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Carlos Alberto Angulo Góngora logró en apenas 2 minutos y 20 segundos no solo desahogar la furia que tenía reprimida, sino que se ganó la admiración y el respeto que quizá había buscado desde que comenzó a mostrar su afán por saber las raíces históricas en los salones universitarios y notó que era discriminado.

En un video, que grabó de forma espontánea una transeúnte y que se viralizó en Facebook, queda en evidencia el enojo de Carlos con dos patrulleros de la Policía que lo abordan entre decenas de personas, le piden sus papeles y “una requisa, negro”. Esto desencadenó una reacción en la que, con gritos y argumentos, dejó sentada su protesta ante las injusticias que se presentan a diario con los afrodescendientes.

“¿Por qué a ellos no los requisás? Porque son blancos, son ciudadanos, son de esta ciudad y no representan un peligro. Parás a los dos negros, esto implica que llegaré tarde al trabajo y tendré problemas con mi patrón”, son algunas de las frases que se escuchan en el corto video filmado en una de las calles del histórico barrio de La Candelaria, en el centro de Bogotá.

Carlos Alberto salió de San Luis Robles, un corregimiento perteneciente a la costera Tumaco, en Nariño, cuando tenía apenas 10 años. Hoy, 23 años después, se ha dado el gusto de pasar por las aulas de la Universidad Tecnológica de Pereira, donde comenzó a estudiar ingeniería mecánica y la Uniautónoma, en el centro de la capital del país.

Después, Carlos se dio cuenta de que su verdadera pasión eran las ciencias sociales. Cuando aterrizó en Bogotá, intentó con el derecho, pero por problemas económicos no pudo seguir ese camino o el de la historia, que es lo que más le gusta. Entonces, se puso la tarea de devorar libros y tomar conciencia.

“Hay que leer la historia, pero no como la cuentan la mayoría de los libros. Es la historia en la que se le da la verdadera importancia que tuvo nuestra raza en el desarrollo del país en las épocas de la Independencia. Debería ser obligatorio en las clases de enseñanza media y en las universidades el libro ‘Historia del negro en Colombia’, de Ildefonso Gutiérrez Azopardo, en la que cuenta los relatos de esas bellas memorias y de los que significó el apoyo de nuestra raza”, explica el autodidacta, que compra libros nuevos y de segunda a buen precio en la carrera Séptima.

En referencia a los agentes de policía que le pidieron sus documentos, dijo que no tienen la culpa porque ellos actúan según el modelo que se les ha enseñado.

“Es que desde la universidad dejé de llamarme por mi nombre de pila, el que me pusieron mis padres. Desde los salones de clase me llamaban ‘negro’, ‘niche’ y hasta en alguna ocasión me dijeron ‘esclavo’. Eso no se puede permitir. Por eso me identifico con líderes estadounidenses, africanos o colombianos que han marcado historia en su vida, como Manuel Zapata Olivella o Malcom X, defensor y activista de los derechos afroamericanos (asesinado en Nueva York en 1965). Él es uno de los inspiradores de mi pensamiento debido a su lucha frente al odio de las mayorías”, explicó este hombre, un ebanista de profesión que heredó este arte de un tío en su tierra natal.

Angulo reconoce que hasta el momento no ha recibido ninguna disculpa por parte de la Policía o de alguna otra autoridad, pero tampoco la espera, porque ya sabe cómo se manejan estos casos. De hecho, cuenta que sí presentó una queja ante la Procuraduría (tal y como lo proponía en otro de los videos grabados por María Alejandra Pulido y que se hicieron virales), pero que su reclamo sólo se quedó en un formato diligenciado en una oficina.

“No va a pasar nada, y asegura que el color de su piel siempre lo hará victimario, aunque se esté defendiendo. Mi mensaje es claro, en 1806 había cuatro profesiones en la época y todas fueron lideradas por los negros, eso contribuyó al inicio de la industria en el país, pero nunca les reconocieron económicamente su esfuerzo. Eso también hace parte de la historia y la deuda que tiene con nuestra noble raza”, concluyó Angulo, que esa mañana iba camino a la fábrica de puertas de madera en donde trabaja.