Por Martín Soler

El Tribunal Oral Criminal N.º 3 de La Plata condenó a cadena perpetua a los ex policías que torturaron y asesinaron a Christian Domínguez en un calabozo de la Comisaría 1.ª de Berisso, en febrero del 2005. Hasta el final del juicio los acusados se declararon “inocentes” y sostuvieron que el joven “se suicidó”. Los abogados de la familia Domínguez pidieron el procesamiento de más policías, de dos médicos y del primero de los fiscales que tuvo la investigación.

Germán Cernuschi, Víctor Gómez y Luciano Príncipi están procesados y detenidos por los delitos de “tortura seguida de muerte”, calificación que fue ampliada en el juicio oral ya que la fiscal Rosalía Sánchez junto a los abogados Ernesto Martín y Marcelo Ponce Nuñez les enrostraron el delito de “privación ilegal de la libertad”. Leandro Antonelli es el cuatro acusado, pero de falsificar el libro de guardia y está en libertad.

Germán Cernuschi fue el primero de los ex uniformados en dar su versión ante los magistrados. El ahora Abogado (se recibió dentro del penal) sostuvo que es “inocente tanto de la autoría como de la materialidad ilícita de la que se me acusa”. El ex oficial de servicio sostuvo que está “convencido” de que “Christian Domínguez se suicidó”.

“Soy policía por vocación, nunca maté ni torturé a nadie. La única sanción que tuve fue un traslado por actuar con ‘mano blanda’ en una detención. No conozco lo que es golpear” sostuvo.

Sobre el final de su declaración reveló que “siempre esperé el juicio porque es la única expectativa que tengo en demostrar mi inocencia. Me han privado de mi familia” y con lágrimas en los ojos, mirando a los jueces sentenció que “mi vida ha quedado en sus manos”.

Luego fue el turno de Víctor Gómez quien en una breve exposición aseguró: “soy inocente, jamás he levantado la mano. Me han privado de mi libertad. Espero que se haga justicia. Estoy convencido que (Christian Domínguez) se suicidó”.

Luciano Príncipi era el jefe de turno en la fatídica madrugada del 5 de febrero de 2005. Antes de hablar del caso agradeció a su “familia y seres queridos a quien también les quiero pedir perdón por las ingratitudes que sufrieron”. Tras esas palabras sus hijas rompieron en llanto en la sala de audiencias.

“Soy hijo de un policía y de una maestra. Mis padres me criaron bajo tres preceptos: verdad, respeto y honestidad que yo les he transmitido a mis hijas” prologó el ex subcomisario. “La última vez que vi a Christian Domínguez fue cuando lo subí al patrullero en (avenida) Montevideo y 13 (de Berisso) para llevarlo a la comisaría”, argumentó.

En un pasaje que hace honor al espíritu de cuerpo que impera en la bonaerense arguyó que tiene “la convicción, por haber conocido a Cernuschi, Gómez y Antonelli, que Christian Domínguez se suicidó”. Luego de dio paso a su coartada al afirmar que al momento del hecho “yo estaba en el privado de la comisaría descansando y mirando televisión, yo no miento, tal vez mi responsabilidad fue no haber controlado”.

Leandro Antonelli fue el último en declarar y describió que “esta causa me trajo insalvables problemas, hasta casi perder la vida”. En los días que estuvo detenido padeció una “afección pulmonar” que se mantiene “de por vida”.

“Gracias a esta causa estudié y soy Operador Terapéutico para recuperar a chicos de la calle adictos” y refirió que trabaja gratis para la ONG Crear Conciencia.

Luego fue el turno del golpe bajo. Detalló que en año 2010, en Berisso, “hubo diez suicidios de chicos con problemas de adicciones, que sufrieron recaídas en sus tratamiento porque las adicciones se tratan no se curan” aclaró el ex policía quien también fue procesado por un intento de robo de auto.

Los chicos que sufren un traspié en su tratamiento de adicciones “tienen sentimientos de culpa, de suicidio”, aseguró Antonelli. Christian Domínguez estaba bajo tratamiento para dejar de beber y la noche del hecho padeció una recaída en su tratamiento. Una fuerte ingesta de alcohol, sumados a los medicamentos que estaba tomando, lo tornaron vulnerable, sin posibilidad de discernir, según se desprende de las pericias oficiales.

“Soy inocente, nunca encubrí a nadie porque no hay nada que encubrir. Creo en la justicia, por eso estoy sentado acá”, cerró Antonelli en su relato.

“Christian no se mató”

Tras finalizar la audiencia Diagonales.com entrevistó a la familia de Christian. Romina Calderaro era la pareja de la víctima con quien tuvieron una nena que hoy tiene 11 años. Pedro y Norma los padres del joven muerto. “Lo invisible se pudo hacer visible, por más que se declararen inocente ahora, por qué no hablaron antes, explicando y mostrando pruebas. Christian no se mató, fue un abuso de autoridad de ellos, una rutina que ellos hacían: detener a una persona, llevarlos a cuerpo médico y después ‘darle la biaba’ y con Christian se les ha ido, entonces quisieron simular que se ahorcó. Las pruebas están clarísimas”, consideró la viuda.

Pedro Domínguez aseguró que con el juicio van a “cerrar una etapa” que le “costó mucho”. El papá del joven muerto pidió que “los jueces no miren al costado”. Cuando “lo vi a mi hijo en el ataúd ahí me di cuenta que no se suicidó, a mi hijo lo mataron”, recordó con lágrimas en las mejillas y ojos cansados de dolor. “Hicieron lo que hicieron porque es la costumbre de ellos, ahora van a buscar todas las maneras de embarrar la cancha”.

Norma Garnica es la mamá de Christian. Hace siete años que espera poder sacar el cuerpo de la morgue para llevarle una flor. Sigue en depósito judicial por decisión de la familia. Saben que el día que puedan visitar la tumba es porque habrán conseguido lo que buscan: justicia. “la vida es muy difícil porque falta uno en la familia”, detalló la mujer entre sollozos.

“En todos estos años pasamos cosas muy feas. A mi marido lo tuvieron que operar del corazón, mi hijo mayor tuvo un accidente y todo a raíz de la pena y del sufrimiento que se ha padecido en mi familia. Lo único que le pido a los jueces es que se basen en las pruebas legales que hay para poder sentenciar con justicia”.

La fiscal y los abogados de la Asociación Civil Miguel Bru pidieron perpetua. Los defensores, las absoluciones de los cuatro procesados. Los jueces Ernesto Domenech, Florencia Butiérrez y Liliana Torrisi, del Tribunal Oral Criminal N.º 3, los condenaron a la máxima pena.

Procesamientos. Durante las réplicas de los alegatos los abogados particulares pidieron que se procese a varios policías que estaban en la seccional al momento del hecho. Sospechan que Gustavo Mena y Cristian Pastore incurrieron en los delitos de falsificación de instrumento público y falso testimonio.

Sobre Alberto Rayer, Maximiliano Garcuris y Jorge De Lella, pidieron que sean investigados también por falso testimonio, mientras que al comisario Miguel Chayle, quien era el titular de la seccional lo apuntaron como presunto instigador, partícipe y encubridor del caso.

María Soledad Fernández y Alejandro Peleritti eran los médicos de guardia del Hospital Mario Larraín de Berisso, donde Domínguez fue llevado para recibir atención médica. Los profesionales aseguran que fue revisado, pero el enfermero Percy Roa Vázquez, había dicho que el joven estuvo esposado en una camilla y que no recibió atención sanitaria. Los abogados de la acusación pidieron el procesamiento de los médicos por “abandono de persona”

Apoyo. Rosa Bru, titular de la Asociación Civil Miguel Bru, al finalizar la audiencia dijo en tono de queja “otra vez los policías, ellos hacen mención que perdieron su libertad, que perdieron su familia, pero yo me pregunto ¿Y la familia de Christian Domínguez?, ahí demuestran lo que son. Escuchamos personas que se dicen muy buenas, inocentes, que trabajan en organizaciones sin fines de lucro, exactamente igual que nosotros, que luchamos por la vida de cada detenido que cae en mano de ellos”.

Por su parte desde la entidad Familiares de Víctimas del Sistema de Crueldad (Favisic) consideraron que “ya transcurrido el debate se evidencia que va a haber sentencia condenatoria. Confiamos en el criterio del Tribunal”.