renesequeiraElLiberalCosecha Roja.-

“Mientras los castigaba escuché una voz en mi interior. Me dio pena entonces y empecé a golpearlos contra el piso más despacito”. Así describió René Sequeira el día que terminó con su esposa asesinada, sus dos hijos de 3 y 4 años internados y la casa incendiada. El hombre declaró durante más de cuatro horas ante la Justicia santiagueña, sostuvo que lo que hizo fue “racional pero obligado” y culpó a la mujer de haberle enseñado a construir bombas con las que planeaban matarse.

El femicida se disfrazó de víctima ante la fiscal y la jueza, que le tomaron declaración en el Hospital Regional. “Yo la amaba y deseaba. No hay nada que no me gustara o atrajera de ella”, dijo. Pero después habló mal de ella: “Yo trabajaba y ella se quedaba en casa, sólo tenía que cuidar a los chicos. Nada le caía bien, por todo se enojaba”.

El hombre se sorprendió cuando le informaron que sus hijos estaban vivos. Viviana Himelfard solía tener que refugiarse en el fondo de la casa para que él no los agrediera y ya tenía un a orden provisoria de exclusión del hogar. Las amigas de la víctima dijeron que él la amenazaba con matar a los hijos si no dejaba que la viole.

“Vivía comprando diarios. Me decía que no la prive de eso, que era lo único que la mantenía conectada con el mundo. Yo no le mezquinaba nada”, dijo. Y contó que estaba solo en Santiago del Estero, sus once hermanos viven en Buenos Aires.

***

Un femicidio anunciado en Santiago del Estero

Ernesto Picco – Cosecha Roja.-

El domingo a las 4 de la mañana entró René Siqueira, golpeó a la esposa con un hierro en la cabeza, la ató y la dejó en el suelo. El hogar se convirtió en una bomba de tiempo: Sequeira abrió una garrafa y los dos tubos de gas de su camioneta y roció las habitaciones con gasoil. Los vecinos del barrio Siglo XXI despertaron sorprendidos por el fuego que consumió el comedor y dos habitaciones. Cuando salía el sol, los bomberos sacaron el cuerpo sin vida de Viviana y a los niños en estado grave.

El caso sacudió a la provincia. Fue tapa de diarios locales y noticia en medios nacionales. En el entorno familiar, sin embargo, la sorpresa es menor. Ella lo había denunciado por reiterados episodios de violencia y la Justicia había dictado una exclusión del hogar que se debía concretar al día siguiente. “Sabíamos que esto iba a pasar, ella tendría que haber estado con vigilancia y no había nada”, dijo uno de los hermanos de la víctima durante el velatorio.

Himelfard ya había ido a la Justicia para pedir auxilio. Le respondieron con una “orden provisoria de exclusión” para Sequeira “hasta tanto se resuelva la situación de fondo” y otras medidas. Entre ellas, una custodia policial una vez que el hombre se fuera de la casa. Pero esto nunca pasó. “Se trató de llevar a cabo en dos oportunidades y no se pudo hacer porque no fueron atendidos”, dijo la fiscal Aida Ferrán Serlé, a cargo de la causa.

La pareja vivía en un barrio de clase trabajadora al sur de la ciudad. Sequeira tenía 54 años, era herrero y estudiaba violín en la Escuela de Música. Himelfard, de 42, era mecánica dental y formaba parte de la agrupación vocal Coral de las Salinas. Coincidieron en un concierto en 2007, empezaron a salir y al poco tiempo se casaron. Vivieron en España durante tres años y tuvieron dos hijos, un varón y una nena. Habían regresado hacía poco a Santiago.

Detrás de esa imagen de familia común, se escondía otra historia. Vecinos y familiares relataron a los medios y a las autoridades judiciales distintos episodios en los que él agredía a la mujer y a los hijos. Era una situación de “virtual secuestro” que llevaba alrededor de dos años.

***

La demora en la atención policial y judicial de los casos de violencia de género fue denunciada en Santiago del Estero en repetidas oportunidades por las organizaciones sociales locales como Mumalá y la Fundación Mujeres Santiagueñas por la Igualdad. En la movilización #NiUnaMenos del 3 de junio entregaron un petitorio en la Casa de Gobierno: exigieron que la provincia declare la emergencia por la violencia doméstica y sexual. La gobernadora Claudia Zamora envió el 11 de junio un proyecto a la Legislatura Provincial para la creación de un Juzgado de Violencia Familiar y Contra la Mujer que permita agilizar el tratamiento de estos casos.

En los últimos doce años 148 mujeres fueron asesinadas por la violencia machista, la mitad tenían entre 11 y 30 años. También hubo diez femicidios vinculados de varones y niños entre 2002 y 2014. Un estudio del Equipo de Investigación en Género, Política y Derechos de la Universidad Nacional de Santiago del Estero comparó los datos locales con los de otras provincias. Entre 2008 y 2012 Santiago fue el distrito con la tasa de femicidios más alta del país: 2,45 cada 100 mil mujeres. El índice promedio nacional es de 0,96.

Foto: El Liberal