Cosecha Roja.-

Hace tres meses vio cómo mataban a su amigo en Mar del Plata. La víctima tenía 19 años. El testigo, 15. Los mismos policías que dispararon aquella noche lo golpearon, le dijeron que se callara la boca, que  no debía contarle nadie lo que vio. Él eligió declarar, contarlo todo. Se convirtió en un testigo de identidad reservada. El lunes por la noche alguien baleó el frente de su casa.  Hasta mediados de febrero, mientras duró el habeas corpus que su familia presentó por amenazas, tuvo custodia. Ahora ya no.

Mauricio Arauco fue asesinado el domingo 23 de diciembre cerca de las 4 de la mañana. Estaba en la esquina  Formosa y 20 de Septiembre, en una zona céntrica pero poco iluminada de Mar del Plata.. Juan Carlos, el primo de la víctima, estaba en un Fiat Duna junto al chico de 15 años. Conversaban con Mauricio. Un vigilador privado creyó advertir movimientos sospechosos, llamó al 911 y llegaron dos oficiales de la Policía Bonaerense. Poco después, Mauricio estaba muerto con un tiro en el estómago y un arma en la mano.

Según la versión de la policía, Arauco se resistió a identificarse y sacó una pistola calibre 22. Inmediatamente comenzó un tiroteo, del que los efectivos resultaron ilesos y Arauco, muerto. Los otros dos fueron demorados y luego liberados.

La familia de Arauco cuenta una historia muy diferente. Según las declaraciones realizadas a los medios, el auto se había quedado y Mauricio acompañó a su primo a comprar una gaseosa. Al volver, se encontraron con dos efectivos de la bonaerense y una persona de civil, que le pegaron un tiro en la mano y un culatazo en la cabeza. Mauricio se desplomó en el piso y acto seguido lo ejecutaron. Los testigos aseguran que no hubo enfrentamientos ni resistencia.

“Hay pruebas de sobra para demostrar que a Mauricio lo mataron y después le plantaron un arma para hacerlo pasar por un tiroteo que jamás existió”, declaró la hermana de Arauco a los medios. “Hay vecinos que dicen que antes del primer disparo escucharon una voz de alto y que él gritaba ‘no hice nada’”.  El padre del menor que se encontraba con Arauco refuerza esta versión:  “Mi hijo vio cuando sacaron un arma, se la pusieron en la mano muerta, le cerraron los dedos y se fueron”, declaró.

Ambos testigos sostienen que fueron golpeados y amenazados de muerte por la policía y que los días siguientes al hecho continuaron recibiendo amenazas. El 26 de diciembre realizaron la denuncia ante la Fiscalía N° 8 por lesiones y amenazas, pero los hechos continuaron. En la cuadra de la casa del joven de 15 años hubo movimientos extraños, autos que disminuían la velocidad o se detenían al pasar por el frente de su casa.

El día 28 de diciembre, el abogado defensor del testigo menor de edad presentó un habeas corpus en el Juzgado de Garantías del Joven Nº 2 del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, a cargo de Fernanda di Clemente. Por disposición de la Jueza, el testigo contó con custodia de la Policía Federal durante el mes y medio que duró el proceso de investigación y recolección de datos.

La causa por la muerte de Mauricio Arauco, iniciada por la policía, en un primer momento fue caratulada como “Legítima Defensa” y luego como “Homicidio”. Los policías involucrados están siendo investigados, pero continúan en sus cargos. El tercer sujeto, que vestía de civil, no ha sido identificado.  Aún no hay imputados.  La fiscal que investiga los hechos es María Isabel Sánchez.

 

“Queremos que se investigue todo”, dijo el abogado Juan Pablo Gelemur a Cosecha Roja, “que se desplace a los efectivos, que se lleve a juicio oral a los asesinos de Mauricio y que se investigue a los que amenazaron a Juan Carlos y al otro joven”.

“Tenemos antecedentes con la fiscal Sánchez en casos gatillo fácil en lo que la fiscal ni siquiera pedía juicio sino directamente sobreseimiento, como fue el caso de Damian Frías, ocurrido en febrero de 2001”, declaró Gelemur. “Ahora estamos pidiendo que se revierta esta situación y que sea la fiscalía la que pida el juicio.  Es un llamamiento para que la actuación de la fiscalía sea objetiva y que actúe conforme a derecho sin descuidar ni proteger.”

Esta mañana, los familiares del  joven hicieron una conferencia de prensa para denunciar las amenazas y los balazos frente a su casa, en conjunto con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Asociación Judicial Bonaerense y la Asociación de Trabajadores del Estado.