Por Gastón Chillier, director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales.-

Prólogo del Informe 

El balance de la situación de los derechos humanos en la Argentina, a la luz de los hechos ocurridos durante 2010, muestra que los importantes  avances logrados a lo largo de los últimos años conviven con deudas históricas del Estado democrático. La exclusión que todavía padecen cientos de miles de familias y las respuestas estatales –muchas veces violentas– ante esas carencias obligan a acelerar el proceso de construcción de una democracia con mayor solidez institucional y menores niveles de desigualdad.

Esta decimosexta edición del Informe anual pone el foco, una vez más, en la denuncia de las inequidades que aún persisten. Pero aporta también propuestas inclusivas, con una amplia base de sustento político y social. Ese modo de construcción, que ha distinguido al movimiento de derechos humanos desde su origen, hoy vuelve a cobrar vigencia para la defensa de los valores democráticos y la construcción de una sociedad más igualitaria.

La transición hacia un régimen democrático con mayor solidez institucional y menores niveles de desigualdad involucra cuestiones centrales como garantizar la seguridad ciudadana; eliminar la tortura; mejorar las condiciones de detención para las personas privadas de libertad; democratizar el debate público y el acceso a los medios de comunicación; desterrar la discriminación por motivos sexuales, étnicos o de cualquier otro tipo; asegurar el ejercicio efectivo del derecho a la salud, a la educación y a la vivienda, y mejorar la calidad de vida de los sectores más desfavorecidos, entre muchas otras.

Ante esta coyuntura, el sistema político enfrenta el desafío de consolidar una cultura democrática de los derechos humanos que incorpore los problemas más graves y urgentes del presente. Como se verá a lo largo de este informe, la implementación de políticas que ampliaron el ejercicio de derechos para muchos sectores de la sociedad es un rasgo alentador. Algunos avances permiten a la Argentina situarse a la vanguardia a nivel internacional en temas vinculados con la agenda ampliada de derechos humanos, como ocurrió, por ejemplo, con la aprobación de la ley de matrimonio igualitario o la reglamentación de la nueva Ley de Migraciones. No obstante, el nivel de acuerdos políticos que hizo posible esos progresos debería encontrar un correlato a la hora de poner fin a ciertos patrones estructurales de violación de derechos.

Descargar el Informe 2011 – Centro de Estudios Legales y Sociales