• El periodista Pablo César Guevara, de “El Espectador” de Colombia, posteó en Cosecha Roja esta nota que revela los nexos entre el crimen organizado y el Estado.

El ahijado y el testaferro de ‘El Loco’ Barrera

Por: Redacción Judicial

De cómo Justo Pastor Báez terminó administrando los bienes de su padrino de matrimonio, Danilo Bustos, acusado por narcotráfico.

Danilo Bustos Suárez, el señalado testaferro de testaferros del capo Daniel El Loco Barrera, en el radar de los Estados Unidos por sus nexos con la mafia, y quien edificó un ‘narcoemporio’ valorado en más de $30 mil millones, es el protagonista de un escándalo que tiene en aprietos a la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE). Una empresa que el Estado le confiscó y fue puesta a disposición de la DNE terminó siendo administradas nada más ni nada menos que por un ahijado suyo de matrimonio. Dicho de otro modo, el depositario escogido por la DNE para manejar la firma resultó tan cercano que en 2002 le pidió a Bustos que fuera su padrino en la ceremonia religiosa.

Se trata de Justo Pastor Báez Angarita, un hombre de 46 años, ex asesor comercial y actualmente vicepresidente de la Confederación Colombiana de Transportadores. Mediante resolución del 1º de junio de 2010 fue nombrado depositario de bienes incautados a la mafia y, coincidencialmente, se estrenó gerenciando la sociedad Transciba, de propiedad del testaferro de El Loco. Una insólita decisión que reconoció el propio Justo Pastor Báez en declaración que rindió ante la Fiscalía el pasado 24 de junio.

En su testimonio, conocido por El Espectador, el depositario de la DNE contó que devenga mensualmente un promedio de $35 millones y al preguntársele si tenía algún vínculo o parentesco con Danilo Bustos, contestó sin rodeos: “Él es mi padrino de matrimonio”. Como si ya no fuera tanto, la Fiscalía indagó sobre si además de esa relación tenía otros lazos más cercanos con Bustos. Entonces dijo que lo conoció en 1989 cuando trabajaba en una promotora automotriz y él vendía tractomulas. Pronto consolidaron una amistad, al punto que le ayudó a tramitar créditos en entidades financieras para la compra de 48 vehículos en los últimos 20 años.

Y no sólo eso. En su declaración reconoció que también le ayudó a gestionar un crédito para la compra de una bodega en Bogotá, donde funciona la empresa Transciba, y para adquirir un edificio en el barrio Castilla, en donde funciona el restaurante Manantial de Castilla. Según dijo, de su relación comercial “nació una amistad tal que me atreví a pedirle el favor en el año 2002 de que si podía ser mi padrino de matrimonio, y él me dijo que con mucho gusto. Me casé en la iglesia San Alfonso María de Ligorio. Por eso le digo padrino y no Danilo”. Fuentes de la cúpula de la Fiscalía se mostraron asombradas de que la DNE le hubiera entregado a un amigo y ahijado de Bustos Suárez el manejo de sus bienes.

Es que el señalado testaferro de El Loco Barrera no es un desconocido para las autoridades. Y es por esto que agencias de inteligencia extranjeras, que ya fueron enteradas del caso, también mostraron su indignación en la Fiscalía. En septiembre de 2009 la Dijín de la Policía y la Unaim capturaron en Bogotá a Bustos Suárez, un campesino que con tan sólo tercero de primaria erigió un emporio del transporte, según las autoridades, de la mano del prófugo capo Barrera. Consta en el expediente que Bustos Suárez le transportaba grandes cantidades de cocaína e insumos para el procesamiento del alcaloide desde los Llanos Orientales hacia las costas Pacífica y Atlántica y Venezuela usando su flotilla de tractomulas.

Justo Pastor Báez Angarita admitió además que en otras ocasiones, ya no en calidad de depositario de la DNE, sino en virtud de su amistad y confianza, había administrado bienes de Bustos, concretamente en la parte logística, operativa y comercial de conseguirle tractomulas “a través de las empresas de transporte Coltanques, RC Carga, MCT de transportes, Carga Antioquia, Rápido Humadea, Litecar, Cogecar, Cordicargas, La Roca y Tráficos y Fletes”. Eran estas compañías las que operaban los vehículos y, explicó Báez, se les recibían las cuentas a los conductores, se legalizaban anticipos y se entregaban documentos a los contadores o desarrollaban trámites para la operación de los tractocamiones.

En distintas partes de la declaración, Báez se refiere a Bustos como “mi padrino”, en un tono demasiado familiar. Así de estrechos eran sus nexos. Y cuenta por ejemplo que Bustos tuvo problemas con dos sujetos que le vendieron unas tractomulas importadas de Venezuela que no tenían los papeles en regla. Eran los hermanos José Alberto y Carlos Aponte Novoa, este último asesinado en el vecino país. La Fiscalía le preguntó al ahijado del testaferro si en la actualidad tenía algún tipo de relación laboral con la empresa Transciba. Y contestó que gracias “al nombramiento de la DNE como depositario me ofrecen dos compañías incautadas, Transportes Mega, de Cali, y Transciba, en Bogotá”.

Y agregó: “Por los malos manejos que el depositario anterior les dio a los recursos, y sabiendo de quién era (la firma de Bustos), tomé el reto y hoy en día soy el representante legal”. El ahijado de Bustos y quien hoy administra los bienes que el Estado le confiscó a su padrino también dijo que en alguna ocasión le presentó personas para que le ayudaran en un proyecto de cultivo de palma. Y remató: “Estoy sorprendido por lo que le está pasando a mi padrino, un hombre transparente y cumplidor de sus obligaciones; es un baldado de agua para mí”. Entonces la Fiscalía lo interrogó: “¿En alguna oportunidad ha actuado como testigo de un contrato celebrado por Danilo Bustos?”. Su respuesta fue como sigue: “No recuerdo, doctora, o de pronto sí, y yo (tendría que) mirar si es mi firma o no”.

Una alta fuente de la Fiscalía le dijo a El Espectador que es escandaloso que el hombre encargado de administrar los bienes decomisados a Bustos tenga tanta cercanía con él. Precisamente, en diálogo con este diario, el director de la DNE, Ómar Figueroa, manifestó que a los depositarios se les investigan antecedentes penales o disciplinarios y en caso de que no les aparezcan anotaciones pueden entrar en la lista de elegibles. Fue el caso, añadió, de Justo Pastor Báez, quien aportó certificaciones de que su capital tenía un origen lícito y estaba a paz y salvo con el Estado. No obstante, Figueroa se mostró alarmado por la denuncia de El Espectador, dijo que desconocía los vínculos entre el testaferro y el depositario, y anunció que anoche mismo se estaba preparando la revocatoria de la administración de los bienes entregados a Báez.

Más allá de sus explicaciones, ¿cómo es posible que el ahijado de un procesado por narcotráfico administre sus bienes en representación del Estado? ¿Tiene eso alguna presentación? ¿Cuáles son los controles de la DNE?

‘Tuve contactos esporádicos con Bustos’

En carta dirigida a esta redacción, Justo Pastor Báez precisó lo siguiente: “(…) la única relación con el citado (Danilo Bustos Suárez) es haberme nombrado la Dirección Nacional de Estupefacientes; depositario provisional de algunos de los bienes del señor Danilo Bustos Suárez, para lo cual previo a ello dicha entidad realizó todos los procedimientos y trámites en la convocatoria exigidos por la norma para tal nombramiento, previas verificaciones realizadas por ellos mismos.

Asimismo, es del caso indicar que como consecuencia de mi actividad como transportador desde hace más de 30 años tuve de manera esporádica contactos con el citado señor, sin que ello sea óbice de alguna relación económica y/o negocios”.

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