Foto: Comisión Organizadora del ENM

Foto: Comisión Organizadora del ENM

Fue una fiesta: cerca de 60 mil personas coparon la ciudad de Trelew este fin de semana, en el Encuentro más austral de la historia. Como en Rosario y en Mar del Plata, la Policía quiso aguarla y reprimió al final de la marcha.

Como vino sucediendo durante todo este año en las distintas manifestaciones feministas, en Trelew también confluyeron todas las generaciones: desde lxs pibxs de escuelas secundarias que llegaron en micros de todo el país a participar por primera vez del ENM hasta las históricas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Y en el medio, estudiantxs, activistas, migrantes, indígenas, militantes, negras, profesionales, legisladoras y funcionarias.

Hubo más de 70 talleres, algunos con una asistencia impensada que alcanzó las mil personas. Además, se realizaron actividades culturales en Trelew, Rawson y Puerto Madryn. Radios abiertas, intervenciones artísticas, performances, charlas, música en vivo, bailes, actuaciones teatrales, exposiciones fotográficas, muralismo colectivo y un festival gastronómico.

Por primera vez en el marco del Encuentro, además, se realizó una Marcha contra los Travesticidios y Transfemicidios.

El domingo a la tarde las cerca de 60 mil mujeres, lesbianas, travestis y trans marcharon con el lema “El encuentro somos todas”. Allí se pudo ver a la columna de mujeres indígenas y criollas por la plurinacionalidad, quienes plantearon la necesidad de ser incluidas las 36 naciones del Estado argentino.

Los pañuelos verdes, el glitter, la alegría que hermana e identifica la lucha por el aborto legal también fue protagonista. Desde los balcones y las ventanas, muchas mujeres se asomaban agitando un lienzo verde. Mujeres de todas las edades.

Durante los tres días que duró el Encuentro, las calles de Trelew estuvieron custodiadas por policías de la provincia. Pero la fuerza policial no respondió cuando desde la Comisión Organizadora del Encuentro denunciaron que la escuela Nº 74 del barrio Amaya, en las afueras de la ciudad, donde estaban alojadas tres delegaciones de Buenos Aires, había sido atacada a piedrazos.

Cuando la marcha ya se estaba desconcentrando, la Policía sí actuó: reprimió con balas de goma a un grupo de 50 personas. Como resultado hubo varias heridas y diez detenidas que fueron liberadas al día siguiente. Entre las víctimas de la represión estaban dos comunicadoras de la cooperativa feminista Manifiesta, que estaban cubriendo el Encuentro.

 

Por la represión, la Comisión Organizadora decidió suspender la peña que estaba pensada para la noche del domingo y que iba a ser el cierre de las actividades.

Durante el viaje de vuelta, varias delegaciones denunciaron situaciones en los micros: algunos fueron apedreados y otros detenidos en la ruta por controles policiales.

 

El lunes, por ovación, se decidió que el próximo Encuentro, el número 34, será en la ciudad de La Plata.

El 33º Encuentro Nacional de Mujeres fue una fiesta. Aún con los gobiernos en contra, aún con los medios hegemónicos ignorando la fuerza de lxs feminismxs. Aún con la policía pegando y disparando. Las mujeres, lesbianas, travestis y trans ya entendieron que no están más solxs. Eso ya es para festejar.