franco casco

Cosecha Roja.-

Franco Casco desapareció el 7 de octubre, lo encontraron 23 días después. Su cuerpo apareció flotando en el río Paraná, frente al Parque España, en Rosario. Había muerto hace tres semanas: lo reconocieron por un tatuaje con el nombre de su hijo Thiago que tenía en el brazo. La versión policial dijo que lo liberaron el mismo día a las 22. La familia desconfió y culpó a la comisaría 7º por el crimen. Tres autopsias, y varios meses después, quedó demostrado que al joven de 20 años lo tiraron al agua cuando ya estaba muerto. Esta pericia refuerza la teoría de que fue una desaparición forzada y que la policía estuvo involucrada.

La última semana de septiembre Franco viajó desde Florencia Varela a Rosario para visitar a familiares que viven en Empalme Graneros. Tenía pasaje de regreso para el 6 de octubre. Antes de volver lo detuvo la policía por “resistencia a la autoridad”. La familia denunció que la policía  manipuló el libro de ingreso a la comisaría: ahí dice que entró a las 13 pero un oficial le dijo al papá que lo detuvieron el día anterior. También le dijeron que cuando se fue estaba bien, pero ningún médico pudo confirmarlo. “A mi hijo lo mató la policía porque el último lugar en el que lo vieron fue en la comisaría. Además hay muchas contradicciones entre ellos. Ni siquiera se ponen de acuerdo en el día que lo metieron preso”, dijo la mamá Elsa Godoy en una entrevista a Tiempo Argentino.

En noviembre, la jueza Roxana Bernardelli caratuló la causa como una desaparición forzada de persona y apuntó como responsables a los oficiales de la 7º. Pero el fiscal Guillermo Apanowicz, que investigaba el caso como una averiguación de paradero, dijo que no se cumplían todos los requisitos. “Corresponde que en la privación de la libertad –justificó el fiscal– participen policías y que estos nieguen la existencia de la detención. En este caso no hubo ocultamiento”, dijo.

El fiscal defendió la versión policial: Franco intentó apedrearlos cuando lo quisieron arrestar, una médica lo revisó y dijo que “estaba desorientado en espacio y tiempo” y a la noche lo liberaron. La doctora dijo que no recordaba cuando la citaron a declarar. Los abogados de la familia denunciaron que Apanowicz delegó la investigación a la policía de Santa Fe. “No cumplió con el protocolo. No controló a la policía. No se hizo nada para averiguar lo que pasó en la Comisaría 7ª hasta que la familia denunció el caso en los medios”, dijeron los abogados de la familia.

En diciembre la causa pasó a manos del juez federal Carlos Vera Barros y determinó que los hechos fueron una privación de la libertad. Si comprueba que los oficiales de la comisaría 7º fueron los responsables del crimen, podría penarlos con cadena perpetua.

Foto: Infojus Noticias