Lo confundieron con un ladrón y lo mataron de una piña

Ezequiel “Pipi” Lamas tenía 17 y había viajado a Miramar con un grupo de amigos. El sábado a la noche chocó con una mujer y discutieron. Ella y su marido le dijeron a la policía que los adolescentes tenían cuchillos y que habían amenazado con matar a su hija de 5. Entre la multitud apareció un chico que delante de los agentes le pegó una piña en el mentón a Ezequiel, quien murió dos días después.

Lo confundieron con un ladrón y lo mataron de una piña

18/02/2019

Ezequiel “Pipi” Lamas tenía 17 años. El fin de semana viajó a Miramar con un grupo de amigos de González Catán. El sábado a la noche en la peatonal chocó con una mujer y discutieron. Ella y su marido le dijeron a la policía que los adolescentes tenían cuchillos y que habían amenazado con matar a su hija de 5 años. El lugar se llenó de policías y curiosos: entre la multitud apareció un chico que delante de los agentes le pegó una piña en el mentón a Ezequiel.

—No veo nada —se escucha en uno de los videos que grabaron sus amigos.

El adolescente cayó. Golpeó la cabeza con el piso y quedó inconsciente. Una ambulancia lo trasladó y quedó internado en terapia intensiva. En el Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata lo operaron por una fractura de cráneo. Murió dos días después, cuando su familia llegó a visitarlo.

La Bonaerense había dejado ir al agresor después de tomarle algunos datos. El fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de Mar del Plata Walter Martínez Soto pidió su detención. Ayer, en un operativo conjunto de la Departamental de Mar del Plata y la Sub DDI de Miramar, lo detuvieron en el barrio porteño de Caballito. El chico, de 17 años, está acusado de “homicidio preterintencional”. Es decir, que no tuvo intención de matar. El delito prevé una pena de entre uno y seis años.

El fiscal explicó en una entrevista con TN que quedó acreditado en la investigación que Ezequiel y sus amigos no estaban armados ni habían querido robar. “Hubo una actividad paupérrima por parte de la Policía, que no se condice con un Estado de derecho“, explicó el fiscal. Dijo que los policías no se comunicaron con la fiscalía de turno y “tomaron los datos muy por arriba de quién sería y se lo dejó ir del lugar”.

En el video que filmaron los amigos se ve a Ezequiel con la boca sangrando rodeado de policías. Los únicos que lo ayudaron fueron sus amigos.