La Beca, un laboratorio para narrar la revuelta

La última edición de la Beca Cosecha Roja estuvo cruzada por el estallido en Chile. Nuestros talleres online de escritura se convirtieron en laboratorios para pensar y poner en práctica cómo trabajar en medio de la represión y con mil cosas pasando al mismo tiempo. Si pensabas en postularte, tenés que saberlo: la beca es pura adrenalina y emoción.

La Beca, un laboratorio para narrar la revuelta

Por Cosecha Roja
16/01/2020

El año pasado terminamos el encuentro de la Beca en Buenos Aires un sábado. El domingo amanecimos con la noticia: Chile estaba explotando. Movilizaciones, represión, toque de queda. Veníamos de hablar de cómo llegar a las audiencias rápido y con precisión y la realidad nos puso a prueba.

Chris Jerez Pinto, uno de los becaries, alcanzó a volver a Santiago antes de que suspendieran los vuelos. Enseguida se puso a trabajar en su medio, El Desconcierto.  Una de sus primeras notas fue sobre las torturas y abusos de los carabineros contra un estudiante detenido. 

“No creíamos que nos iba a tocar contar violaciones a los derechos humanos” cuenta. “Las visitas en El Desconcierto crecieron mucho después de octubre, porque los medios tradicionales y a la televisión particularmente han estado muy cuestionados”. 

Nuestras clases de narrativa cambiaron de eje al ritmo de la revuelta. Trabajamos 24×7 para cubrir la crisis y acompañar a quienes estaban sobre el terreno. ¿Por dónde empezar a contar cuando la violencia se desborda? ¿Dónde chequear la información que llega? ¿Cómo pensar un foco que se sensibilice a las audiencias? ¿De qué manera contar el horror y mantenerse a salvo? 

Fredi, becario de la edición 2018, volvió a participar de algunas clases y colaboró para difundir lo que estaba pasando en las redes. “Apenas se conocieron las noticias de la represión, varias personas me escribieron para saber como estábamos. En el momento no lo dimensioné, pero ahora veo que esos mensajes ayudaron a sentirse acompañado. Como en una película Star Wars, cuando los rebeldes de toda la galaxia se unen en contra del imperio”. 

Discutir con periodistas de todo el continente cómo cuidarse en las calles de Santiago. Saber que no estás solo cuando ponés en el cuerpo, pensar estrategias conjuntas. Eso también es la Beca. 

Carolina Rojas es docente, periodista free lance y una de las primeras becarias. “La Beca”, dice, “fue transformadora en muchos aspectos de mi trabajo. Me dio las herramientas para cubrir temas que hoy se hacen urgentes en medio de un país que atraviesa la discusión por el aborto y pide poner todos estos temas en contexto y que hablan de violencia estructural”.

Durante el pico de la crisis sintió la misma necesidad que muches colegas:  salir a la calle y hablar con la gente para cubrir el estallido social. “Eso dio como resultado”, dice, “crónicas que tenían el pulso de las manifestaciones, crónicas que se aprenden a pulir con los editores de la beca. Justo cuando los medios tradicionales no estaban reflejando lo que estaba pasando afuera, Cosecha Roja abrió un espacio para que muchos periodistas pudiéramos publicar. Hay un compromiso que se extiende más allá de la beca”.

Alejandra Carmona es coautora del libro “El negocio del agua, cómo Chile se convirtió en tierra seca”, que ya tiene tres ediciones. Participó de la Beca en 2016.- Durante la revuelta fue una de las autoras de una de las primeras notas que habló de los manifestantes que estaban quedando tuertos por la represión.  

“La Beca impulsa algo fundamental para el periodismo: la reflexión y el respeto por los derechos humanos”, dice. “Además de eso, los profesores y editores no nos dejan jamás y nos ayudan a seguir en el ritmo afiebrado de los medios sin olvidar que tenemos que contar una buena historia”.

Según Fredi, después la viralización de la perfomance de Las Tesis y de imágenes como el Perro Matapacos en protestas de otros países, pudo divisar que lo que se estaba gestando era un sentir común: “Chile siempre estuvo medio aislado del resto del continente”, dice.

“Pero que eso se está quebrando a partir del estallido social. Aprender y colaborar con Cosecha Roja fue experiencia gigante y es un lujo en medio de los tiempos que corren. La recomiendo más que nunca”.

 

Foto: Víctor Cárdenas