Milenio.-

La virgen de la Bala, patrona de la zona oriente de la Ciudad de México, paseó ayer por la explanada de la delegación Iztapalapa cargada en hombros de varias mujeres.

Cientos de devotas integran la mayor parte de la cofradía. Algunas se convirtieron en devotas de la imagen gracias a algún milagro cumplido, como el que narra Teresa Granados, quien detalla la vivencia: “Hace tiempo me detectaron un tumor y unas vecinas llevaron la imagen de la virgen a mi casa, pusieron sus manitas en ese bulto que me creció en cuestión de días y me encomendé a ella, porque el doctor no me aseguraba nada. Gracias a ella hoy estoy aquí, sana”.

María del Rosario y María Wendy lloran al recordar sus respectivos milagros recibidos: mejorar la salud de un hijo y un nieto, respectivamente.

Naín Alejandro Ruiz, maestro en historia del arte y quien realizó la investigación más completa sobre esta historia, asegura que la información revela que la virgen es uno de los cuatro valuartes que resguardan a la Ciudad de México desde la época virreinal: al norte por la virgen de Guadalupe; al sur, la Piedad; al poniente, de los Remedios; y al oriente, de la Bala.

“A partir de esta información se reactivó el culto por ella, muchos iztapalapenses la conocen y adoran en la iglesia de la Cuevita (Santuario del Santo Sepulcro), aunque hay quienes no conocen de su existencia.

“Muchos policías y soldados la han adoptado como su protectora, porque saben que protege de las balas asesinas”.

La religión católica avala este culto religioso. La escultura original se extravió en 1901 y reapareció en 1913 en el Monte de Piedad de la Ciudad de México, donde un cura la adquirió para devolverla a su lugar de origen. De hecho, sus mayores devotos se ubican en las zonas de Aculco, Culhuacán y el barrio de San Pablo.

Ayer el párroco Miguel Ángel Cruz, vicerrector de la iglesia de la Cuevita, ofició la misa de aniversario de esta peculiar imagen, que también es popular y querida entre las mujeres porque les ayuda a resolver problemas maritales, fecundar y conseguir esposo.

En Iztapalapa también es invocada con la intención de colaborar en la resolución de algunos problemas de violencia local, incluso protección contra los disparos de bala al aire, que asesinaron el mes pasado cobraron la vida de un menor que veía una película en un cine de la colonia Santa María Aztahuacán.

“Hasta nosotros en misa pedimos que las personas no lleven pistola, cuchillo o alguna arma agresiva” asegura el padre Cruz.

El templo de Santa María Aztahuacán recibió en 2009 una réplica de la virgen con la intención de repetir el mismo efecto de culto que en la iglesia de la Cuevita.

Después de la breve procesión, la réplica de la virgen llegó a la casa de la familia Guillén y estará ahí hasta el 23 de diciembre, fecha en que será hospedada en otra casa.

Con motivo del festejo, explicaron algunas de las asistentes, la virgen de la Bala escuchó “Las Mañanitas” y probó la esencia de un plato de chilaquiles con carne asada.

Desde hace siete años, Ruíz y la cofradía desean construir para la virgen un nicho, cuyo costo está calculado en 400 mil pesos.

Estaría ubicado dentro de la iglesia de la Cuevita para incrementar su culto y devoción. Para obtener el financiamiento, los peticionarios entregaron su proyecto a la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados y espera de que se interesen por difundir esta historia religiosa.