lanacion_01Cosecha Roja.-

La empresa deberá indemnizar con más de medio millón de pesos a una empleada que trabajó durante 16 años y era víctima de “violencia de género y acoso moral padecido en el trabajo”. Un fallo de la Cámara Laboral ratificó y amplió la decisión del tribunal de primera instancia de indemnizar a la mujer.

“Ya hay una persona con ese nombre así que a partir de ahora te vas a llamar Rosario”, le dijo su jefe cuando María de los Ángeles entró a trabajar a La Nación en 1995. En el trabajo, María de los Ángeles era Rosario.

En una reunión un superior le llegó a decir: “Vos tenés dos problemas. Tenés hijos y sos mujer”. La ninguneaban, no la invitaban a las reuniones de su área, cuando había viajes no la dejaban ir. Solo les permitían ir a los hombres. María de los Ángeles se quedaba en la oficina sola. Hasta que un día se cansó y decidió viajar al interior a una feria de sus clientes en Junín. Le sacaron un pasaje para que viaje y vuelva en el mismo día, pero María de los Ángeles quiso quedarse en la casa que habían alquilado sus compañeros. Se despertó y un compañero la esperaba en la cocina de la casa donde habían dormido. Estaba en calzoncillos e insinuaba bajárselos.

Después de que la despidieran en 2009, la mujer comenzó una demanda laboral. En febrero de 2010 se realizó el juicio, que falló a su favor y el 15 de febrero de 2011 pasó a cámara porque La Nación apeló el fallo argumentando que “el juez de primera instancia valoró equivocadamente la prueba producida”. Ahora la Cámara Laboral instó al multimedio a que indemnice con 583.821,18 pesos a la trabajadora.

“Es un fallo ejemplar que va a sentar precedente sobre  la proyección de la mujer en el ámbito laboral”, dijo a Cosecha Roja Juan Pablo Labaké, uno de los abogados de la mujer.

Según se desprende de la causa, en un comienzo la trabajadora se desempeñaba como telemarketer hasta llegar a ser ejecutiva de cuentas. A pesar de que contaba con la calificación necesaria para el cargo, no fue ascendida y la empresa nombró a un trabajador varón para que ocupara ese cargo. Ella misma se encargó de capacitarlo. En 2005 la empresa le ofreció un retiro voluntario pero María de Los Ángeles no lo aceptó. A partir de allí comenzó a sufrir “discriminación, acoso laboral y presión dirigida a su desvinculación”. Hasta que el 25 de febrero de 2009 tuvo un ataque de pánico en el comedor de la empresa. Le diagnosticaron estrés, lo que la obligó a pedirse una licencia por enfermedad psiquiátrica. En abril del 2009 la empresa comunicó el despido. Eso le provocó graves trastornos. “Me hacía pis y no me daba cuenta. Estaba muy deprimida”, relató la ex trabajadora de La Nación.

“Estoy aliviada. El dinero para el diario es la caja chica, pero que sirva para que entiendan que trabajan con personas. Yo cuando entré tenía todos mis órganos. Estaba sana. Ahora hay un órgano de mi cuerpo que no lo tengo”, dijo María de los Ángeles en diálogo con Cosecha Roja.

En el 2005 la mujer estaba en su escritorio de trabajo y se levantó para ir al baño. La alfombra estaba rota y se la enganchó en el zapato del pie. Se cayó abruptamente y eso la llevó a una operación en la que perdió el bazo.

“Cuando pasó lo del accidente el médico del diario no me acompañó a la clínica. La empresa me dejó sola, me acompañaron algunos compañeros”, dijo la mujer.

En 2009 la Corte Suprema de Justicia de la Nación creó la Oficina de la Mujer, mediante acordada número 13, que incorpora la perspectiva de género en la planificación institucional y la actuación judicial. Para los abogados de la trabadora, en este caso se aplicó esta visión. “Ella era la única mujer y la que más vendía. Eso molestaba. Este el primer juicio laboral que tiene en cuenta la perspectiva de violencia de género en el trabajo. El Tribunal cumplió la ley de protección de  en la parte procesal y en la sentencia. Es la primera vez que los jueces llaman a una audiencia personal a la víctima”, dijo Juan Pablo Labaké.

El juez que intervino en primera instancia entendió que María de los Ángeles fue “discriminada en el ámbito laboral por el mero hecho de ser mujer” y además “fue víctima de otros actos de violencia laboral”. Las magistradas Gabriela Alejandra Vázquez y Gloria Pasten de Ishihara confirmaron el fallo de primera instancia y condenaron a La Nación a que indemnice con 583.821,18 pesos a la trabajadora.

La abogada de La Nación, Virginia Laura Vigna, dijo a Cosecha Roja: “No coincidimos con el fallo porque las pericias demostraron lo contrario a lo esgrimido por nuestros peritos, pero fueron impugnadas por los profesionales de la empresa, médicos”.  Y agregó: “No me parece cierto que las patologías que surgieron fueran por el ambiente laboral, la empresa sabía que tenía problemas familiares y personales muy graves que son los que le generaron el trastorno. Se evaluó apelar por arbitrariedad, porque para nosotros las pericias estaban mal, nosotros las impugnamos, pero para no generar más costas no se apeló, porque para la demandada  es muy difícil conseguir una sentencia favorable en el fuero laboral”.