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Cosecha Roja.-

Los hijos de Rodolfo Arriegada estaban quemando basura en la esquina de la casa. A los vecinos no les gustó y llamaron a la policía y a los bomberos. “Vayan para adentro”, les dijeron los oficiales a Leandro de 14 y sus hermanos de 10 y 17. Los chicos protestaron y la respuesta policial no fue conciliadora: a uno le hicieron saltar los dientes y lo dejaron inconsciente, al papá le rompieron el brazo izquierdo a patadas. Hoy es la audiencia preliminar del juicio por los apremios ilegales y la Justicia podría sobreseer a los imputados.

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El fuego alertó a los vecinos de la calle Guzmán 4200 el 2 de mayo del año pasado. Los tres móviles policiales que llegaron -RI 709- 696 y 698- estaban a cargo de Sergio Cabrera, Juan Roldán Humberto Celi, Carlos Galdamez y Juan Carlos Salomón. Los oficiales no registraron la golpiza y ahora todos ellos están imputados.

“Durante las pericias los testigos pudieron identificar a los tres patrulleros que se acercaron. Los niños reconocieron a los chóferes de los patrulleros en la cámara gesell. Así que se espera un juicio favorable”, dijo a Cosecha Roja Lucas Krmpotic, de la Comisión contra la impunidad y por la Justicia de Chubut.

A los niños les partieron las mandíbulas y sufrieron traumatismos en la cabeza. Leandro perdió cuatro dientes y le rompieron el maxilar superior. Los cuatro perdieron el conocimiento por los golpes. A Arriegada le tuvieron que operar el brazo izquierdo.

La causa está titulada como apremios ilegales, vejaciones y lesiones graves. El juez va a tener que decidir entre un juicio abreviado o suspender el proceso a prueba y otorgarles a los imputados la libertad condicional. También deberá determinar si la acusación que les hacen a los imputados es admisible. Si dice que no, pueden quedar sobreseídos.

“Este hecho es otro de tantos que vienen sucediendo a modo de escalada en la provincia de Chubut. Hechos que muchas veces encuentran la complicidad de funcionarios de los tres poderes, pero que siempre, invariablemente, se encuentran con la lucha de los familiares organizados en la Comisión Contra la Impunidad y por la Justicia”, dijeron desde la organización.

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En julio los policías de Trelew que asesinaron a Julián Antillanca fueron condenados a la pena perpetua. Julián tenía 20 años cuando el 5 de septiembre de 2010 lo molieron a golpes y lo subieron muerto a un patrullero. El cuerpo apareció tirado en la calle y encontraron rastros de sangre en el móvil de la Comisaría Segunda. Esa misma noche, los hermanos Sergio y Denis Aballay salieron de un boliche y también recibieron los golpes de los agentes. El más chico entró a la comisaría y salió con siete impactos de bala de goma. Los hermanos denunciaron, fueron a juicio y lograron que se condenara por privación ilegítima de la libertad agravada a cinco policías.

En febrero de este año Mauro Castaño agonizó diez días en el hospital y falleció. Se había quemado el setenta por ciento del cuerpo cuando se incendió el calabozo de la Seccional Primera de Trelew en donde estaba detenido. Hay dos policías con prisión preventiva -acusados de abandono de persona y violación de deberes como funcionarios- y tres imputados en libertad. Uno de ellos, según la División Sanidad Policial, tiene “rasgos psicopáticos, dificultad en la adquisición de normas” y no debió ser aceptado para ingresar a la fuerza.

Según un informe de julio de 2014, en Chubut la tasa de encarcelamiento aumentó. Además, 148 personas privadas de la libertad están en las comisarías, donde no hay espacios de recreación ni educación: en Chubut, cumplen el papel de las cárceles y de las alcaidías.