo le mandaba a su celular “, le contó la madre a La Voz del Interior.

“Te espero mi amor”, decía uno de los mensajes. La madre llamó al número y reconoció la voz del otro lado de la línea. “Esto debe haber pasado hace 10 días. Nunca supe que ella y otras nenas iban a su casa. Debe haber más víctimas”, agregó la madre.

Cerca de las 9 de la noche del miércoles, la familia y un grupo de vecinos fueron hasta la casa de la calle Ignacio Warnes. La madre dijo que ni bien llegaron el hombre empezó a disparar tiros al aire. Que una de las balas atravesó la mano de su hijo. Y que ahí la situación se salió de control. Primero llovieron las piedras. Después prendieron fuego a la casa. Antes de que llegara la policía, Kreiker se suicidó. Le alcanzó con dispararse un solo tiro en la garganta.