travesti-mata-a-bioquimica-cipollettiCosecha Roja-. En marzo de este año, Laila Díaz, una travesti de 49 años, llegó a una clínica en Cipolletti (Río Negro) y disparó treinta veces con un revólver calibre 32. Tomó de rehén a un médico, exigiendo que le pidieran disculpas por una supuesta mala praxis que le habían hecho a su madre.

En uno de esos disparos, que iba dirigido al médico, la bala impactó en una bioquímica de 22 años. La chica fue atendida en el mismo lugar, pero murió poco después.

Laila Díaz se presentó con el defensor oficial Juan Pablo Piombo ante el Juez Santiago Márquez Gauna y brindó su versión de los hechos. En la oficina de Piombo, dio una conferencia de prensa. Allí explicó lo que le habría pasado en la clínica y cuáles eran sus verdaderas intenciones. “Lo mío fue una venganza por lo que le hicieron a mi madre. Era para el doctor, creo que lo hubiese matado. O capaz que no, que lo hubiera herido, tenía mucha bronca”, dijo. “Yo me iba a matar”.

También pidió perdón a la familia de la víctima, y aclaró que su intención no era matar a la mujer. “Le pido perdón a la familia de Carla Milla, yo nunca quise hacer una cosa así, si tuve intención de algo fue contra el médico”, insistió. “Estoy convencida de que hubo mala praxis, no lo digo yo, lo dicen los médicos del hospital de Neuquén y los abogados del Pami”, publicó en su momento el diario Río Negro.

Laila Díaz sigue detenida. Los profesionales del Cuerpo Médico Forense determinaron en estos días que es punible. Por eso, la causa penal abierta en marzo sería elevada a juicio oral, que se llevaría a cabo el año que viene. Y ella llegaría con una calificación legal que podría dejarla 25 años en prisión.

La Delegación de Prensa de la Cuarta Circunscripción Judicial hizo público ayer el detalle del estudio psiquiátrico realizado por los psicólogos Silvia Robles, Patricia Martínez Llenas y Sergio Blanes Cáceres, con la colaboración del médico forense Marcelo Uzal.
Según el informe, Díaz “presenta un trastorno disocial” aunque “el mismo no constituye un cuadro que afecte la capacidad de comprensión”.
“Desde un punto de vista clínico-forense, lo que padece la persona entrevistada no afecta en modo alguno el accionar que habría llevado adelante y que se le reprocha judicialmente”, explicó el psicólogo. Silvia Robles, psicóloga de Salud Pública, dijo que “al momento (del hecho) su capacidad de comprensión de lo lícito y lo ilícito no se encontraba adulterada”.
La representante de la defensa, Patricia Martínez Llenas, no coincidió con el dictamen, y explicó que al momento del ataque la acusada tenía sus facultades “disminuidas”. “(Laila Díaz) presenta una personalidad psicopatológica, con presencia de varios trastornos que van desde su identidad sexual, patrones conductuales de rasgos rígidos y estables esquizoides, paranoides, evitativos, dependientes. Asimismo presenta trastorno del control de los impulsos de tipo explosivo intermitente. Creo más acertado decir que durante el hecho actuó bajo el trastorno explosivo intermitente de los impulsos”, describió.