¿El hecho de que usted no buscara para eso la complicidad de la cúpula policial no sugiere…?
¿Vas a decir que hay un conflicto entre la cúpula de la Policía y el ministro?

No, pero no parece descabellado interpretar que si no consultó a la cúpula policial una decisión como esa es porque no confiaba en ellos. De hecho, dos meses después tenemos un nuevo director.
Las decisiones estratégicas normalmente vienen de arriba. Yo puedo involucrar a quienes estimo que pueden hacer mejor el trabajo. Por eso comuniqué al director el nombramiento de “Carabinero” y le pedí que destacara a alguna gente para desarrollar mi concepto. Pensaba discutirlo cuando estuviera desarrollado, ya con un anteproyecto.

¿Por qué al presidente Funes no le gustó “Carabinero” para el cargo?
¿Quién dice que no le gustó?

Bueno… el presidente desautorizó en público ese nombramiento. No parece que le encantara.
El presidente tendrá sus razones. Hay que preguntarle a él.

¿No se lo ha preguntado usted? ¿No lo han hablado?
… Es que también algunos jefes policiales, en algún momento, habían hecho acusaciones en contra de “Carabinero” y había expedientes abiertos en su contra. Algunas de esas cosas yo no las tenía totalmente claras cuando hice el nombramiento. Pero el presidente Funes es el comandante, yo discuto con el presidente los temas pero cuando él toma una decisión, yo la respaldo. Y soy el primero en cuplirla.

Explíquenos, ¿qué es el GIAP?
Mirá, esta idea viene de que las pandillas son nuestro principal problema, de que teníamos un CAT, que es un gran cerebro, una cabezota que observa el movimiento de las pandillas en toda el área, tiene identificados a los grandes cabecillas, el lavado de dinero, el movimiento de la droga… pero no tenía una unidad ejecutiva. Nosotros queremos poner cuerpo, piernas y brazos al CAT. Por eso pensamos en esta unidad que debe tener un componente fiscal, un componente de adiestramiento, y músculo. Así que nos dimos cuenta de que se iban a graduar 318 elementos de la última promoción de la Academia y lo que hicimos fue concentrarlos y crear la unidad, que ya se está adiestrando.

¿Cómo va a actuar esa unidad? ¿Cómo sería una operación del GIAP?
Va a ser una unidad especializada en la lucha antipandillas.

Sí, pero… ¿en qué se diferenciará del resto de la Policía?
Un policía común y corriente tiene un conocimiento general, no especializado. Nosotros queremos que los miembros de esta unidad conozcan bien las pandillas, su organización, su forma de actuar, sus líderes… pero además que esta unidad tenga espíritu de cuerpo y pueda perseguir, desestabilizar y desarticular la estructura de la pandilla. Porque en estos momentos, en el territorio, tenemos delegaciones, subdelegaciones y puestos. Hablemos de un puesto policial que tiene a 14 hombres, tres cuartas partes con licencia y dos enfermos, otros dos de guardia… al final le quedan tres o cuatro para operar. Esta gente hace un trabajo reactivo. Cuando hay una denuncia, cuando matan a alguien, intervienen. El resto del tiempo, la pandilla anda por ahí, libre.

Pero en teoría, al menos desde hace 10 años, la Policía y el sistema de seguridad ya estaban centrados en el combate a las pandillas, o eso se nos dijo. Y si, como dice, el 90% de los crímenes los cometen las pandillas, un enorme porcentaje del trabajo que ha hecho la Policía de a pie tiene que haber estado relacionado con pandillas. ¿Por qué dice…?
Tiene que haber estado… pero no lo estaba.

¿Entonces qué ha estado haciendo la Policía?
Ha estado combatiendo el crimen en general…

Que según usted monopolizan las pandillas.
… Pero lo hacían de una forma menos proactiva. Nosotros no queremos reaccionar al delito, sino perseguirlo.

¿Ahora no hay en la Policía un cuerpo que haga eso con las pandillas? 
No. Todos tienen esa labor, pero no hay un cuerpo especializado.

¿Y esa labor no se hace con la eficiencia necesaria?
No. Te lo pongo así: en este país, cuando a finales de los 90 hubo una ola de secuestros, se conformó una unidad especializada y estos se redujeron casi a cero.

También cuando se consideró que el repunte de los homicidios era motivo de alarma se creó una unidad especializada antihomicidios, la DIHO, y no funcionó.
Pero esa era una unidad más investigativa, que reaccionaba a cada caso… Ahora nosotros vamos a actuar de oficio contra las pandillas. Y si eso lo conectas con el subsistema de fiscales, etc, que estamos creando, todo acaba siendo un instrumento que va a dar resultado.

Cuando habla de resultado interpreto que se refiere a condenas, a que tendremos a 10 mil pandilleros más en la cárcel.
Si es necesario, sí. Acabarán en la cárcel todos los que cometan crímenes.

Parece que la clave del asunto es que también la Fiscalía cree una unidad antipandillas…
Sí.

Jueces especializados…
Sí.Pero la clave no es solo eso. Porque tú me podrías decir “hay ocho o diez jueces especializados… están las divisiones investigativas de la Policía…” Pero hoy lo que queremos hacer es que todo funcione en sistema. Que todo esté íntimamente relacionado, y centrado en resolver este problema que nos está golpeando. Que no sea un sistema desarticulado sino un todo.

¿Cómo se traduce eso?
Yo no soy experto en asuntos legales, pero lo llamo “subsistema”. Y hemos puesto a un grupo de abogados a trabajar esto en el marco de la UTE para que nos den la figura jurídica que se debe utilizar. Yo he tenido la concepción estratégica; ellos le van a dar forma.

Dice que tenemos un sistema garantista. ¿Cómo se ‘desablanda’ una ley? Usted ha hablado de estados de excepción focalizados.
Es cierto. Lo estamos analizando. Hay lugares donde podríamos aplicar un plan piloto para ver cómo resulta. No sé si sabes que para hacer un allanamiento a una vivienda necesitamos esperar 72 horas o más, aun con la colaboración de las instituciones. Por ejemplo, tú no puedes prohibir la circulación de menores de edad si no es bajo un régimen excepcional. Debes saber que casi el 30% de los que conforman la pandilla son menores de edad y son los que están matando. ¿No crees que una buena medida sería decir en ciertas zonas: “de las 20:00 horas a las 6 de la mañana del día siguiente, no pueden andar menores fuera de sus casas”? Eso puede dar resultado…

¿O entrar a una vivienda sin una orden judicial?
Sin una orden judicial en determinadas zonas que son consideradas de alto riesgo. En San Juan Opico hay colonias enteras donde los pandilleros han amenazado a la gente, la han sacado de sus casas y son ellos los que están viviendo ahí, sin ser los propietarios. ¿Y crees que no tienen armamento ahí escondido?

Para esos casos la ley ya contempla el principio de flagrancia, ¿no?
Pero si no se ha cometido un delito no hay flagrancia, y ellos mueven el armamento, y lo esconden…

Como sea, el estado de excepción le permitiría detener a alguien sin cargos, pero tarde o temprano tendrá que ponerlo en manos de la Fiscalía, o de un juez…
Eso lo vamos a trabajar si finalmente proponemos estos estados de excepción, pero sí, la idea es tener un sistema que los procese.

¿Es el viceministro Henry Campos quien está trabajando esto?
No. Lo estamos haciendo a través de la UTE, la Unidad Técnica del Sector Justicia. Hay fondos de cooperación de algunos países que nos están sirviendo para esto.

¿Usted apoya la idea de desarmar a la población civil, de prohibir la portación de armas de fuego?
Si logramos brindar seguridad a la población civil, no tendrá por qué andar armada.

Eso no responde a la pregunta de si apoyaría prohibir la portación de armas.
Nada está excluido. Ya estamos haciendo vedas en algunos municipios. Pero la gente que tiene fincas, por ejemplo, tiene que portar armas. La seguridad del Estado no llega a esos lugares, no podemos dejar desprotegida a esa gente.

¿La pena de muerte?
Ese es un tema que aún no hemos analizado.

Para todo esto que ha planteado, ¿era necesario poner a un militar al frente de la PNC, a un militar como número dos en la OIE…?
Era necesario poner a la persona idónea en cada lugar. Independientemente de que sea militar de formación, o un civil. Y una persona que pudiera trabajar coordinadamente con el ministro y se comprometiera con sus metas. Gente que oxigenara la nueva política de seguridad.

Pero da la impresión de que confía más en militares que en civiles.
Ricardo Perdomo es un civil. Aunque yo no lo nombro, lo hace el presidente…

Qué casualidad que el presidente nombre al frente de la OIE a alguien que ha trabajado con usted los últimos años y es de su entera confianza.
Eres muy perspicaz, jaja. El presidente considera diversos factores. Es posible que haya valorado que debía haber una sincronía, un clic, entre toda la gente que estamos trabajando en esto.

Tiene usted a un gabinete de su absoluta confianza. Plagado de gente con la que ya ha trabajado.
Qué casualidad, ¿verdad? ¿No crees en las casualidades?, jaja. No, hombre, Ricardo es un hombre muy capaz.

Ministro… ¿fue un error comprometerse a reducir un 30% los homicidios en un año?
No. Yo me la estoy jugando, pero mi formación, tanto académica como militar, me dice que cuando haces un plan te tienes que poner metas. No podemos seguir lanzando planes sin metas. Yo pienso poner en sintonía todo el aparato, la Asamblea Legislativa, La Corte Suprema de Justicia, la población en general, para poder alcanzar esa meta del 30%. Ya estamos generando una nueva dinámica y una nueva esperanza en la población, que siente que el problema se puede solucionar y está acompañando al ministro.

Enlace a la nota de Sala Negra

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