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Una caravana de siete camionetas de doble cabina parte de Kimbiri, en el Cusco, con destino a Desaguadero, en Puno. Escondida en la carrocería los vehículos llevan cerca de media tonelada de pasta básica lavada de cocaína, que en el Valle vale alrededor de 400 mil dólares.

Una parte de la droga está escondida en caletas dentro de las tolvas; y otro tanto en el interior de los tanques de combustible, en botellas de plástico. Cada camioneta puede cargar en escondrijos hasta 150 kilos de droga: cien en la tolva y 50 en el tanque. Cinco de las siete camionetas ingresaron en la madrugada a Cielo Punku, luego de pasar por Lobo. Poco después, los conductores tuvieron que parar en seco  en un tramo bloqueado de la carretera.

Nueve agentes antidrogas, que habían permanecido ocultos detrás de la maleza, rodearon las camionetas y capturaron a los conductores y choferes. Mientras registraban las camionetas, las dos restantes que iban retrasadas pasaron por la zona de intervención antes de que se atinara a detenerlas. Se dirigían  al Cusco. Los agentes siguieron a los vehículos y los intervinieron  en el Cusco. Era abril de 2010, y la Dirandro incautó casi media tonelada de droga en aquella intervención.

Si las camionetas hubieran pasado desapercibidas, como tantas otras que recorren diariamente ese camino, habrían llegado a Desaguadero. La droga habría sido desembarcada y puesta en un centro de acopio temporal antes de ser llevada a Bolivia. Según confirmaron fuentes con conocimiento de causa a IDL-Reporteros, más del 80 por ciento de la droga del VRAE que sale por el Cusco va en camionetas, camiones de carga y vehículos de transporte. Las camionetas de doble cabina, especialmente las Toyota Hilux constituyen una buena fachada porque es el tipo de vehículo empleado por las compañías mineras y constructoras.

Los camiones de carga pesada también son demandados. Transportan en promedio media tonelada de droga que va escondida en caletas en la tolva, en sacos o cajas de frutas y verduras, y abarrotes. Para evitar asaltos y soplos a la Policía, ninguno de los eslabones de la cadena de distribución elegida por el clan familiar sabe el destino final de la carga ni quiénes son los compradores de la cocaína.

Unión Mantaro, Llochegua. Un grupo de 20 mochileros o ‘cargachos’ alistan sus mochilas y provisiones. Entre todos cargarán alrededor de 200 kilos de pasta básica lavada.

Los ‘cargachos’ habían sido reclutados en Puerto Cocos y Puerto Ene, donde se montan ferias comerciales de narcotráfico los fines de semana. Lo que más abunda son los insumos químicos, pasta básica bruta y lavada, combustible y (algo hay que comer) abarrotes.

Hasta ahí llegan los encargados del acopio de droga de los clanes familiares; los traqueteros, que compran y venden droga al menudeo (ganan de $10 a $20 por kilogramo en la reventa); los agricultores que ofertan pasta básica bruta; y los distribuidores de insumos químicos.

Como se informó en la primera entrega, cada ‘cargacho’ lleva alrededor de 10 a 15 kilos de droga en su mochila. En promedio cobran entre $30 y $40 por kilogramo cargado. Usualmente van en grupos de 15 o 20 personas acompañados por una escolta de seguridad.

Los mochileros forman parte del tráfico hormiga, que ha sido una de las formas más usuales y seguras de sacar la droga del Valle. Si los ‘cargachos’ son asaltados o capturados por la policía, la pérdida es menor.

Pero si lo que se quiere es sacar un cargamento de droga importante, que supere la media tonelada, algunos traficantes contratan los servicios de SL-VRAE para que se haga cargo del traslado por las rutas controladas por ellos.

Los hermanos Quispe Palomino cobran entre $50 y $60 por kilo de droga, sea esta pasta básica o clorhidrato de cocaína.

A las 4 de la madrugada, mientras los ‘cargachos’ dormían en dos habitaciones grandes de una de las casas del centro poblado Unión Mantaro, un grupo de 30 policías ingresó en silencio y los sorprendió antes de que pudieran despertarse. Los habían atrapado en calzoncillos y con las mochilas con cocaína al lado.

omo sucede en muchos casos, los pobladores de Unión Mantaro intentaron impedir el arresto, pero finalmente no lo lograron.

Esto ocurrió en el 2008 y ha sido la captura más grande de mochileros registrada desde entonces. El hecho que no se haya repetido una detención de tal magnitud indica cuan limitadas son las operaciones de interdicción en el VRAE.

Pero los métodos están cambiando. Según indicaron fuentes calificadas, el traslado de droga por ‘cargachos’ se ha reducido significativamente, mientras que el contrabando de droga oculta en vehículos se ha incrementado en el Valle.

Los riesgos no son muy altos. De acuerdo  con la información de las fuentes, el control en las rutas de salida de la droga por río y tierra es insuficiente. Una de las razones es el reducido número de personal para ejercer labores de control e interdicción. La segunda tiene que ver con la corrupción a nivel de las fuerzas del orden establecidas en el Valle y también de las autoridades locales y regionales.

Rutas terrestres:

Desde Ayacucho, en las provincias de La Mar y Huanta:

  • Llochegua – Sivia- Machente – Tambo – La Quinua-Huamanga – Ica – Lima.
  • San Francisco – Santa Rosa-Palmapampa – San Antonio – Chiquintirca – San Miguel-Tambo-La Quinua-Huamanga-Huaytará-San Clemente-Ica-Lima .
  • Sivia – Rosario – Machente – Jano – Carhuahurán-Luricocha-Huanta-Allccomachay-Acobamba-Castrovirreyna – Chincha Alta-Ica-Arequipa-Juliaca- Puno-Desaguadero-Bolivia.
  • San Francisco-Jano-Tambo-Huamanga-Chincheros-Andahuaylas-Abancay-Cusco-Puno-Juliaca-Bolivia.

En La Convención, Cusco:

  • Pichari-Kimbiri-Lobo-Cielo Punku- Kepashiato-Quiteni-Quellouno- Valle de Lares-Calca-Urcos-Sicuani-Juliaca-Puno-Bolivia.
  • Pichari-Kimbiri-Lobo-Cielo Punku- Kepashiato-Kiteni-Quellouno-Quillabamba-Huayopata-Huyro-Ollantaytambo-Urubamba-Calca-Urcos-Sicuani-Juliaca-Puno-Bolivia.
  • Villa Virgen-Chinete-Chungui-Pampas-Andahuaylas-Abancay-Cusco-Sicuani-Juliaca-Puno-Desaguadero-Bolivia.

Desde Junín:

  • Puerto Ocopa-Pichanaki-La Merced-La Oroya-San Mateo-Lima (por esta ruta salen camiones y camionetas).
  • Anapati-Kubantía-San Martin de Pangoa-Satipo-Huancayo-Lima.

Rutas fluviales:

  • Boca Mantaro-Valle Esmeralda-Puerto Ocopa-Puerto Ipoki (desde este punto, el traslado de la droga se hace por trochas o carretera, rumbo a Huancayo y luego a Lima).
  • Puerto Villa Virgen – San Francisco – Kimbiri – Pichari – Sivia –  Quisto Central – Llochegua – Puerto Cocos – Boca Mantaro – Puerto Ocopa.

A través de esas rutas ­–en mochilas y caletas artesanales en las carrocerías de vehículos-  el VRAE exporta clandestinamente alrededor de 200 toneladas anuales de cocaína, entre pasta básica lavada (la mayoría) y un porcentaje menor de clorhidrato de cocaína.

En el inicio de su viaje a los mercados de consumo, la droga vale en el VRAE (con cantidades y precios de 2010) alrededor de 200 millones de dólares.

Esa es una cantidad pequeña si se la compara con lo que esa misma droga, parcialmente adulterada, costará en el lugar de destino. Pero es suficiente para movilizar las energías y la astucia de las miles de personas que trabajan en la cadena del narcotráfico en el VRAE y para trastocar la vida de la gente y corromper personas e instituciones en el Valle.