Jorge Morales Almada. La Ch.com

El terreno que desde el martes resguardan soldados, donde se levanta un cerco de ladrillo y criaban gallos de pelea, era también utilizado para disolver cadáveres en ácido, revelaron las recientes excavaciones hechas por la Procuraduría General de la República (PGR).

Lo que aquí se encontró el miércoles es una enorme masa de restos orgánicos debajo de una loza de concreto, los cuales están siendo analizados por expertos en ADN y que un primer muestreo ha resultado positivo para humanos, explicó el presidente de la Asociación Unidos por los Desaparecidos de Baja California, Fernando Ocegueda Flores.

Aquí en la colonia Maclovio Rojas, una de las más marginadas de la ciudad ubicada en la Zona Este, casi en los límites con Tecate; conocen ese predio como “La Gallera” y es donde Santiago Meza “El Pozolero” reconoció que disolvía los cuerpos de quienes eran ejecutados por la mafia entre 2006 y 2009.

Eran los tiempos de Teodoro García Simental “El Teo”, Raydel López Uriarte “El Muletas”, Filiberto Parra Ramos “La Perra” y José Manuel García Simental “El Chiquilín”.

Los cuatro ya están detenidos y acusados de pertenecer a una célula del Cártel de Sinaloa que mantuvo una sangrienta batalla por la plaza en contra del Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”, heredero de la organización de los hermanos Arellano Félix.

Durante esos años, “El Pozolero” aceptó en su declaración ante la PGR que desintegró unos 300 cadáveres por encomienda de su jefe “El Teo”.

Fernando Ocegueda describió los restos humanos encontrados hace un par de días como “una masa gelatinosa” que estaba en un pozo de aproximadamente cuatro metros de profundidad y de diámetro.

Se estima que esa masa esté compuesta por unos 80 cadáveres en base a la declaración que hizo “El Pozolero” a la PGR cuando fue detenido en 2009.

La ubicación de la llamada “narcofosa” fue gracias al trabajo que desde hace cinco años ha venido realizando Unidos por los Desaparecidos de Baja California.

La declaración de hace tres años de “El Pozolero” daba referencias específicas en la Zona Este de Tijuana y tras ratrear las pistas se detectó un predio sospechoso, donde tiempo atrás habían encontrado a un hombre decapitado y se recuperaron 25 vehículos robados.

De la central de la PGR en la Ciudad de México se enviaron a esta frontera un equipo de 20 especialistas en geología y genética, además de perros entrenados para detectar cadáveres y expertos en excavaciones.

Los resultados de las pruebas de ADN podrían ser obtenidas en un plazo de cinco a seis meses, estimó Ocegueda, un tiempo largo debido a que el proceso de análisis se dificulta porque los restos fueron tratados con químicos.

Una vez que se tengan los resultados serán comparados con las muestras de ADN 400 personas que han reportado a familiares desaparecidos.

Unidos por los Desaparecidos tiene una lista de 290 personas desaparecidas en Baja California. En ese listado aparece el hijo de Fernando Ocegueda, a quien un comando armado secuestró en su propio hogar y frente a su familia en febrero de 2005.

Esta excavación es la última de una treintena que han hecho en Tijuana las autoridades federales que procesan a “El Pozolero”. Sólo en un par de las anteriores exploraciones se habían localizado huesos y dientes, sin resultados a la fecha sobre si corresponden a la lista de desaparecidos.

Por la gran cantidad de restos humanos, los trabajos de inspección y toma de muestras en “La Gallera” continuarán al menos hasta el próximo miércoles, consideraron las autoridades.