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Cosecha Roja.-

Rubén Ré era toda una celebridad en Paso de la Patria, el pueblo turístico a orillas del río Paraná. Se había ganado su fama como hacedor de tenistas profesionales. Agustín Belotti y Lucas Mayer eran sus dos últimos pupilos con éxito internacional: dos jugadores jóvenes que ya competían en el ATP. Después de un par de semanas de trabajo en Buenos Aires, Rubén voló hasta la capital de Corrientes y de ahí se fue derecho a su casa quinta. La noche del 6 de febrero recibió la visita de una mujer. La señora, que se comenta estaría casada con un reconocido cirujano plástico de la provincia, había preferido cancelar un viaje a Punta del Este con su esposo y aparecerse, de sorpresa, por la casa de Ré. El coach descorchó un champagne para celebrar la llegada de la mujer. En su casa, cuando llegó la policía, el líquido en las copas todavía burbujeaba.

-Ayuda, ayuda- fue lo que llegó a escuchar un vecino en el silencio de la noche correntina. Apenas pasaban las 11 cuando vio el cuerpo agonizante de un hombre tirado en medio de la calle. Llevaba un jean, zapatillas y una cadena de oro sobre el pecho desnudo.

Ré balbuceaba sobre un charco de sangre.

Tenía un fuerte golpe en la cabeza con hundimiento de cráneo que abarcaba todo el sector izquierdo del rostro, fractura de clavícula, una lesión en el tórax y dos costillas rotas. El vecino, que lo encontró tirado a 40 metros de su casa, nunca pudo identificar a ese cuerpo con el famoso coach de tenis. Lo que golpeó a Ré, lo golpeó hasta dejarlo irreconocible.

El coach de tenis era oriundo de Chaco. Estaba casado y tenía dos hijos. El 6 de febrero ingresó de urgencia al Hospital Escuela de la capital correntina. Por pedido de su familia, a los pocos días, fue trasladado al Perrando de Resistencia. El parte médico hablaba de “un traumatismo de cráneo y tórax, él está en coma, con respirador y su estado de salud es delicado”. Hasta que un cuadro de neumonía lo pusó contra las cuerdas. Agonizó más de 15 días antes de morir. Ninguno de los 3500 habitantes de Paso de la Patria entiende qué es lo que le pasó.

La mujer casada que lo vistió fue la última en verlo con vida. El silencio oficial con la que se maneja la causa alimentó los rumores de que se trataría de una mujer de alta sociedad, con doble apellido y conexiones en las altas esferas del poder provincial que la resguardan del escándalo mediático.

La misteriosa mujer, y otros tres vecinos del coach, ya declararon en la causa. Ella admitió haber compartido la noche del miércoles 6 de febrero con Ré. Los vecinos lo confirmaron: el Honda Fit en el que llegó se estacionó en la puerta de la casa del coach y, dicen, allí se quedó hasta altas horas de la noche.

Los investigadores siguen sin entender las circunstancias en la que se habrían producido las lesiones. Al principió creyeron que lo habían atropellado. La policía secuestró el automóvil Honda Fit en la capital correntina para realizarle pericias y determinar si había sido utilizado para atacar a la víctima.  Pero los resultados dejaron más preguntas que respuestas. “Ese vehículo parece haber sido sacado recién de una concesionaria, no tiene nada, por lo que concluimos que ese auto no tiene relación con la causa”, confió una fuente judicial a el diario El Litoral.

“Es la última persona que lo vio en buen estado de acuerdo a su relato. Hay otra pista que por el momento no se hará pública y que podría vincular más a esta mujer. Además, resta la declaración de otro testigo, que sería trascendente para la causa. Eso se resolverá en el transcurso de esta semana”, aseguró la misma fuente.

Los investigadores creen que los resultados de la autopsía, que se esperan para hoy a última hora, serán fundamentales para determinar si lo atropellaron o fue golpeado con un objeto contundente. Pedro Barboza, periodista local, afirmó en declaraciones que la mujer no habría llegado en el Honda Fit, cuyos peritajes dejaron la investigación en un callejón sin salida, sino en la camioneta 4×4 de su marido. Ese dato podría reflotar la posibilidad de que a Rubén lo hayan atropellado una y otra vez hasta dejarlo herido de muerte.

“Orgullosa de ser tu hija. Perdí a un grande en mi vida, siempre vas a ser mi papá, estés donde estés. Dame fuerzas para seguí adelante. Te amo y te voy a extrañar papá”, fue lo que publicó Lucila Ré, su hija, en Twitter. Y agregó: “Juego al tenis en honor a mi papá. Tengo un ángel que me protege y me protegerá toda mi vida. Soy la hija de Rubén Ré, orgullosa de serlo”.

Velotti, uno de sus últimos pupilos, también eligió despedirse de su maestro por Twitter: “¡No hay consuelo que valga en este momento! Una tristeza y un vacío que nunca sentí en mi vida”.