Desde Paraguay, la madre de Lichita pide que su hija aparezca viva

La adolescente de 14 años Carmen Oviedo Villalba fue vista por última vez el 30 de noviembre en la misma zona donde el Ejército paraguayo asesinó a dos niñas argentinas de 11 años. Su mamá es una dirigente campesina vinculada con la lucha armada que está presa en Asunción y en esta nota habla desde la cárcel.

Desde Paraguay, la madre de Lichita pide que su hija aparezca viva

26/01/2021

Por Silvina Pachelo

En septiembre de 2020 un comando de las Fuerzas Especiales Paraguayas asesinó María Carmen y Lilian Marina Villalba, dos niñas argentinas de 11 años. Los femicidios fueron durante una represión a organizaciones campesinas asociadas al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) en el departamento de Concepción, al norte del país guaraní. Dos meses después, el 30 de noviembre del 2020, la prima de esas dos niñas desapareció. 

Se trata de Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, una adolescente de 14 años apodada Lichita que vivía en la provincia de Misiones y había viajado a la zona en conflicto a visitar a sus familiares. Lichita es hija de Carmen Villalba, una de las luchadoras campesinas más conocidas del país vinculada al EPP, quien está presa desde hace 17 años por razones políticas en una cárcel de mujeres de Asunción.  

Carmen Villalba viene de una familia humilde de 8 hermanos y hermanas y de muy joven se acercó al Partido Patria Libre (PPL), un espacio político de izquierda, fundado en 1990 con una impronta marxista y antiimperialista. Muchos y muchas de los miembros y ex dirigentes del PPL formaron el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), un grupo guerrillero que nació en 2008. Anteriormente, a fines de los 90 y principios de los 2000, una facción de Patria Libre actuaba como brazo armado clandestino y recaudaba fondos a través de asaltos y secuestros.

Carmen Villalba está presa por una de esas acciones, el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, nuera del empresario y ex ministro de Hacienda Enzo Debernardi. Fue condenada a 18 años de prisión y en todos estos años en la cárcel mantuvo un fuerte vínculo con su familia a pesar de la distancia. Es que muchos de sus parientes tuvieron que exiliarse en Argentina y otros son parte de la lucha armada.

A fines del 2020 su hija Lichita fue a Paraguay desde Misiones para conocer a su familia en Concepción, la zona donde está el EPP y donde fueron asesinadas las dos niñas argentinas en un operativo de las fuerzas de seguridad que se convirtió en un escándalo y en un conflicto diplomático entre los dos países. 

Desde la cárcel de Mujeres del Buen Pastor, Carmen Villalba dio una entrevista y reclamó por la aparición con vida de Lichita y el esclarecimiento de los asesinatos de sus sobrinas, María Carmen y Lilian Marina Villalba.  

¿Qué ocurrió con María Carmen y Lilian Mariana Villalba? 

Los hechos luctuosos del 2 de septiembre del 2020 donde fueran asesinadas Lilian Mariana y María Carmen, dos niñas argentinas de 11 añitos, se encuadran en una realidad compleja. Como dice mi madre, las niñas eran felices en su casa en Misiones, donde vivían, junto a su madre, abuela, hermanitos, hermanitas, primas y primos. Pero la felicidad no estaba completa, necesitaban acceder al afecto de sus papás tantas veces reclamadas. Por ello, ante la posibilidad de viajar a visitarlos y conocer, la hicieron, y el lugar donde se hallaban fue atacado por las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC). En ese contexto, fue acribillada María Carmen y llevada Lilian Mariana. Testimonios de las niñas que lograron salir del lugar, alude a que Lilian fue tomada y llevada, posteriormente aparece con múltiples rastros de torturas, como cortes, fracturas, quemaduras y ejecutada. Ellas tenían que regresar antes de iniciar las clases, pero el cierre e inmovilización de toda la frontera imposibilito y demoró sus salidas.

-¿Por qué tu familia está fuera de Paraguay? 

Para los que miran desde afuera, sin los elementos objetivos que hacen a la vida y realidad que nos atraviesa, difícilmente pueda comprenderse cómo una familia perseguida es obligada a marcharse de su patria. Sin embargo, la persecución no logra romper esos  lazos afectivos fuertemente sostenidos que tratamos, en lo posible, de mantener. Desde nuestra infancia, a pesar de la pobreza que siempre nos acompañó, crecimos con un pensamiento crítico, libertario y muy unidos, eso independientemente del camino de lucha que hemos tomado tres de los hermanos. Mis hijas tienen un pensamiento crítico, leen filosofía marxista, conocen y viven la historia de lucha de su madre. Detestan las ideas reaccionarias que hoy se impone como dominantes. Mi familia, formado por mujeres y niños, tuvieron que migrar de la violencia y hostigamientos continuos de las fuerzas represivas del Estado, agravado con el asesinato de mi hijo Néstor cuando tenía 12 años. Esa situación insostenible, hizo que mi madre y hermanas salieran del país y se asentaron en Misiones Argentina hace 11 años. Siempre trataron, en la medida de sus posibilidades, de mantener esos vínculos afectivos, aunque sea esporádicamente. Yo llevo 17 años y 6 meses en prisión y nunca dejaron de acompañarme. A pesar de los riesgos que implican para ellas regresar cada tanto a Paraguay, nunca dejaron de visitarme. Mis hijas durante 12 años vinieron cada año de vacaciones a verme. Era una cita imprescindible que teníamos. No miraban el lado tedioso de pasar los controles carcelarios. El encuentro de largos y cariñosos abrazos compensaba el sacrificio.

-Ahora se le suma la desaparición de tu hija, Carmen Elizabeth Villalba (Lichita)

Mis mellizas acompañaron a sus primitas a visitar a mis hermanos, en lugar de venir a visitarme, como lo hacían cada noviembre al término de sus actividades escolares. Esta vez decidieron visitar a mis hermanos a quienes no conocían. Mis hermanos Liliana y Osvaldo hace 16 años están en la guerrilla, ambos fueron los últimos en incorporarse a Patria Libre, luego de la liquidación del partido, cuando un grupo de compañeros que habían quedado clandestinos decidieron ir al monte a retomar la construcción de una organización guerrillera. A ese grupo de militantes muy jóvenes, pertenecen mi hermana y hermano. 

Ahora tenemos testigos presenciales y podemos saber con exactitud qué pasó. Cuando mi hermana Laura y mis hijas, actualmente detenidas en aislamiento en un cuartel militar, eran conducidas por tres compañeros hacia lugares para regresar a la Argentina, fueron emboscados. Tres compañeros fueron asesinados. Ellas quedaron perdidas, sin comida y nada más que la ropa puesta. Lichita fue herida en el pie. Debían escapar a los tiroteos y el cerco militar, buscar comida, agua y salirse del lugar. Laura la deja a Lichita en un lugar el 30 noviembre después de andar deambulando y perdidas en el monte, sin comida y debilitadas. Por su imposibilidad de caminar y ante la necesidad de encontrar comida para reponerse y continuar con su camino, sale a buscar comida y agua. En este contexto complejo Laura es detenida. El monte es inhóspito sobre todo porque ambas no saben manejarse en condiciones muy adversas, ni son baqueanas en el lugar. Hay muchas versiones e hipótesis sobre lo que pudo haber pasado con Lichita. Sobre todo, porque la zona está sitiada por las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC).

– Para que se conozca mejor en Argentina y en América Latina ¿Podemos conocer brevemente tu historia?

Vengo de un origen campesino de 8 hermanos y hermanas, con una madre que crió sola a sus hijos cosiendo ropa y trabajando la huerta a orillas del río Paraguay. El pensamiento crítico y militante social progresista de mi hermano mayor y mi contacto a los 16 años con el marxismo, de la mano de religiosos militantes de la teología de liberación, caló muy hondo en mí. El ambiente crítico antidictatorial provinciano de Concepción, me impulsó a buscar espacios de militancia política con mayor compromiso. Eso me llevó a contactar con la corriente Patria Libre. Para integrarme migré a la capital. Ahí me inicié en una larga historia de militancia política, para luego, ser asignada a la militancia clandestina del partido. El Partido Patria Libre planteaba como plan estratégico la toma del poder por la vía revolucionaria y para hacerlo trabajó en la construcción de estructuras ilegales. Combinaba la lucha legal e ilegal. El partido trabajó también en la articulación de una organización clandestina en paralelo integrada al partido. Yo fui parte de esa estructura clandestina. De la existencia de esa célula, empecé a hablar después de 8 años de prisión.  Nunca dije nada ni en las peores condiciones de mi detención y prisión, en ninguna de las causas ni ante ningún investigador sea policial o fiscal. Eso a pesar de que mi partido y su dirigencia liquidó lo que era Patria Libre, renegó de sus principios y proyecto de organización y de todo cuanto venía construyendo. Traicionó a sus compañeros, muchos en prisión y otros en la clandestinidad.  

– ¿Por qué estás presa?

Para explicar mi prisión debo remontarme a ese pasado militante, sobre todo a la acción que llevamos a cabo con la retención de la nuera del ex hombre fuerte y ex ministro de Hacienda de Stroessner en el 2001. Uno de los hombres claves en el negociado de Itaipú en cuyo antro de corrupción, muchos personajes de la dictadura amasaron su fortuna.  Esa acción desató una feroz represión hacia nosotros, de todos los órganos represivos, sean jurídico, policial, fiscal con una feroz campaña mediática. Fuimos detectados por las fuerzas represivas. Uno de los problemas que la organización tenía que resolver era su financiamiento, y sus mismos militantes tenían que zanjar. Esa responsabilidad fue delegada al órgano clandestino del cual yo era parte. En ese marco fui procesada y condenada a 18 años de prisión, cuya condena cumplo íntegramente en julio del 2021.