El expandillero Milton Ramón Pérez Castejón (30), no tuvo problemas en reconocer que mató a su esposa y su hija porque el diablo se lo ordenó.

Los vecinos de Zambrano, donde ocurrió el hecho, aseguran que, en realidad, el sujeto estaba desquiciado por el consumo de drogas.

Pérez Castejón fue capturado la mañana de ayer en el centro del poblado gracias la intervención de los vecinos que, indignados por lo sucedido, lo buscaron en los bosques cercanos.

Muchos pobladores repudiaron la negligencia policial, que habría actuado con desidia en la búsqueda del sujeto.

El individuo asesinó a machetazos a la señora Odalis Griselda Lamote (39) y a su hija (9), originarias de la colonia Melgar, La Ceiba, Atlántida, residentes en Las Brisas de Zambrano, informó la DNIC (Dirección Nacional de Investigación Criminal).

Lamote expiró en el trayecto al Hospital Escuela, adonde era trasladada por residentes de la zona.

La menor murió horas más tarde en el Materno Infantil de varias heridas de arma blanca.

La captura

El autor material del doble crimen huyó tras cometer el repudiable crimen la noche del domingo. Fue entonces cuando los pobladores se organizaron en grupos para salir a buscarlo, porque aseguran que los policías no actuaron para capturarlo.

El inspector Marco Tulio Guillén, de la Cuarta Estación Policial del barrio Belén, dijo que capturaron a Pérez Castejón en horas de la mañana en el centro de Zambrano, cuando varios vecinos trataban de lincharlo con palos, armas de fuego y otros objetos.

El supuesto asesino aseguró que “el diablo me ordenó hacerlo, porque si no terminaba mi vida y la de mi familia, la poca que me queda”.

Aceptó que estaba bajo los efectos de las drogas y que si no mataba a Odalis Griselda y a su hija, quienes iban a morir eran su mamá o sus demás familiares.

A los policías les aseguró que “me lo ordenó la bestia y tenía que cumplir”.

Pérez Castejón fue puesto a la orden de la Fiscalía para que se le instruya un proceso por el delito de parricidio, según confirmó la Policía.