Proceso.-

La violencia contra mujeres y niñas es uno de los grandes pendientes en México, y muestra de ello es el registro de más de 34 mil asesinatos entre 1985 y 2009, denunciaron activistas de Radio Ciudadana y Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia.

En el contexto del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, ambas organizaciones retomaron un reciente informe editado por ONU Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Colegio de México (Colmex) denominado “Feminicidio en México. Aproximaciones, tendencias y cambios. 1989-2009”, documento que revela el aumento constante de la violencia de género.

De acuerdo con las cifras recabadas por esas instituciones, mientras en el periodo de estudio los asesinatos de mujeres iban a la alza, los de hombres disminuían considerablemente, según el análisis de datos de la Secretaría de Salud y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Según la investigación de 1985 a 2009, unas 34 mil 176 mujeres fueron asesinadas, y de esa cifra, 20.48%, es decir 7 mil casos, ocurrieron entre 2005 y 2009, años de combate entre cárteles del narcotráfico y la guerra contra el crimen organizado lanzada por Felipe Calderón.

La mayor frecuencia de feminicidios, de acuerdo con las estadísticas oficiales retomadas por las instituciones responsables del informe, ocurrieron en los estados de Chihuahua, Baja California, Guerrero, Durango y Sinaloa, “lo cual denota que el clima de agresiones tiene relación con la presencia del crimen organizado y el tráfico de inmigrantes”, se destaca.

El clima de violencia inherente al crimen organizado no explica, sin embargo el mayor número de casos de feminicidios.

“El 45 por ciento de las niñas asesinadas pierden la vida en su propia casa”, lo que habla de que violencia contra las mujeres y niñas es parte de la vida cotidiana.

El reporte resalta que, “a diferencia de los hombres, quienes suelen morir por disparo de arma de fuego, en el caso de los feminicidios las técnicas de asesinatos son más brutales: mediante estrangulamiento, ahorcamiento, sofocación en agua, uso de objetos cortantes y envenenamiento”.

Es de destacar que en 15 estados del país “aún es válido argumentar que el homicidio (de una mujer) fue por celos o una emoción violenta, mediante lo cual la pena de cárcel es atenuada”.

Radio Ciudadana –del Instituto Mexicano de la Radio, IMER– y Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia consideraron que las “lamentables e intolerables estadísticas nacionales denotan que los avances legislativos a favor de las mujeres, tanto a nivel federal como en diversas entidades federativas, resulta no sólo insuficiente, sino una paradoja que es necesario resolver con urgencia”.

Consideran en un comunicado que a pesar de que las modificaciones legislativas son en algunas ocasiones “el reflejo de una intención legislativa libertaria y progresista, son letra muerta cuando hay ausencia de voluntad política y exigencia social suficiente para llevaras a la práctica cotidiana.

“Una reforma legislativa que no es acompañada por un cambio cultural tangible en la convivencia cotidiana, es sólo un bonito sueño sin mayor sin mayor trascendencia real”, concluyen.