Como recordarán, hace unos días el Tribunal de Navarra condenó a un grupo de masculinos autodenominado “La Manada” por “abuso deshonesto” de una chica de 18 años en la fiesta de “SanFermines”, donde un montón de personas  beben hasta desmayarse y son muy felices participando del evento principal: “el encierro”. Es decir: miles de personas disfrutan ser corridas por seis toros, aunque si son alcanzados por las cornadas de los mismos suelen lloriquear ante cámaras y fotos.

La chica en cuestión fue “levantada” de un banco de plaza, donde se encontraba sentada. La ingresaron a un portal y cinco machos –todos mayores de 26 años, uno de ellos con un peso de más de 100 kilogramos y profesiones variadas, pero destácandose un guardia civil, un militar y un barrabrava- no sólo la violaron en conjunto, en trío, individualmente: también la filmaron y viralizaron el video vía whatsapp. Luego la dejaron tirada, sin ropa casi y le robaron el celular. Se fueron a seguir una “fiesta” que ya habían anticipado en el grupo de pertenencia:  preferían “follarse a una gorda entre cinco que a un pepino de linda yo solo”. De hecho mientras violaban a la chica publicaban: “Follándonos a una entre cinco”  y alguien del grupo escribía: “Hay video?”.

Una pareja que volvía a su casa vio a la chica tirada en un banco, la auxilió y la llevó al hospital. Tras constatarse su estado se dictó una orden para buscar a los sospechosos, a quienes detuvieron prontamente. Para ellos todo había formado parte de la fiesta. Los toros, la violación, filmar y viralizar, jactarse.

A diferencia de nuestro país, donde las víctimas son revictimizadas hasta con las fotos del bautismo, estaba expresamente prohibido dar alguna pista de la joven. Solo se sabía que era estudiante universitaria. El video que filmaron los violadores era difuso, ya que la “hazaña” consistía en su actividad oral, vaginal y anal contra la chica. Durante el juicio –acontecido hace algunos días- el fallo de los jueces fue dividido: dos votaron “abuso deshonesto” y condenaron a los imputados a 9 años de prisión: la chica no se habría “resistido”. El otro juez votó en disidencia por la absolución, ya que lo que vio en el video fue “sexo con ambiente de jolgorio”. Gracias a esta disidencia, con la apelación podrían quedar los cinco libres de culpa y cargo.

El fallo fue tan escandaloso que provocó reacciones: se viralizaron en redes los rostros, nombres y apellidos, profesiones  y fotos de los violadores. Protestaron y hasta interpusieron una medida de protección. ¡Qué barbaridad que la gente supiera quienes eran!

Las calles de España fueron tomadas por mujeres indignadas. El repudio fue general, involucrando hasta a la ONU. Se formó una comisión para reveer la ley, aunque los magistrados se mostraron bastante “sorprendidos” y “enojados” por la reacción generalizada de repudio: la gente no había leído el fallo, dijeron.

Para tener en claro quién manda, “casualmente” se filtró información: a pesar de que el fallo dejaba claro que estaba prohibido dar datos de la víctima, un “error” de la Audiencia de Navarra permitía –con solo un click- acceder a su nombre, DNI, domicilio y demás datos de la chica. Lo que se viralizó en un minuto, sobre todo por un foro llamado “ForoCoches”. La cosa estuvo dividida: La Manada tiene sus seguidores, y estaban encantados. No así muchos otros foristas y anunciantes, que se despegaron en lo inmediato. Ahora el sitio afronta un proceso por la “expresa prohibición” del Tribunal.  ¡Aunque ha pedido disculpas!

Las víctimas de violación y abuso entran en una mira donde abogados, jueces, escritores, periodistas y cualquier opinador se “indigna” porque no se puede “acceder a información acerca de si la chica era promiscua”, qué comentaba en sus redes sociales o qué fotos se sacaba.

Los abogados defensores sin excepción declaran que las chicas “se la buscan y luego se arrepienten”.

En Argentina hay opiniones encontradas sobre las acusaciones a personas sobre hechos de abuso y violación llevados a cabo por personas de alguna manera públicas: desde músicos hasta actores, directores de teatro o trabajadores de la cultura en general.  Sitios como YaNoNosCallamosMas son puestos en duda todo el tiempo. Las voces se elevan con respecto a la conveniencia de denunciar en la justicia.

Esta “filtración con disculpas” de la Audiencia de Navarra deja claro cómo actúa el Patriarcado: no sólo hace lo que se le canta, sino que cuando percibe algún tipo de desacuerdo o resistencia en cuanto a sus dictámenes, se “equivoca” por un rato.

Y expone, revictimiza, libera a la manada.

Porque la chica sobrevivió al ataque.

Sino, capaz les daban un par de añitos más, aunque no muchos.

En 2008 el médico psiquiatra Diego YllanesVizcay asesinó a Nagore Laffage en los SanFermines: la joven, a quién conocía del hospital donde trabajaban, se negó a sostener relaciones sexuales con él. La asfixió y comenzó a trozarla para tirarla en bolsas: llamó a un amigo para que lo auxilie, pero el amigo lo denunció. Fue condenado a 12 años de prisión – ¡joder! que era médico y de ojos verdes-. Actualmente fue denunciado por ya ser parte del staff de una clínica.

Es decir: vivas o muertas nos jodemos.

No sé si el Patriarcado va a caer, pero que debería caerse ¡no tengo dudas!