Foto: Facundo Nívolo

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Ayer empezó el juicio oral por el femicidio de Melina Romero, la chica que apareció en un arroyo cerca de José León Suarez en 2014. Con doce jurados elegidos por sorteo y sin fiscal el único que está sentado en el banquillo es Joel Fernández, un joven de 20 años que primero confesó el crimen y luego se desdijo.

“La causa está bastante contaminada”, dijo a Cosecha Roja Romina Chiesa, integrante del Frente de Mujeres del Movimiento Evita de San Martín. Desde el primer día, ella y sus compañeras apoyan a la familia de Melina y a la principal testigo del caso: Melody, la chica que sobrevivió.

“El juicio ya arrancó con una situación de injusticia. Hay un solo imputado y es imposible que una sola persona haya hecho todo lo que se hizo con Melina y con su cuerpo”, dijo Chiesa. “En un primer momento eran cinco imputados y hoy están absueltos salvo por Joel Fernández. La fiscal tuvo un rol que dejó mucho que desear: Cuando Melody era menor no se la interrogó en una Cámara Gesell, y al momento que fue a declarar se cruzó con los acusados. Es sospechoso que la fiscalía decida no participar de este juicio”, agregó

Ayer Melody no se presentó a declarar y la fueron a buscar con la policía. “La fiscalía intentó culparla más a ella que a los varones involucrados en la causa. En su primera declaración, ella dijo que había alguien en la casa que al final no estaba. Eso se tomó como falso testimonio y le abrieron una causa a pesar de la la situación traumática y de violencia que vivió”, explicó Chiesa.

El testimonio de Melody es uno de los más importantes para el caso: además de los acusados es la única persona que estuvo con Melina la noche del crimen. Ese día estuvo varias horas en una situación de abuso en manos de los hombres que las tenían encerradas. Hoy sigue en una situación de vulnerabilidad.

“Nunca se la tuvo en cuenta como víctima, sino como testigo. La justicia y los medios la estigmatizaron como una chica a la que le gustaba la fiesta y no tuvo el tratamiento que tendría que haber tenido por sus adicciones”, dijo Chiesa.

El juicio es llevado adelante por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Martín. El juez de la causa es Adrián Berdichevsky. El debate terminará el lunes 27. Después comenzarán los alegatos. Se espera una sentencia para diciembre de este año.

La fiscal Fernanda Billone desestimó la imputación a Fernández y por lo tanto no participó de la audiencia. Es el primer juicio por jurados en la Provincia en el que no estuvo presente el ministerio público desde que se puso marcha el sistema en 2015. La acusación la mantiene la querella representada por el abogado de la familia de Melina, Marcelo Biondi. Si el “Chavo” Fernández es encontrado culpable por unanimidad, será condenado a prisión perpetua. Si el jurado lo declara inocente, el caso volverá a foja cero.

“Soy inocente, me quieren mandar preso por algo que no hice y me arruinaron la vida”, dijo Joel Fernández. Está acusado de “homicidio agravado por ser cometido con el concurso premeditado de dos o más personas y por la condición de mujer de la víctima, en concurso real con abuso sexual agravado por ser cometido mediante acceso carnal seguido de muerte y privación ilegal de la libertad coactiva”.

La fiscal Billone había sobreseído al “Pai” César y Elías Fernández por falta de pruebas, mientras que Joel Fernández llegó a juicio por haberse confesado culpable luego de ser detenido.

Melina Romero vivía en El Palomar. La vieron por última vez la madrugada del 24 de agosto de 2014 a la salida del boliche Chankanab en el partido de San Martín. Allí había festejado con un grupo de amigos su cumpleaños número 17. Desde ese día, Ana María, mamá de Melina comenzó la búsqueda. Dos mujeres del Movimiento Evita la encontraron 30 días más tarde.

El cuerpo de la adolescente estaba envuelto en dos bolsas de basura, en un predio perteneciente a la Ceamse, a metros de un brazo del río Reconquista y el Camino del Buen Ayre, en José L. Suárez. La reconocieron por las zapatillas.