Al final del #ENM2017, cuando en Resistencia quedaban pocas mujeres, un grupo de 60 personas salió -según su propia definición- a ‘cazar mujeres’ por el centro de la ciudad. En motos y tirando piedras, gritando ‘no me representan, que se vayan’, atacaron a las que quedaban en el lugar. El colmo: un grupo de los llamados ‘pro vida’ le tiró piedras a una mujer que estaba con su bebé.
imagen: @srtabimbo

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“Denunciamos la agresión directa a compañeras encuentreras en las inmediaciones de la plaza 25 de Mayo en la siesta del día lunes 16 de octubre por parte de un grupo autoconvocado de hombres y mujeres que persiguió y agredió verbal y físicamente con palos y piedras a mujeres que estaban esperando sus colectivos para retornar tranquilamente a sus ciudades”, dijeron desde la Comisión Organizadora del 32 Encuentro Nacional de Mujeres en un comunicado.

“Esta maniobra fue claramente una emboscada planificada, esperando el momento de desconcentración de las encuentreras luego de finalizado el acto de cierre del 32 ENM, mientras la convocatoria de grupos en contra de las mujeres del Encuentro que se desarrollaba alrededor de la plaza utilizada la misma como distracción. Este es un violento acto ante la impotencia de no poder argumentar que un evento de tal magnitud se haya realizado con total tranquilidad, en un claro ejemplo de la violencia machista contra las mujeres que se manifiestan a favor de sus derechos y libertad”.

Las mujeres tuvieron que resguardarse en edificios durante la agresión con palos, piedras y cuchillos. Algunos de los agresores filmaron la ‘cacería’:

En un texto publicado en Medium, Silvina Sanabria contó:

“Mientras charlábamos de lo sucedido, empezamos a ver cómo la plaza se llenaba de motos, escuchamos gritos de otras chicas y, cuando nos dimos cuenta, estábamos siendo perseguidas por una horda de hombres — principalmente adolescentes — en moto, que llevaban piedras, palos y hasta armas blancas. Subimos por la avenida Sarmiento y nos refugiamos en grupo en un garage con un portón enorme. Algunas chicas lloraban, mi mamá estaba dolorida de correr porque tiene artrosis en una rodilla. Enseguida decidimos salir de ahí, y seguimos por calle Santa Fe, en dirección a la Secretaría de Derechos Humanos”.

“El terror es una vivencia muy física, se parece mucho a una marea de pánico que invade y sobrepasa, a una inconsciencia temporal en el que la pérdida total de control te deja absolutamente vulnerable. La definición del terror es correr con tu mamá del brazo mientras un montón de tipos te persiguen en moto, tirándote pedazos de hormigón y al grito de “putas de mierda, las vamos a matar, lesbianas””.

“Ni los gritos de “Paren, hay un bebé”, detuvieron a los agresores, que nos acorralaron y tiraron a mansalva. Luego otra parte del grupo, a pie, se sumó a las agresiones. Uno de ellos, un señor morocho de chomba turquesa, me apretó el brazo y me sacó el teléfono, al ver que yo estaba filmando todo lo que pasaba. Otra señora me tiró directo a la cabeza con un termolar, que atiné a detener con mis manos”.

“La policía miraba, sin inmutarse. Ni los gritos ni el llanto del papá del bebé (era una familia de mochilerxs) logró sacar de su pasividad a las fuerzas de seguridad. Pudimos ver como un grupo de compañeras hizo un escudo humano para defender a ese bebé mientras los ataques seguían. Llegaron más efectivos policiales y la “marcha” se alejó caminando tranquilamente hacia la esquina de Casa de Gobierno. Una señora, enardecida, nos gritaba “Muéranse, muéranse, demoníacas”. Tal vez me hubiera reído si hubiera podido dejar de temblar. Guido, un compañero de la facultad que trabaja en Canal 9 intentó hacerme una entrevista, que fue boicoteada por una señora que quiso pegarle”.

Parte de esa agresión quedó grabada en video: