Maniobras para no cruzarme con mi violador

Cuando Jonás Sánchez Appendino aún era Paloma fue abusado sexualmente durante cinco años por Giuliano Pallotti, condenado en marzo a siete años de cárcel. La familia de Pallotti pagó una fianza de 500 mil pesos y, sin sentencia firme, permanece en libertad. “No es justo. A donde vaya, puede estar él”, dice Jonas.

Maniobras para no cruzarme con mi violador

24/06/2019

Por Consuelo Cabral en La Nueva Mañana

“Casi que no salgo de día para no cruzármelo. Es raro, pero ya me acostumbré a convivir con él”. Jonás Sánchez Appendino tiene 23 años y su violador 29. Los dos viven en La Falda, una ciudad que tiene alrededor de 16 mil habitantes y “donde todo el mundo se conoce”.

En marzo de este año la Cámara en lo Criminal y Correccional de Cruz del Eje, compuesta por Ángel Andreu, Nancy Menehem y Rogelio Archilla, condenó a siete años de cárcel a Giuliano Pallotti por abuso sexual con acceso carnal. La familia del condenado pagó una fianza de 500 mil pesos y, sin sentencia firme, el victimario mantuvo su libertad con la condición de presentarse en Tribunales cada 15 días y mantenerse  alejado de la víctima, en un radio de exclusión de 200 metros.

Mientras tanto, Jonás hace su vida como puede, esquivando los lugares adonde sabe puede encontrarse con quien lo abusó sistemáticamente durante cinco años cuando todavía no se autopercibía como hombre y aún era Paloma, una nena que pensaba que si hablaba su primo hermano iba a matar a toda a su familia como le había dicho.

Desde los 7 hasta los 12 años, Paloma sufrió en silencio absoluto abusos sexuales de distinto tipo. Pero cuando llegó a los 16 decidió hablar. Le contó a su hermano, a su mamá, a su hermana. Le creyeron. Su hermano le contó que él también había sido abusado por Pallotti. Ese fue el comienzo de un proceso judicial que demoró seis años y donde se recolectaron pruebas y testimonios, hasta sentar al abusador en el banquillo.

En las 74 páginas de la sentencia se entremezclan sus voces con las del abusador. Y a pesar del paso del tiempo entre los hechos y la denuncia, las pericias psicológicas, de una parte y la otra, son determinantes.

“Se advierten indicadores de vivencias de daño consecuentes a la experiencia traumática de A.S.I. (abuso sexual infantil) como un intenso estado de temor, dificultades para conciliar el sueño y terrores nocturnos. No se observan indicadores de fabulación, ni confabulación”, dicen de Paloma, hoy autopercibido Jonás.

“Se puede inferir que el Sr. Pallotti presenta una personalidad base de tipo esquizoide en donde subyacen componentes obsesivos (…). Se observa dificultad en la introyección de las imágenes parentales apareciendo la imagen de un padre autoritario y una imagen de madre sobreprotectora. Respecto de su identificación sexual, a nivel inconsciente, se advierten indicadores de pasividad, femineidad, bloqueo, represión y shock sexual; todo lo que da cuenta de problemáticas en la identificación con la figura masculina. Por ende, se produce un conflicto permanente entre el yo y el superyo. Estas características pueden explicar la conducta implícita que se investigan en autos”, dicen de Giuliano Pallotti.

“Adonde vaya, puede estar está él”

Hace tres semana atrás, Jonás fue con su hermana a un boliche de La Falda. Estaban adentro cuando entre la gente vio a Giuliano Pallotti. Le pidió a los dueños del lugar que lo echaran, que él no podía estar ahí. Más tarde, ya solo, se fue a otro boliche, donde volvió a encontrarlo.

“Los policías y los dueños que son amigos de él, lo cubrieron. De ahí me fui a la comisaría a hacer la denuncia porque violó la restricción, pero me dijeron que no conocían el caso y que no podían hacer nada. Todo el mundo lo conoce y me conoce. Mientras me decían eso tenían detrás el dispenser de agua de la empresa que este pelotudo (por Pallotti) tiene con su papá. Los policías son todos protectores de ‘violines’. Me pedían un papel con la restricción. Una ridiculez. Ahora tramité el botón antipánico y actualicé todas las restricciones para que no tengan excusas. Me da bronca porque me limita en todo, no es justo. A donde vaya, puede estar él”.


Los policías son todos protectores de ‘violines’. Me pedían un papel con la restricción. Ahora tramité el botón antipánico y actualicé todas las restricciones. No es justo. A donde vaya, puede estar él”


Ricardo Agost, el abogado de Jonás, explica que a pesar de existir una condena, Pallotti está libre porque aún debe salir la sentencia firme, lo cual puede llevar entre uno o dos años, en caso que ocurra. “Es una condena que por Código Penal debería ser de aplicación ejecutiva, no de ejecución condicional. Lo que ocurre en este caso es que por el tiempo transcurrido del hecho a la denuncia, se produjo un gran espacio de tiempo. Y si bien se incorporaron pruebas psicológicas y psiquiátricas contundentes para el Tribunal no es lo mismo tener material genético. Y aunque nosotros dimos cuenta del riesgo procesal, por conductas amenazantes de su parte hacia la víctima, el Tribunal no lo vio así, y no logramos la detención”

Tras la sentencia, Marcelo Brito, abogado del condenado y ex fiscal de la Provincia, interpuso un recurso casación. “Para Jonás cada día que su abusador pasa en libertad es mucho tiempo. Y con este recurso buscan dilatar la cárcel hasta llegar a los recursos extraordinarios de la Corte Suprema de Justicia. Pero lo que no se debe perder de vista es que aunque él esté en libertad, para que haya condena el Tribunal tiene que haber llegado a una certeza. Cuando tenés un condenado con un tribunal colegiado, no les cabe ninguna duda de que el hecho existió, y que fue cometido por la persona”.

El próximo 1 de julio Jonás va a viajar a la ciudad de Córdoba para empezar una nueva etapa en su vida: tratamiento con hormonas y los trámites para sacar el DNI con su nueva identidad. “Por una cuestión legal, porque Paloma era la víctima en el juicio, demoré años en poder empezar mi proceso de readecuación de género. Pero ahora no voy a esperar más porque cuando me enfoco en algo que me hace bien, se termina apagando por esta historia”.


Por una cuestión legal, porque Paloma era la víctima en el juicio, demoré años en poder empezar mi proceso de readecuación de género”


Tenía que llamarme así

LNM: Estaba leyendo que en hebreo Jonás significa Paloma.

– Sí. Me enteré después que lo elegimos con mi familia. Estábamos entre varios nombres y todos elegimos ése. Definitivamente tenía que llamarme así. Dos formas distintas pero iguales.