Buscan al doble femicida de CórdobaTiempo Argentino.-

Carlos Alberto Molina, de 51 años, está acusado de asesinar a Silvana Córdoba, de 42. El cuerpo fue hallado por la policía tendido en la cama de una casa del Barrio Norte de Córdoba. La víctima tenía el cráneo destrozado a golpes. 

Para la justicia y la policía cordobesa, Carlos Alberto Molina, de 51 años, acaba de matar por segunda vez. Por el primer caso, el crimen de su ex pareja y madre de sus tres hijos, apenas conoció las rejas al ser condenado a tres años de prisión en suspenso por emoción violenta. El domingo, su actual pareja, Silvana Córdoba, de 42, fue encontrada por la policía tendida en su cama con fuertes golpes en la cabeza. Al cierre de esta edición, el sospechoso continuaba prófugo.

“El domingo por la noche recibimos el llamado de un vecino que alertaba que había pasado algo. Personal policial llegó hasta la casa, que estaba cerrada, y logró entrar por una ventana corrediza”, explicó el comisario general, Mario Tornavaca, a cargo de las Departamentales de la Zona Norte.

La víctima fue asesinada en una habitación, que antes había sido garaje, en José Hernández 22, en el Barrio Norte, en la ciudad de Juárez Celman. Allí, había cinco camas donde dormían los cuatro hijos de la mujer, de entre ocho y 14 años, y el matrimonio. “El cadáver estaba sobre la cama de dos plazas. Tenía el cráneo destrozado”, agregó el jefe policial.

La víctima era paciente psiquiátrica y trabajaba como instrumentista en el Hospital Neonatal de la ciudad de Córdoba. Trascendió que al momento del crimen, sus hijos estaban con el padre, producto de una relación anterior.

El comisario general Tornavaca confirmó a Télam que “el sospechoso es un hombre con quien la víctima mantenía una relación sentimental, llamado Molina, quien estuvo preso por un caso similar ocurrido en 2007”, y precisó que “el hombre habría huido en un Chevrolet Corsa verde”.

Según publicó ayer La Mañana de Córdoba, una mujer contó que una vez cometido el asesinato, el sospechoso “le mandó un mensaje a un vecino diciéndole que la había matado, este hombre fue a la policía y cuando llegaron los efectivos encontraron a Silvana muerta. La mató a mazazos mientras dormía.”

“Ellos aparentaban estar bien, él vino acá antes de matarla y me compró cigarrillos, estaba totalmente tranquilo”, continuó la fuente.

Tanto la fiscal de Instrucción Eve Flores, como los agentes de la División Homicidios, están convencidos de que el autor del femicidio fue la actual pareja de Córdoba e intentaban establecer si la mujer lo había denunciado previamente por violento.

Si bien no se ventilaron las posibles causas del crimen, los investigadores sospechan que se habría dado en el marco de una discusión.

En 2012, la Cámara Sexta del Crimen de Córdoba integrada por los jueces Alberto Crucella, Daniel Ottonello y Julio Guerrero Marín, condenó a Molina a tres años de prisión. Esa fue pena que también solicitó en el debate la fiscal María Ferreira. La sentencia tuvo sabor a poco: estuvo preso dos meses.

Al conocerse el crimen, el juez Crucella dijo: “Esto está mostrando que es difícil, aún con ayuda médica y psicológica, tener la certeza de que estos individuos no van a terminar repitiendo una misma conducta.”

“Callate che, boludo gorreado”
El 17 de julio de 2007, Elsa Cano cumplía 35 años. Ese día, la mujer volvió a la casa del barrio El Quemadero, que había compartido por 13 años con Carlos Molina, para recuperar la ropa de sus hijos. Cano tenía intenciones de recomponer la relación. Molina, que trabajaba por las noches como taxista, quería una segunda oportunidad. En el debate oral de 2012, se ventiló que cuando el hombre le propuso volver, ella fue rotunda: “Callate che, boludo ‘gorreado’ (calificativo que en Córdoba suele utilizarse para aquél que sufrió una infidelidad). Siempre fingí con vos, me vuelvo con Juan (amante y ex pareja de Cano). Él es un hombre de verdad y siempre me hizo gozar. A él siempre lo seguí amando.” El hombre tomó un cuchillo y la apuñaló una decena de veces. Luego, intentó suicidarse y cuando fue detenido pidió que lo mataran.
Foto: Tiempo Argentino