velorio yasmin - Patagónico-InfoGEI

Cosecha Roja.-

“Hija, anda con el señor que te va a dar la plata” escribió Miguel Pallalaf haciéndose pasar por la mamá de Yasmin Chacoma. El sábado 14 de septiembre de 2013 la nena de 11 años había ido a hacer una compra en un supermercado en Comodoro Rivadavia y nunca volvió. El cuerpo apareció dos días después: la autopsia mostró signos de abuso sexual y asfixia por estrangulamiento. El hombre confesó el crimen y la justicia lo declaró culpable por los delitos de “abuso sexual agravado, en concurso real con homicidio criminis causae”. El de Yasmin es uno de los diez femicidios de niñas en 2013 y uno de los tres crímenes de género en la provincia de Chubut.

***

Yasmín tenía 11 años. Vivía en el barrio 1008 viviendas, en Comodoro Rivadavia, con la mamá Daniela y cuatro hermanos. Ella se ocupaba de cuidar a los más chiquitos, de algunas tareas domésticas e iba a sexto grado en la escuela 143. Pasaba mucho tiempo en el hogar, según contó la mamá a Diario Jornada. Daniela era la que mantenía la casa: vendía pan casero y tortas fritas y a veces trabajaba en rotiserías como cocinera.

Durante el juicio los fiscales reconstruyeron los últimos pasos de Chacoma. Salió del supermercado cerca de las 21.30 y caminó hacia un hombre vestido con pantalón de jean gris, campera azul y calzado negro, de unos 30 años. De las imágenes de las cámaras de seguridad se desprende que se conocían. Después no se supo nada más hasta que una mujer que caminaba por la zona del descampado que pertenece a Radio Nacional encontró el cuerpo.

La Policía Científica extrajo muestras genéticas de un bolso y el lazo con el que la estrangularon. También encontraron rastros de semen en el cuerpo de Yasmín y los compararon con el registro de ADN de la provincia que incluye las causas de abuso sexual. El perfil coincidía en un 99,9% con el de Pallalaf.

El hombre ya había sido condenado a nueve años de prisión por abusar de dos niños en Trelew, en 2005. Al momento del crimen de Chacoma, tenía un régimen de salidas transitorias. Pero no lo cumplió y estuvo prófugo hasta febrero de 2014, cuando la policía lo encontró vagando por las calles de Puerto Madryn.

Los jueces del tribunal declararon al imputado responsable a del crimen, lo absolvieron por el delito de “rapto”, que había solicitado la fiscalía- y ordenaron mantener la prisión preventiva. Durante una de las primeras audiencias del juicio oral que comenzó el 18 de marzo, Pallalaf aceptó que era el autor del crimen y dijo que estaba arrepentido. Pero el día de los alegatos volvió a hablar: “Yo no la maté”.

La carta con la que Pallalaf engañó a la niña fue escrita por él mismo. Así lo determinó el perito en criminalística Marcos Ghiberto durante el juicio. El médico forense Oscar Licciardi, que hizo la autopsia del cuerpo de Yasmin, también examinó al imputado: “Comprende la criminalidad de sus actos, sabe distinguir entre el bien y el mal, y tiene capacidad para delinquir”.

En los alegatos, los fiscales lo acusaron de “rapto en concurso real con abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con homicidio agravado (criminis causae) por ser cometido para ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro”. Consideraron que quedó probada la autoría y que el propio imputado admitió su participación, según informó el Ministerio Público Fiscal de la provincia. Para la defensora pública Cristina Sadino no está probado el homicidio, más allá de la confesión.

El tribunal estuvo integrado por los jueces Mariano Nicosia, Hugo Juárez y Miguel Caviglia. Liliana Ferrari y Adrián Cabral representaron al Ministerio Público Fiscal y Martín Cárcamo a la fiscalía y la defensa de Pallalaf estuvo a cargo de Cristina Sadino, defensora pública. En la audiencia también estuvo la mamá de Yasmin, Daniela Bilich, acompañada por profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del delito de fiscalía. El viernes 10 de abril a las 8 se conocerá la pena: podría recibir prisión perpetua.

Foto: Patagónico-InfoGEI