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Con siete rencuentros en 14 días, y con la esperanza de hallar a otros migrantes desaparecidos en México, la caravana de madres centroamericanas Puentes de Esperanza arribó la noche del martes a San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, para emprender la última etapa de la búsqueda en municipios fronterizos. Precisaron que en 10 años han localizado a 207 indocumentados, pero son miles los extraviados.

Martha Sánchez Soler, Coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), y responsable de la organización de la caravana, dijo que esperan lograr varios encuentros en Tapachula, donde “toda la actividad se va a dedicar a la búsqueda, incluyendo reclusorios”

“Ahora logramos contactos que antes no teníamos con las sexoservidoras, y vamos a trabajar con las organizaciones que ellas tienen, porque se sospecha que muchas de las mujeres que buscamos están en situación de trata”, señaló.

El grupo, formado por 42 personas, la mayoría mujeres de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, que llevaban las banderas de sus países y las fotografías de sus familiares, fue recibido con aplausos por un grupo solidario.

Sánchez Soler dijo en entrevista que es la primera vez que a su regreso el contingente hace escala en esta ciudad, y también por primera ocasión no se detendrá en Arriaga, debido a que por las redadas ahora hay pocos migrantes en ese lugar.

Añadió que ahora el encuentro se realizará en la ciudad de Huixtla, cercana a Tapachula, donde se ubica el sitio conocido como La Arrocera, en el que constantemente son agredidos los centroamericanos. Manifestó que a la fecha se han dado 207 rencuentros en México desde que se realizó la primera caravana, hace una década.

En Juchitán, Oaxaca, durante su segundo día de recorrido, la caravana visitó la fosa común de esta ciudad, ubicada detrás del panteón municipal Domingo de Ramos; al ver el estado de abandono en que se encuentra exigieron al gobierno de México una política oficial de la búsqueda de migrantes desaparecidos en territorio mexicano. Proponen exhumar los cuerpos y practicarles la prueba de ADN lo antes posible, para tener un registro de datos.

Al visitar la fosa común, las madres externaron su indignación y coraje al observar que el lugar donde se encuentran los sepulcros de los indocumentados se halla invadido de basura, además de que los colocaron detrás de la barda del panteón municipal, es decir, excluidos de las sepulturas juchitecas.

En el lugar sólo se observa gran cantidad de desechos sólidos y en la barda aparecen anotadas un sinfín de letras, las cuales indican la no identificación de cuerpos (NN), la fecha de sepulcro y el año.

Santos Rojas, madre nicaragüense, rechazó este tipo de sepulcro que reciben los migrantes en México, al arrojarlos simplemente a una fosa común sin practicarles ningún examen de ADN para tener un registro de datos. Calificó esos lugares deespacios indignos y aberrantes, y aseguró que lo único que producen es rabia y descontento con el gobierno de México.

FOTO: Movimiento Migrantes